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MOTOGP | HONDA

Una máquina de caídas

Cumplida la primera mitad de curso, los pilotos de Honda han protagonizado un total de 44 arrastrones. Una cifra que potencia la crisis por la que atraviesan.

Una máquina de caídas
LLUIS GENEAFP

Honda ha protagonizado muchos titulares, pero ninguno ha sido tan repetido en los últimos tiempos como ese que sitúa a la moto japonesa como la que mayor número de caídas acumula por temporada. Sin ir más lejos, el curso pasado la marca del ala dorada registró cerca del 30% de arrastrones que se visualizaron durante todo el año con Márquez (22), Espargaró (20) y Álex (19) en el top-4 de pilotos que mayores cifras acumularon. Se hablaba de una moto crítica a causa de la electrónica, ya que gran parte de las caídas llegaron en forma de volada, lo que llevó al octocampeón a dar un toque de atención a la fábrica. “No podemos tener este tipo de caídas”.

Marc volvía a ser la referencia de Honda y desde Japón, se pusieron a trabajar en una moto que presentaron como revolucionaria. El nuevo prototipo de la RC213V comenzó siendo prometedora, pero con el tiempo se ha demostrado que esa montura “tiene cosas mejores y cosas que, al no funcionar, complican mucho la conducción de la moto”. De esa manera describió Alberto Puig, team manager de HRC, la realidad de una fábrica en la que poco han cambiado sus puntos débiles: la Honda sigue siendo una máquina de hacer caídas y es que, cumplida la primera mitad del curso, sus pilotos han registrado un total de 44 arrastrones que acentúan todavía más la crisis por la que está atravesando la marca del ala dorada.

En estos momentos HRC pasa por su peor crisis en MotoGP y no solo tiene que ver con el déficit de resultados en el que están atrapados, especialmente sin Márquez. La Honda siempre ha sido una moto difícil de pilotar, esa peculiaridad ha formado parte de su ADN desde que entraron a formar parte del Mundial, y para ser competitivos con esta montura sus pilotos siempre han tenido que ir al límite. Pero ahora, esa necesidad es tan alta, que están pagando un precio demasiado caro a nivel competitivo. Lejos de mejorar, la situación se está agravando a medida que pasa el tiempo y aunque la nueva moto “ha cambiado mucho los pesos y teóricamente hay más tracción”, el desarrollo no ha sido equilibrado y ese “grip, se pierde por otro lado y se complica todo”, explica Puig.

En los 11 grandes premios celebrados hasta la fecha, un Álex que cambiará la Honda por una Ducati para intentar recuperar la motivación, se ha ido al suelo en 12 ocasiones, Pol diez (ocho de ellas inesperadas y “esas son las más dolorosas” en sus propias palabras), Márquez otras tantas pese a su ausencia en cuatro carreras, y tanto Nakagami como Bradl, otras seis en total. Las cifras evidencian como no es de extrañar que la moral en la fábrica se vea mermada, especialmente en el caso de Espargaró y el octocampeón. De todas las caídas, ambos han sido los más afectados ya que Marc volvió a recaer de la diplopía mientras que el de Granollers, se vio obligado a bajarse de la RC213V en Assen dolorido a más no poder en el costillar izquierdo por la caída que arrastraba desde Alemania.

Una situación “inaceptable”

No cabe duda de que el sufrimiento está pasando por encima de los resultados en estos momentos dentro del garaje japonés. Para Bradl “la situación es inaceptable” ya que la Honda también desprende altas temperaturas, que abrasaron el pie derecho y la mano del piloto alemán. Aunque no fue el primer en sufrir esas consecuencias. Anteriormente Pol y Nakagami también se quemaron el pie y en conjunto, cuesta encontrar razones para ser optimistas dentro de una marca que tiene serios problemas para recuperar, en primer lugar la seguridad y después, su hegemonía en un Mundial que dominaron a su antojo.

Más allá de las dificultades que entraña el pilotaje de la Honda, las caídas dejan “señales muy claras de que algo no está yendo bien” como destaca Pol, a cerca de una moto que “no tiene nada que ver” con la de inicio de temporada. A ese momento llegaron después de un invierno con margen de trabajo y ahora, tienen por delante algo más de un mes para intentar regresar a ese camino. El de Granollers, está convencido de que “el parón ayudará mucho a reaccionar” y pese “al miedo a equivocarse” que existe en la cultura japonesa, es el momento de “arriesgar más”. Pero no sobre el asfalto, sino desde Japón.