“¿Rossi? Dos no pelean si uno no quiere”
Marc Márquez se sienta con Pedrerol para una charla muy personal en la que repasa su lesión, su fichaje por Ducati y varias relaciones con pilotos del paddock.
“El deporte es ambicioso, inconformista”. Por eso, Marc Márquez todavía no ha tirado la toalla. Tras un año con el equipo Gresini Racing, en un “ambiente perfecto para renacer”, “sin presión” y solo con el objetivo de “divertirme”, el español está listo para dar un paso más. Comenzará 2025 siendo el nuevo piloto del equipo oficial de Ducati, donde volverá a desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de las motos, con el reto de volver a luchar por el título. Esa novena corona que tanto está costando en llegar. Porque todo se reduce a un momento clave en su carrera deportiva que lo cambió todo: ese 19 de julio de 2020 en Jerez, cuando una caída le dejó con una fractura en el brazo derecho que acabaría siendo la peor lesión de su carrera deportiva. Desde entonces, cuatro operaciones, una infección y muchos momentos difíciles que le llegaron a hacer pensar en su retirada. Pero logró salir de esa “espiral negativa” de lesiones.
Aunque la solución fue afrontar una decisión que nunca quisiera haber tenido que tomar. En una charla con Josep Pedrerol, en el pódcast El Cafelito, Marc Márquez reconoció primero su error por querer volver a pista tan solo unos días después de la operación para no perder opciones en un campeonato tan corto, reducido por la pandemia: “¿Rectificaría? Obviamente. Dejaría que se recuperara bien el brazo. Me pierdo seis carreras, pero hago muchas más en buen estado”. Tres años después, el campeón aún tiene molestias con las que “hay que convivir”, pero también una experiencia que le ha dejado grandes aprendizajes. “Siempre decía que mi cuerpo y mi vida estaba a disposición del deporte y de la moto. Está muy bien, pero la moto se acaba y la vida sigue. Eso es lo que he aprendido. Me entrego al máximo, pero cuida tu cuerpo. Sin el cuerpo no podrás hacer nada. Yo lo he aprendido a base de ostias”, reflexiona el español, que se vio obligado a cambiar de aires para salir adelante.
Y no era algo que realmente quisiera, pero que veía necesario. La situación en Honda era ya insostenible. La espiral de lesiones y caídas no hacía más que aumentar y empeorar la confianza del campeón del mundo. Márquez asume que, para saber si seguía siendo competitivo, “necesitaba la mejor moto de la parrilla” y eso pasaba por dar el salto a Ducati. Lo cual, además, significaba decir adiós a la marca de su vida, con la que llevaba diez años trabajando. “La decisión más difícil de mi carrera deportiva fue dejar Honda. Yo me veía pilotando con ellos toda mi carrera”, confesaba el español, reconociendo que ese cambio, además de ser un bajón de categoría al irse a “un equipo satélite” en el que tenía que “renunciar a dinero y contratos”, suponía también la exposición total “porque estaba diciendo, sin decirlo, que no ganaba por la moto”. Así que la presión en Gresini fue alta, pero con la suerte de encontrar “un equipo pasional” y “con gente de toda la vida”. “Mezcla de pasión con profesionalidad”, aseguraba Marc.
Nueva vida
Más de mil días ha costado volver a ver a Marc Márquez ganar. Lo hizo con doblete en su circuito, el de Motorland Aragón, para poner fin a su peor racha en MotoGP y abrir la veda a soñar con un futuro mejor. Al menos, de cara al 2025 ya será piloto oficial junto a Pecco Bagnaia que, en los test de pretemporada en Barcelona, le dio la bienvenida al box italiano. “Estuvimos comentando cosas de la moto nueva. Al final somos un equipo y nos tenemos que ayudar a hacer la mejor moto. Luego, en pista, que gane el mejor”, comentaba Márquez, que también aprovechó para agradecer el “detalle de caballero” que su nuevo compañero tuvo en Misano, donde frenó los abucheos al español, quien, pese a todo, los acepta sin problemas. Es parte del deporte. Así como también lo es no ser querido por el resto del paddock: “Es así. Dentro de la pista hay que ser egoísta y, si tengo que tener un poco de compasión, será con mi hermano. Estamos compitiendo por lo mismo. No puedes ser amigo del que te quiere robar la moto”.
Bien lo sabe Jorge Martín, que lo ha vivido este año en sus propias carnes. Cuando pensaba que su fichaje por la formación de Ducati oficial estaba hecho, Marc Márquez lanzó un órdago a la marca que acabó apartando al nuevo campeón del mundo. “Yo no sé qué pasó ahí”, revela el ilerdense que, dice, dejó muy claro en “dos o tres reuniones” que sus únicas opciones viables eran irse al oficial o quedarse en Gresini otra temporada. Pero, ¿qué hizo que Gigi Dall’Igna, CEO de Ducati Corse, se decidiese por Márquez? “Mucha gente hablaba de marketing e historial”, explica Marc, que descarta por completo esos pensamientos: “En el deporte se vive del presente. Eres y vales por lo que has hecho en tus últimas carreras. Justo estaba despuntando, adaptándome a la Ducati, cada vez iba mejor y él decidió por mí. Cuando me dijeron que yo era el elegido no pregunté por qué, yo solo dije ‘vale, ¿dónde firmo?’, y ya está”.
Y, aun con el arma más fuerte de la parrilla de salida, no quiere entrar de golpe en las apuestas. Y, para entender su explicación, hace una comparativa muy interesante: “Ahora tengo la mejor moto. ¿Favorito? No. Ahora no soy el mejor. Bagnaia es el referente dentro del box porque ha ganado once veces, ha luchado con Jorge Martín y ha ganado dos Mundiales con el equipo. Hay que llegar con perfil realista. ¿Si soy Mbappé? Claro, puede ser. Vinicius Jr es el que está ahí, es el referente. Luego, Mbappé tendrá una adaptación”.
Relación con Rossi
Recordando batallas del pasado, la suya con Valentino Rossi sigue estando muy presente. Al menos en el caso del italiano, que hace poco volvió a hablar de Márquez y su enfrentamiento en 2015 en el que, sigue manteniendo, Marc le dejó sin su décimo Mundial de MotoGP. El español hace caso omiso a sus palabras al no entrar en la pelea: “No creo que lo busque (el enfrentamiento) y, si lo hace, conmigo no lo va a encontrar. Dos no pelean si uno no quiere”. Pero tampoco tiene problema en reconocer su talento y colocarlo entre los cinco mejores del mundo: “Giacomo Agostini, Ángel Nieto, Valentino Rossi, Mick Doohan y Jorge Lorenzo. En estos cinco nombres yo no me pondré nunca”. Y tampoco podía faltar su admiración a deportistas como Rafa Nadal o Fernando Alonso, al que se refirió como “incombustible”: “Está un poco como yo, le quedan dos cartuchos (risas). Por talento es capaz de todo, pero está en un deporte que depende de la mecánica. A ver si Adrian Newey le hace un coche ganador”.