‘Martinator’, campeón del mundo
Un tercero le bastó al madrileño para coronarse campeón de MotoGP por vez primera en la victoria de Pecco y el segundo de Márquez.
Campeón del mundo, Jorge Martín, ‘Martinator’, campeón del mundo de MotoGP. Con todas las letras y escrito con todas las ganas del mundo, porque se lo merecía después de quedarse a las puertas de la gloria el año pasado. Y ya es suya...
El título de 2024 se decidió en la prueba final, la del GP Solidario Motul de Barcelona, ante 62.100 espectadores, con todo el papel vendido, la misma en la que al español le bastó ser tercero en el día de la úndecima victoria de Francesco Baganaia. Nunca antes un piloto logró tantos triunfos en un mismo año como el italiano sin que luego se llevara el título, pero a Pecco le han penalizado los ocho ceros que ha sufrido esta temporada, cinco en sábado y tres en domingo. Martín, en cambio, ha apostado por la regularidad y la constancia, con la mitad de ceros que el italiano, dos el sábado y dos el domingo, aunque con el añadido de un malísimo decimoquinto puesto en Misano 1, que le dio un solo punto, cuando se metió en boxes a cambiar de moto de manera precipitada por la aparición de unas gotas de lluvia.
Desde ahí no volvió a fallar y en Montmeló 2, sorprendentemente, tuvo la carrera más placentera de la temporada, en el día más importante de su vida. Salvado el escollo de la salida, rodó mucho tiemp en tierra de nadie en esa tercera plaza gracias al trabajo excepcional de guardaespaldas que le hizo su amigo Aleix Espargaró. Il Capitano de Aprilia ejerció, en realidad, de general de la parrilla, porque pocas veces se vio a nadie taponar tan bien como él lo hizo a Bastianini y a varios más.
La carrera la dominó Pecco de principio a fin, poniéndose en un primer momento Martín a sus espaldas, hasta que le pasó Márquez. Fue el único adelantamiento que sufrió, porque Aleix se encargó de quitarle de encima la incómoda compañía de Enea, con el que se pasó y repasó varias veces, hasta que el italiano se salió de pista y perdió tres posiciones, para acabar luego séptimo.
Segundo fue Márquez, a 1.4 de un Pecco que en ningún momento cambió su apuesta por el juego limpio, como toda Ducati, una fábrica a la que no le ha importado que el madrileño de San Sebastián de los Reyes se lleve el número 1 de campeón el año que viene a Aprilia. Martinator estaba en un equipo satélite, el Prima Pramac, pero con material oficial, con contrato de fábrica y con apoyo de un señor que se llama Gigi Dall’Igna y que le dijo a sus pilotos eso de ‘que gane el mejor’. Y el mejor ha sido Jorge Martín, Martinator, que rompió la cúpula en su celebración con un puñetazo de alegría que es el de todos los que le quieren.
Ya en la vuelta de honor, se le saltaron las lágrimas nada más cruzar la meta y fue especialmente tierno el momento en el que llegó hasta él su amigo Aleix para felicitarle. El nuevo campeón le hizo partícipe desde el primer momento, gritándole repetidas veces “¡lo hemos conseguido”, antes de ir a disfrazarse de Terminator y disparar a una vitrina con el 89 de la que salió el casco dorado que le preparó su marca para conmemorar su coronación. Y por su puesto, con la frase ‘Hasta la vista, baby’. Sólo faltó el ‘Volveré’, porque volverá a estar delante, seguro. Ya se verá si con la Aprilia en los dos próximos años o con otra marca, porque sólo tiene 26 años y le queda mucha cuerda en MotoGP.
Por cierto, aunque le daba bastante igual, la tercera plaza de la general queda finalmente para Márquez, que subió al podio en su última carrera con el equipo Gresini Racing, antes de irse el próximo año al equipo oficial, el Ducati Lenovo, para ser el nuevo compañero de Pecco. A partir del martes, en el esperado test de Montmeló, comenzará su convivencia, y la adaptación del octacampeón a un nuevo equipo con el que, sin duda, aspirará al título.
Y para rematar, mención especial de nuevo para Aleix Espargaró, que tras su GP 339 podrá contar siempre que él fue el perfecto escudero en su última carrera como piloto en activo, porque pasa a la reserva, como probador de Honda, para que su ‘amigo/hermano’ Jorge se proclamara campeón del mundo de MotoGP. Poco le importó que un brillante Álex Márquez le ganara finalmente el pulso por la cuarta plaza, porque el trabajo ya estaba hecho, y qué trabajazo.
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