Márquez rebaja la euforia
El español contagia un mensaje con perfil bajo en Gresini. Padovani, jefa del equipo, ya no habla “de ganar” en un curso donde Marc puede volver a hacer historia.
La sonrisa que esbozó Marc Márquez después de su primera toma de contacto con la Ducati del Gresini en el test de Valencia el pasado mes de noviembre, llenó de optimismo el box italiano. “No sé ganar, pero luchar por el Mundial sí que lo espero de alguien como él”, dijo la Nadia Padovani (jefa de equipo) más ambiciosa a La Gazzetta dello Sport, pero con el paso el tiempo el piloto español ha sido capaz de rebajar la euforia con un mensaje de perfil bajo que ha calado hondo dentro del equipo. A pesar de que el estreno del español con la Desmosedici le dejó “tranquilo” a nivel personal, sobre todo porque su intención con el paso de Honda a la casa de Borgo Panigale era volver a sentirse competitivo, la intención del ocho veces campeón es comenzar la temporada sin ningún tipo de expectativas en cuanto a sus aspiraciones.
Comenzó siendo el propio piloto quien se encargó de distribuir ese mensaje. “No puedo pretender arrasar, no puedo pretender ganar un campeonato, primero tengo que construir”, dijo Marc tras unas pruebas de Sepang en las que resaltó, sobre todo, los puntos débiles. Se habló demasiado después de los test en Malasia del tiempo a una vuelta (fue noveno, decimocuarto y sexto), pero se intentó pasar por alto su ritmo en la simulación de una carrera al esprint. Y aunque desde los puestos de mando de Ducati están convencidos de que Márquez no ha querido exprimir al máximo su potencial, desde el Gresini han adoptado ese mensaje prudente del ilerdense que se sustenta en torno al periodo de adaptación a la GP23.
¿Cuándo se sentirá cómodo Marc para ganar con la moto italiana? Primero responde Frankie Carchedi, su jefe de mecánicos: “A medida que avance el año mejoraremos. Todo es cuestión de las 3 o 4 primeras carreras, entonces entenderemos qué tipo de año podemos firmar”. El ingeniero también habla de construir un proyecto ganador e insiste en que les llevará “un poco de tiempo conseguirlo”, como ya pasó con Lorenzo o un Bagnaia al que también toma de ejemplo: “Tuvo que esperar hasta su cuarto año con esta máquina (la Ducati) para coronarse”. En Gresini hablan de reglas y parecen no tener en cuenta que el caso de Márquez, en su mayoría de veces, siempre ha sido la excepción. Y en este 2024 puede volver a serlo por partida doble.
Márquez puede cambiar la historia
Que Márquez piense en volver a ser competitivo, significa que el español quiere volver a ganar. Y aunque para Nadia Padovani ahora también “es demasiado pronto para hablar de ello”, como reconoció en Speedweek, la historia puede cambiar gracias a su nuevo fichaje. Si Marc lograse el título de MotoGP esta temporada, lo haría cinco años después de su última corona (2019) y nadie, sin excepción, ha sido capaz de conquistar el cetro en la máxima categoría después de tres cursos en blanco. Esa barrera ha sido infranqueable para cualquier piloto y fue establecida por Stoner en 2011, cuando después de dos títulos de Rossi y uno de Lorenzo, consiguió sumar a su palmarés (tras el campeonato de 2007 con Ducati) otro entorchado al manillar de la Honda.
Casualmente la historia puede escribirse a la inversa a nivel de marcas, pues Marc en este caso ha cambiado la Honda por una Ducati, pero su logro podría ir más allá en caso de ganar con la GP23. Porque por primera vez, una moto privada se impondría en una parrilla donde existen versiones más actualizadas de ese prototipo. El español sería el primer campeón de MotoGP con una versión anterior y aunque apenas han sido, en los últimos años, significativas las evoluciones de la Desmosedici de una temporada a otra, la hazaña hasta no hace demasiado parecía impensable. Y desde Gresini prefieren que siga siendo así: “Llegamos a Qatar motivados para hacer un buen papel, pero no hablo de ganar porque Ducati tiene pilotos muy fuertes”.
Objetivos para los dos Márquez
Padovani esfuma las exigencias hacia un ocho veces campeón, pero no las esquiva en el lado de Álex. “Está claro que tiene que ganar una carrera”, recalca la propietaria de la escuadra de Faenza tras los dos podios (3º en Argentina y 2º en Malasia) y las dos victorias al esprint (en Silverstone y Sepang) del pequeño de los Márquez en 2023, para acabar con ese discurso más precavido hacia la figura de un Marc, con el que su objetivo “es situarnos entre los cinco primeros”.
¿Realmente no aspiran a nada más? El mensaje sigue por completo la línea del que lanza el ocho veces campeón y su nuevo jefe de mecánicos: “Lo veremos según vayan pasando las carreras y mejoren sus sensaciones al manillar de la Ducati”. Esa moto con la que, a nivel de ritmo, ya está entre los mejores. Pero en Gresini prefieren pedir un poco de paciencia.