MotoGP

Yamaha da el salto

La fábrica japonesa confirma el paso definitivo al motor V4, que se pondrá en pista este martes en los test de Valencia para los cuatro pilotos de la marca.

Fabio Quartararo, en Valencia.
Pablo Morano
María Viñas
Gallega en Madrid. Graduada en Periodismo por la Universidad Complutense. Aprendió en la SER y aterrizó en el AS en 2020. El olor a gasolina y los motores le acompañan desde pequeña y, aunque no sabe lo que es ir a 300km/h, le gusta contarlo. Le encontrarás recorriendo el mundo de circuito en circuito y con la pasión de descubrir nuevas historias.
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MotoGP se despide definitivamente de los motores 4 en línea. Después de años, la parrilla de la clase reina estará formada, al completo, de motos con el propulsor V4. Todo porque Yamaha ya ha tomado una decisión sobre su futuro. Una decisión que ha sido largo, de un año al completo cargado de muchas dudas, piezas nuevas y un sinfín de pruebas que todavía no han terminado. Pero están decididos: los japoneses dan el paso y se despiden de su exitosa M1 tan y como la conocían, con un motor de cuatro cilindros en línea que ha sido la piedra angular de la identidad deportiva de la marca de los diapasones, con la que logró impulsar a históricos pilotos como Jorge Lorenzo o Valentino Rossi. Sin olvidarnos también del más actual, Fabio Quartararo.

De hecho, el francés es uno de los pilotos que será parte de este cambio. Yamaha confirmó este pasado GP de la Comunidad Valenciana que el salto al motor V4 se llevará a cabo ya desde la temporada 2026 que, precisamente, arranca este martes en el Circuito Ricardo Tormo de Cheste. Será entonces, ya desde primera hora de la mañana, cuando los japoneses arranquen su nuevas motos en sus cuatro boxes. Porque sí, sus cuatro pilotos llevarán la misma moto. Trabajarán todos en conjunto, unidos, aunque con el conocimiento de que el nuevo piloto de la fábrica, Toprak Razgatlioglu, tendrá que pasar por un proceso de adaptación que ya comenzó la pasada semana con unas pruebas en Aragón. Evidentemente, no fue suficiente para acabar de adaptarse a esa nueva moto, después de su aventura en el Mundial de Superbikes, del que se fue con tres títulos bajo el brazo.

Así que serán Quartararo, Rins y Miller los que tengan todo el peso del desarrollo. Yamaha ha sido la única marca en quedarse dentro del tipo D de las concesiones dado su falta de resultados. Un nivel que Honda dejó atrás justo este pasado domingo, con la última carrera de la temporada. Así que no tienen tiempo que perder, aunque eso supongo dejar atrás la M1 que tantas alegrías le ha dado. O más bien, el motor que ha impulsado esas motos. El cuatro en línea se despide después de innumerables éxitos después de un total de 429 grandes premios en los que se han conseguido 125 carreras, ha subido a más de 350 podios y ha ayudado a Yamaha a conseguir 8 títulos de pilotos, 7 títulos de equipos, 5 títulos de fabricantes y 5 triples coronas de MotoGP.

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Por eso, decir adiós es complicado. Pero la marca de Iwata entra ya en una “nueva era y emocionante etapa” dentro de MotoGP, con la que esperan salir de la mayor crisis de su historia. Así pues, Yamaha acepta el reto de adaptarse a las nuevas exigencias técnicas sin perder su ADN. El paso al V4 marca un hito importante en la búsqueda de rendimiento e innovación de Yamaha. “Se espera que la nueva configuración ofrezca una mejor aceleración, un mejor manejo en la frenada y una mayor adaptabilidad a los últimos requisitos en materia de neumáticos y aerodinámica”, anuncia su comunicado. La nueva página se empieza a escribir este martes, pero con un mismo objetivo: volver a alcanzar un Mundial de MotoGP.

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