Mundial de infarto para Ana Carrasco
El campeonato femenino se sentenció en una carrera tensa y nerviosa y se resolvió en la última curva de la última curva, cuando se cayó Herrera.
La última carrera del Mundial femenino (WCR) de la temporada, en la que se decidía el título, acabó con un desenlace de infarto en favor de Ana Carrasco y arrancó con las aspirantes separadas por dos posiciones y 13 puntos en favor de Ana Carrasco. La murciana arrancó cuarta y María Herrera, segunda. Las cuentas: si la murciana acababa entre las cuatro primeras, era campeona.
Intercaladas en la parrilla entre las contendientes se colocaron Sara Sánchez, primera, y Beatriz Neila, tercera. Y vista la superioridad del grupo de cuatro españolas sobre el resto, el objetivo para Ana era a priori factible. Como así fue, pero con mucho más suspense del imaginado, convirtiéndose gracias a su tercer puesto en la primera campeona del mundo del certamen. El segundo título mundial para ella, que suma al de SSP300 en 2018. Pero no fue fácil. Ni una carrera cómoda. Para ninguna. Porque hubo vuelcos a la clasificación, alternancias en el liderato, toques y una dramática caída de Herrera en la última curva de la última vuelta de un campeonato que cayó del lado de Carrasco y que estuvo en muchos momentos de la temporada y de la carrera en las manos de María.
Nada más darse la salida, Herrera se puso primera y Carrasco no cedió ni un centímetro y se pegó a su rueda trasera. Así llegaron a la curva seis, en la que la murciana se colocó primera y la toledana bajó al quinto, ya que por allí había una invitada poco habitual: Chloe Jones. El contratiempo no amedrentó a la del Forward, quien recuperó terreno y en la curva 13, tan famosa por duelos épicos y resultaría fatal para ella, dejó una pasada con la moto cruzada sobre Carrasco para volver al liderato. A María le interesaba una carrera embarullada, lenta, con un grupo lo más numeroso posible en las primeras plazas. Y a Ana, todo lo contrario, cada vez que accedía al liderato intentaba estirar el ritmo. Y por allí, además de Jones, aparecieron Ponziani y Pakita Ruiz. Siete pilotos en menos de un segundo pero con Jones pendiente de cumplir una doble long lap.
La británica cumplió su castigo y se desenganchó. Y con seis pilotos se llegó a las últimas vueltas, en las que Herrera mandaba y Carrasco era quinta. El Mundial en esas posiciones viajaba a Toledo. Y aparecieron los nervios. Herrera, a vuelta y media del final, se fue larga y cedió el liderato, cayó al cuarto, justo delante de Carrasco, con la que se llegó a tocar.
La última vuelta de la toledana fue sin contemplaciones, era ganar o adiós. Llegó a ponerse primera y a por todas. Pero en la última curva, cuando marchaba segunda y su rival quinta, se tocó con Sara Sánchez, otra vez. Al suelo en la curva, 13. Enfadada aplaudió con ironía a la catalana, que había ganado la carrera. Y eso daba el Mundial a la de Murcia, quien a su vez en esa misma mítica curva ascendió al cuarto lugar, que luego sería tercero por la caída de la toledana. Carrasco ya es bicampeona del mundo.