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MOTOGP

Un cambio... ¿a mejor?

Álex Rins abandona el barco de Honda para apostar por el proyecto Yamaha: una moto más alta, con motor cuatro en línea... pero con la misma crisis de resultados.

Un cambio... ¿a mejor?
ANDREW BOYERSAction Images via Reuters

Fue astuto Álex Rins al firmar su contrato con Honda hace tan solo un año. Cuando la huida frenética de Suzuki se hizo oficial, el piloto barcelonés se vio en la obligación de hacerse rápidamente un hueco que le mantuviera en la categoría reina del Mundial. Tocó varias puertas y, con unas marcas oficiales que no tenían espacio, tuvo que conformarse con un satélite. Eso sí, fue claro y su condición solo fue una: si llegaba una oferta de un oficial al año siguiente, tendría que tener opciones a irse libremente. Pues dicho y hecho. Ante sorpresa de todos, incluido Marc Márquez, Rins pondrá rumbo a Yamaha el próximo año, lo que ha precipitado, también la salida de Franco Morbidelli al término de este curso.

Y lo cierto es que el fichaje es todo un tiro al aire. Puede salir bien, pero también mal. La situación que se vive en Yamaha no es mejor que la que Rins ya conoce de Honda, pero ante una marca que no le ha dado oportunidad a probar las nuevas piezas que han ido llegando a los boxes, la decisión para él estaba clara: cogería la puerta de salida sin mirar atrás. “Lo que más ha pesado es lo que se ha ido viendo carrera a carrera. Al final, HRC ha preferido dar a probar sus piezas nuevas al equipo oficial y, yo que me siento un piloto competitivo, quería que se hubiesen apoyado más en mí”, explica Rins en su última intervención pública en DAZN, poniendo de ejemplo el famoso chasis que no pudo llevar por orden de la fábrica japonesa, ni siquiera después de haber sumado la única victoria para la marca en lo que va de año y uno de los dos triunfos no Ducati del año.

Al menos, con su fichaje por Yamaha cumple ya uno de sus mayores deseos. “Creo que merezco estar en un equipo de fábrica. Aún puedo dar mucho gas”, apunta el ex piloto de Suzuki, con ganas de subirse a la moto de nuevo, aunque su doble fractura en la pierna le ha obligado a parar durante un tiempo. De hecho, aunque estará en Austria, su recuperación llevará más tiempo e Iker Lecuona será, de nuevo, su sustituto con una moto que el español no considera mala. “No está tan mal”, apunta Álex ante las muchas críticas a la RC213V con la que, indica, solo se ha dado “un paso pequeño adelante” mientras los europeos daban dos. Seguirá trabajando mano a mano con HRC hasta final de año, pero es inevitable pensar en lo que vendrá. Todavía no sabe si podrá subirse a la Yamaha en los próximos test de Valencia, pero de lo que sí es consciente en del mal trago que atraviesa también la marca de los diapasones. De hecho, según Jorge Lorenzo, se trata de la peor racha de Yamaha en los últimos 15 años.

Fabio Quartararo y Álex Rins se saludan tras rebasar la línea de meta. El piloto francés de Yamaha y español de Honda, tercero y primero respectivamente en el Gran Premio de Las Américas.
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Fabio Quartararo y Álex Rins se saludan tras rebasar la línea de meta. El piloto francés de Yamaha y español de Honda, tercero y primero respectivamente en el Gran Premio de Las Américas.MOTOGP

Yamaha se prepara para 2024

Tampoco le desmoraliza. De hecho, le motiva saber que podrá formar parte de un equipo que pueda revertir la situación, ahora con la tranquilidad de que confiarán en él para probar todo lo nuevo. Ventajas de un equipo oficial. Y lo más positivo para Rins: volverá a una moto con un motor cuatro en línea, como la que tan bien dominó en Suzuki (en Honda rueda con un motor V4). Además, la M1 es más alta y se puede adaptar mejor al estilo de Álex: una conducción más centrada en la parte superior del cuerpo, sin colgarse mucho de la moto y no dando tanta importancia a las piernas. “Es una moto adecuada a Rins”, confesaba Lorenzo, que destacaba también la entrada tan cerrada del barcelonés a las curvas. “No me sorprende, encajará bien en la Yamaha. Es muy rápido, se divertirá con la moto”, explicaba su antiguo compañero de equipo, Mir, en Silverstone.

En Yamaha le esperan ya con los brazos abiertos porque la situación ya no se puede maquillar más. Lo hizo Quartararo en la primera mitad de la pasada temporada y, desde ese parón veraniego, todo fue un infierno para el francés, que perdió su segundo Mundial tras la mayor remontada de la historia (91 puntos le recuperó Bagnaia). A partir de ahí, un sinfín de críticas y palos hacia su marca que poca reacción tuvo. Ganaron menos velocidad de la deseada y la agilidad que caracterizaba la M1 se ha ido perdiendo. Un podio hasta la fecha de ‘El Diablo’ y undécimo en la tabla general de puntos. Desastre total, fin de la paciencia para Fabio y muy poca motivación para seguir. Y en Japón no se para: Crutchlow sigue trabajando, probando piezas nuevas en Motegi y preparando lo que será la nueva moto de 2024. Quartararo la probará en los test de Misano y, al menos, la llegada de Rins supondrá un nuevo reto para él en su último año de contrato con los de Iwata. Pero para el español... ¿supone realmente un cambio a mejor? Solo el tiempo lo dirá. Aunque en vista de como está la situación en Honda... quizá sea difícil ir a peor.