“Tenemos que empezar de cero; es una mierda”
La adaptación a la Yamaha está siendo más dura de lo que se esperaba Jonathan Rea, que ya se desespera: “Intento ser positivo, pero me cuesta”.
Lo que se planteaba como uno de los mayores retos de su carrera deportiva, se está tornando en toda una pesadilla. El inicio de esta temporada en Superbikes dista mucho de lo que Jonathan Rea nos tenía acostumbrados. Seis veces campeón del mundo en el campeonato de las motos de serie, el norirlandés dio por terminada su etapa en Kawasaki la pasada temporada, con el objetivo de dar el salto a Yamaha para poder volver a ganar una corona que no se viste desde el pasado 2020. Lo curioso sería que su llegada a la fábrica de Iwata se daría en sustitución a Toprak Razgatlioglu, precisamente el piloto que, en 2021, acabó con su hegemonía en WorldSBK. El turco, por su parte, optaba por BMW para abrir un nuevo capítulo dentro del Mundial. Y parece que su apuesta fue mucho más acertada que la de Rea.
Tras las cuatro primeras rondas del año, el de Yamaha asume que el año se va a hacer muy largo. Después de las tres carreras que se disputaron en Misano, Rea tan solo es decimocuarto en la clasificación general, con 31 puntos y muy lejos de Razgatlioglu, que domina la tabla (179 puntos) por delante de las Ducati de Bulega y Bautista. Decepción total para el campeón, que se fue de Italia con una caída en la primera carrera larga, un octavo en la Superpole y una décima segunda plaza el domingo por la tarde. Eso y una falta de confianza con la moto que lleva arrastrando desde el inicio de año. Así lo resumía en unas declaraciones recogidas por GPOne.com: “Desgraciadamente, el fin de semana no ha ido como esperaba. En la clasificación, me encontré con una bandera amarilla y luego vino la caída en la primera carrera. Empezar tan atrás pesó mucho teniendo en cuenta sobre todo lo que hizo Toprak Razgatlioglu. En estos casos hay que salir delante. No tenía información sobre para la segunda carrera, ya que el sábado no terminé ni una vuelta”.
Desesperado con la situación, que incluso parece una réplica de lo que le sucede a Yamaha en MotoGP, Rea apunta a un cambio radical: “El único objetivo era terminar la carrera, porque me falta confianza con la moto y esta no es la dirección que quiero tomar con Yamaha. Tenemos que empezar de cero, porque los segundos que nos sacan los líderes son muchos realmente, y tenemos que mejorar”. De hecho, tan mala es su situación que, de todas las motos que la marca japonesa tiene en pista, el norirlandés es el peor clasificado, por detrás de su compañero Andrea Locatelli (5º), o las satélites de Remy Gardner (7º) y Dominique Aegerter (10º). Ahora la cuestión es ver por donde empezar a trabajar: “No es una pregunta estúpida, es una pregunta que me hago a mí mismo. Es una mierda para mí, y estoy empezando a sentirlo mentalmente. Intento ser positivo, pero me cuesta”.
“Siempre hablo de la teoría de la luz al final del túnel, pero es muy difícil ver la luz. La verdad es que en este deporte sólo necesitas un buen día sobre la moto, o un cambio en la puesta a punto, para empezar a mejorar. Es difícil no dudar sobre mí mismo también, porque los otros pilotos de Yamaha están haciendo un trabajo realmente bueno, pero yo no puedo, y tengo que seguir preguntando al equipo lo que necesito. Y siento que tienen que reaccionar a lo que digo”, explica el piloto, de 37 años, a quien esta situación ya le está empezando a afectar mentalmente, aunque sin arrepentirse al apostar por su actual equipo: “El de Kawasaki es ya un capítulo cerrado y me alegro por ellos, porque siempre habrá una muy buena relación. El año pasado tomé esta decisión en la que creo, y por dentro estoy intentando hacerlo lo mejor posible para mejorar”.