Viñales ya lo advirtió
El español señaló los problemas de Yamaha antes de su divorcio total y ahora sufren las consecuencias. “Se están quejando como lo hice yo hace tres años”, dice Maverick.
Puede que Honda haya tocado fondo, pero Yamaha no está muy por encima. La situación de ambas marcas japonesas es muy similar y, aunque se ha repartido el dominio de MotoGP en los últimos años, las fábricas europeas les han ganado ya todo su terreno. Ducati, Aprilia, KTM... todas están por delante, con motos muy por encima del nivel de los asiáticos y a una distancia que aumenta tras cada carrera. Tanto es así que Dorna ya plantea la posibilidad de permitir concesiones a ambas marcas con el fin de poner trabajar en sus respectivos problemas y dar a sus pilotos unas motos que les vuelvan a poner en la lucha por el campeonato. Como todo, tiene seguidores y retractores, pero si algo no se puede negar es que, en Yamaha, ya estaban advertidos. La situación se iba a tornar crítica en cualquier momento y es algo que Maverick Viñales venía avisando mucho antes de su divorcio total con la fábrica de Iwata.
El tiempo acabó poniendo todo en su lugar. La falta de resultados dentro de Yamaha ya no solo recae en Franco Morbidelli, si no que la mala situación de la marca se extrapola al campeón de 2021, Fabio Quartararo. Cierto es que el francés logró un podio en Assen que resultó ser como una bocanada de aire fresco, pero el logro no compensa el calvario por el que están pasando. Y menos en un trazado donde históricamente han ido bien. Se tienen que tomar decisiones y el francés es el primero en recordarlo cada fin de semana a su equipo, incluso con comentarios que pueden sonar a ultimátum, teniendo en cuenta que su contrato expira el próximo 2024, para cuando se prevé un gran baile de pilotos entre marcas. Resulta curioso, pero dos años más tarde de su polémica salida de Yamaha (cuando revolucionó la M1 a consciencia, Viñales parece ser el único capaz de entender al cien por cien la frustración del piloto francés. “Estamos en la situación más difícil desde que estoy con Yamaha”, recordaba El Diablo antes de las vacaciones de verano.
“Realmente creo que el tiempo mostrará las razones por las que me fui de allí. Veo a los pilotos quejándose ahora. Se están quejando como lo hice yo hace tres años”, confiesa Viñales al medio Motorsport-Total. “Pude ver cómo estaban luchando. Tienen problemas realmente grandes”, añade el español, quien vive en Aprilia su momento más dulce desde su entrada en MotoGP con un equipo que, pese a no estar a su mayor nivel, le da opciones para luchar por victorias. Eso sí, para los de Noale también hay deberes. La clasificación sigue siendo un tema al que meter mano porque, de salir delante en la parrilla, Maverick es consciente de sus posibilidades: “Estoy segurísimo que lucho por la victoria, 100% seguro”.
Morbidelli, en la cuerda floja
Aunque la falta de resultados sea evidente a ambos lados del box, Franco Morbidelli es realmente quien está en el punto de mira de la marca. Mientras el francés está ligado a Yamaha hasta la próxima temporada, su compañero de equipo está ya en la cuerda floja. Su contrato se acaba este mismo año y todo apunta a que tendrá que despedirse de su M1. “Espero y creo que después de las vacaciones de verano sabremos más sobre mi futuro”, comentaba el piloto tras la cita en Assen, con la esperanza de poder dar nuevas noticias a corto plazo: “Probablemente pueda decirlo en Silverstone, pero aún no sé exactamente cuándo”. Mientras tanto, toca seguir “haciendo todo lo posible para mejorar la situación” aunque, reconoce, que la situación “puede ser difícil de entender desde el exterior, pero cuando estás directamente involucrado, es un reflejo de lo que sucede exactamente”.