Martín empieza a hacer cuentas
El español tuvo que “usar la cabeza” para no disputarle la victoria a Márquez y dar prioridad al Mundial. Con 111 puntos en juego, Jorge tiene 20 a su favor.
Desde que este Mundial de MotoGP volvió a ser cosa de dos, el mensaje que lanzaron desde Pramac fue conciso: “Jorge Martín está más preparado que nunca”. Bajo esa frase se escondía un año de evolución personal, especialmente a nivel mental, en el que Jorge lo había puesto todo de su parte para tener las armas adecuadas que le permitiesen llegar a lo más alto. Sobre el asfalto ya contaba con ellas, gracias a una Ducati que una vez más ha vuelto a ser imbatible. Y encima de la moto, este 2024 ha puesto en escena a un candidato capaz de todo al que ya le ha llegado el momento de comenzar a echar cuentas. A tres grandes premios del final, desde Borgo Panigale solo piden un punto menos de “agresividad” entre los contendientes al título. Por lo que el resto es responsabilidad de cada piloto y en este caso, el español es quien tiene las de ganar.
Martín y ‘Pecco’ Bagnaia llegaron a Australia separados por diez puntos y una vez se bajó el telón en Phillip Island, gracias a los 32 puntos que sumó el piloto del Pramac por los 22 del italiano, Jorge amplió su ventaja hasta las 20 unidades (con 111 en juego) en un momento decisivo de la temporada. A estas alturas, el español salía a 27 puntos de Pecco en 2023 y aunque en el presente ”quería la victoria”, le tocó “usar la cabeza” para no entrar en disputas con un Marc Márquez que puede ser su rival más incómodo en estos momentos. Pero ni siquiera el octocampeón le hizo perder la perspectiva al madrileño. “He visto que ‘Pecco’ estaba a seis o siete segundos”, explicaba un Jorge, que al fin y al cabo consiguió en el trazado australiano lo que realmente necesitaba: un sábado redondo y un domingo donde vio la bandera a cuadros por delante del otro candidato al título.
Renunciar a la victoria y también a riesgos innecesarios le permite a Martín seguir llevando la voz cantante. El piloto del Pramac no gozó de ese privilegio hace tan solo un año, pero la realidad es que en este 2024 se presenta una historia muy diferente donde Jorge aprendió bien la lección. El español supo entender que evitar los límites y buscar la regularidad fueron las dos cualidades que convirtieron a Bagnaia en bicampeón. Y ese aprendizaje también lo ha llevado a cabo, como demuestran los resultados. La dinámica del curso ha cambiado en comparación a 2023. La explosividad sigue siendo una de las grandes virtudes del madrileño, pero en esta ocasión ha priorizado la continuidad por encima de cualquier cosa.
En lo que va de año, Martín se ha llevado seis triunfos al esprint y tres en domingo (los mismos que Márquez); mientras que Pecco, ha celebrado las mismas victorias durante los sábados y se marcha hasta las ocho en la carrera larga. ¿Por qué Jorge está marcando la pauta? El piloto del Pramac ha subido al podio hasta en 26 ocasiones (entre sábados y domingos) por las 21 del italiano, que por el momento acumula siete ceros en su casillero por los tres del español. Unas diferencias que sin duda han favorecido al dominio del madrileño durante un curso, en el que ha salido comandando la general en 15 de los 17 grandes premios que se han celebrado hasta ahora. Y por delante, llegan circuitos favorables.
“Cada pista es un mundo”
“Ahora vamos a dos circuitos que me gustan mucho (Tailandia y Malasia)”, avisaba Bagnaia, tras haber sido el perdedor de la disputa mundialista en Australia. Sin embargo, los antecedentes demuestran que hace tan solo un año, Pecco no se impuso en ninguna de las dos próximas paradas del Mundial. Es más, en Buriram, Martín firmó un fin de semana perfecto con pleno de puntos que de repetirlo en la situación actual, le daría su primera bola de partido en Sepang. En estos momentos, al piloto del Pramac le vale con perder un máximo de seis puntos en cada uno de los tres grandes premios que restan para concluir el curso. Jorge sabe que “cada pista es un mundo, pasa de todo y es como empezar de cero”, pero afortunadamente para él, el casillero sí tiene memoria.