Martín se descarta para el Mundial: “Quizá en 2026”
El campeón del mundo de MotoGP asume que su papel en Aprilia será muy diferente al que vivió en Ducati: “No va a ser fácil y lo sé”.
Ya lo advertía Pecco Bagnaia. El 2025 va a ser interesante por los muchos cambios que se presentan en la parrilla de salida de MotoGP. Sin duda, el gran aliciente será ver a Marc Márquez ya vestido del rojo de la Ducati oficial, con una GP25 con la que apunta a hacer maravillas. Y, en especial, disputarle el Mundial a su compañero de equipo. Pero ese no será el único gran cambio al que se enfrenta la categoría de las motos pesadas. El adiós de Aleix Espargaró le ha dado a Jorge Martín el hueco en un equipo oficial por el que tanto soñaba y, descartado por los italianos (que también han perdido Pramac, que se ha unido a Yamaha para ser su satélite), el español se ha dejado aconsejar por su gran amigo y ocupará su lugar en Aprilia para encabezar un proyecto que necesita de mucho trabajo. Y bien lo sabe el actual campeón del mundo.
Por eso, el objetivo es muy distinto al de hace tan solo un año. En 2023 rozó la gloria hasta el último gran premio del año y, ahora que ya la tiene, afronta un nuevo proyecto con serenidad y con la certeza de que ya nadie le podrá arrebatar el sueño de toda una vida: el de ser campeón. Y asume que no lo repetirá este año. O eso dice él, porque los de Borgo Panigale seguirán muy por encima del resto en una temporada donde la motos serán clave, porque el desarrollo se paralizará en 2026 para amortiguar los costes que supondrá el cambio de reglamento de 2027. “Si hubiese seguido con una Ducati, el objetivo hubiese sido el mismo, dar lo mejor de mí. Pero obviamente, yendo a por la victoria, porque estoy preparado para eso. Ahora, no lo sé. No sé cómo va la nueva moto”, asume Martín, en su visita al podcast Tengo Un Plan.
Y es que ha pasado de tener la moto campeona del mundo a una que tan solo ha logrado ganar una carrera en todo el año. Pero tampoco tiene poco mérito, ya que fue la única capaz de plantar cara a Ducati, en el GP de las Américas, gracias a Maverick Viñales, quien también deja la marca para apostar por KTM. “El reto es enorme, porque cojo una moto que no sé si ha quedado octava o novena, contra una moto que ha hecho primero, segundo, tercero y cuarto, que es la Ducati”, explicaba el español, que ya ha probado su nueva moto en los test de pretemporada que se celebraron en Barcelona y, aunque no pudo dar declaraciones por su contrato vigente con los de Borgo Panigale, parece que las sensaciones fueron buenas de primeras. O así lo hizo notar en la televisión con su cara, su sonrisa y un gesto de aprobado durante la retransmisión.
Como nuevo piloto oficial, la primera vez que lo es en MotoGP, su objetivo será llevar a la marca a lo más alto. Empezarán con resultados más objetivos para ir mejorando durante la temporada: “Si empiezo con quintas posiciones y acabo ganando carreras, estaré orgullosísimo. O haciendo segundos puestos. Lo importante es avanzar”. Por eso, el título no es lo que se marca para este año, pero quizá sí para el siguiente, aunque todo dependerá de cómo avance el año: “Entonces claro, coger la Aprilia y llevarla a ese grupo no va a ser nada fácil, y lo sé. Entonces, mi objetivo para nada es ganar el Mundial este año. Quizá en 2026 ya pueda pensar más en eso, en intentar pelear por el campeonato. Pero ahora mismo es ver cómo estoy, dar lo mejor de mí y a ver qué pasa”.