“No subiré a MotoGP hasta que sea campeón de Moto2”

Primera comparecencia en GP de David Alonso como campeón del mundo de Moto3. Es en Australia, donde se encuentra desde el martes por la tarde y el miércoles al mediodía coincidió con los hermanos Márquez, ya en Phillip Island, en el restaurante Isola di Capri, célebre entre otras razones por ser el escenario en el que Valentino Rossi y Max Biaggi casi llegan una noche a las manos y supuso el inicio de su larga guerra. Al Colombiano de Madrid le han alertado los ilerdenses del mayor peligro que corre una vez proclamado campeón y el chaval de 18 años le deja claro a AS que no subirá a MotoGP hasta que sea campeón de Moto2.

-Hola, ¡campeón del mundo!

-Suena bien, suena muy bien, aunque todavía se me hace la boca pequeña al decirlo incluso a los canguros que tengo por aquí cerca.

-Le he visto hablando en Phillip Island con los Márquez, en lo que era una charla entre campeones. ¿Qué se contaban?

-Marc y Álex me han preguntado qué tal me fue la semana y haciendo la risa de si había tenido algo de tiempo para mí con tanta entrevista por lo del Mundial, y que no me preocupe, porque eso es lo normal, pero que me prepare porque luego llegarán las entrevistas de ir a los sitios, que estas las he hecho desde casa. Y también hemos hablado del ‘finde’ de Australia. Me dicen que ahora hay que tener cuidado, porque te relajas al no tener ya presión y quizás pierdes un momento la concentración. o quieres hacer todos los récords y es cuando vienen las caídas. Hemos hablado de que ahora es muy fácil caerse y de que hay que mantener la concentración.

-¿Cómo fue la vuelta a casa desde Japón y su reencuentro con familiares y amigos recién proclamado campeón de Moto3?

-Fue un reencuentro muy efusivo. Había mucha gente en el aeropuerto de Madrid esperándome, familiares y amigos cercanos. Me encantó verles, compartir el título con ellos y darles un fuerte abrazo. Tenía muchas ganas de verles, porque llevábamos tres semanas fuera.

-¿Hubo lágrimas?

-Ahí hubo más bien alegría y euforia. Todo el mundo estaba feliz, contento y con una sonrisa.

-¿Qué es lo primero que le dijo a sus padres y lo primero que le dijeron ellos?

-En lo primero no hubo palabras sino un abrazo, un abrazo de esos que te quedarías todo el día enganchado y que transmite todos los sentimientos. Y una mirada a los ojos de las que dicen que lo hemos conseguido, porque somos un equipo.

-¿Es campeona toda la familia?

-Sí. Esto es un sueño conjunto. Toda la familia se ha involucrado y ha habido muchos sacrificios, desde mis padres, mis abuelos, mis primas, mis tíos... Todos íbamos remando hacia un mismo objetivo.

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-¿Le ha perdonado ya su madre que no se graduara en la universidad a cambio de ser campeón del mundo?

-(Sonríe). Le dio mucha risa cuando leyó el titular de la entrevista en AS. (Se vuelve a reír). Ahora dice que estoy perdonado.

-Normal, porque es muy buen tipo, tanto que tiene enamorado al paddock. Las vacas sagradas de MotoGP se deshacen en elogios hacia usted...

-Me hace gracia eso de las vacas sagradas y te voy a confesar que una de las cosas que más feliz me hizo el domingo de Japón no era ganar el Mundial sino ver como el paddock estaba feliz por mí. El ver que todo el paddock se alegró de mi éxito y que mi título era una fiesta general. Pasar por el pit-lane y hacer ese pasillo con choque de manos con tanta gente de MotoGP fue algo muy bonito de vivir y de sentir.

-¿Por qué cree que gusta tanto y cae tan bien?

-Yo siempre trato de tener educación y de ser lo más natural posible, de caer bien a la gente y de que haya buen ambiente y buena armonía. Ese día se vio y es lo que más me gustó.

-Márquez, Martín y alguno más nos dicen de usted que es una esponja y que pronto será un rival más para ellos. Y Quartararo llegó a decir que él le subiría ya el próximo año a MotoGP, y que con dos test que hiciera estaría con los de delante.

-Bueno... MotoGP lo veo un poco lejos. Agradezco lo que dicen de mí, pero ahora hay un reto bastante serio como es Moto2. Es una categoría en la que hay que coger el toro por los cuernos y habrá que ir paso a paso.

-¿Estará uno o dos años en Moto2?

-Yo se lo he dejado claro a Nico Terol y a Jorge Martínez Aspar. Les he dicho que no subiré a MotoGP hasta que sea campeón de Moto2.

-Pone la carne de gallina escucharle. ¿Eso quiere decir que subiría en 2026 si fuese campeón en 2025?

-Sí, pero sinceramente, es algo que veo muy complicado. El plan es claro.

-Sobre Moto3, ¿le motiva igualar y superar el récord de Rossi de 1997 de 11 victorias en el mismo año en 125cc?

-Pues mira, una de las sensaciones que he tenido después de ganar el Mundial, después de que se bajaran las pulsaciones estando ya en casa, era de vacío, porque toda mi vida y todo este año se he regido por y para un objetivo que ya he conseguido y, una vez cumplido ese objetivo, ese sueño, esa meta, hay un momento en el que te quedas vacío, perdido y sin rumbo, porque te preguntas y ‘ahora qué hago y cuál va a ser mi motivación para volver a entrenar’. Una buena motivación para estas cuatro carreras que quedan, por toda la gente que ha estado trabajando por mí y los patrocinadores, es darles lo mejor de mí en las cuatro carreras que quedan. ¿El récord de Rossi? Impone mucho, pero intentaremos lucharlo sin ningún tipo de presión.

-¿Se ha planteado pedirle a Aspar en algún momento que le deje subirse a la Moto2 en estas cuatro carreras para empezar a preparar el año que viene?

-Pues sí, pero lo que yo le dije a Jorge es que si él me dice en Australia de subirme a la Moto2 o hacer la carrera de Moto3, le digo que la carrera de Moto3, porque esta categoría me ha hecho cumplir el sueño que tenía desde pequeño y otra cosa para mí sería como serle infiel o dejarla de lado. Pienso que tengo que acabar el año con la Moto3 y despedirme de la manera más bonita de esta categoría, que me lo ha dado todo. Cada cosa en su momento.

-¿Sabe ya que tendrá que trabajar para el salto a Moto2 a nivel físico y mental?

-Una cosa buena de ganar el título con antelación es que podemos ir preparándonos e informándonos de lo que se necesita para Moto2. Creo que tendré que ganar unos kilos de musculación, como tres o cuatro. Tengo que echar aún las cuentas, pero podré comer todo lo que me echen. (Se ríe). Y a nivel técnico tendré que cambiar mi estilo de pilotaje, pero eso es algo que siempre voy haciendo. Lo que más importante veo es el salir de la curva y poner la moto recta para aprovechar la máxima aceleración. Eso es lo que más puedo cambiar.

-De todos los que están en MotoGP, ¿cuál es con el que más ganas tiene de enfrentarse algún día? Márquez me dijo el otro día que le esperará para luchar juntos...

-Buah, ¿sí? A mí sí que me haría mucha ilusión coincidir con él, después de verlo tantos años por la tele. Ya poder entrenar con él, ir detrás de él, me pareció una auténtica pasada, así que imagina competir contra él en MotoGP. Él es el que más me ilusiona. Claramente. (Sonríe).

-¿Por qué?

-Porque es al que he idolatrado tanto tiempo.