La última bala de Yamaha

Yamaha está en plena cuenta atrás para retener a Fabio Quartararo. El tiempo corre en contra del fabricante japonés, al que El Diablo le pide soluciones urgentes para saber que puede seguir confiando en la M1. Y por delante, desde Iwata tan solo tienen hasta la primera parte de 2026 para presentarle a su campeón una moto convincente en la que, por el momento, solo acumulan contratiempos. El francés está sufriendo para mantener su montura entre las cinco primeras posiciones, a pesar de comenzar en primera fila de parrilla de manera recurrente. A una vuelta el piloto de Niza es capaz de tapar carencias, pero cuando llega la hora de la verdad las debilidades de los diapasones salen a relucir.

“Cuando voy solo, puedo ir más al límite, a mi ritmo y estilo de pilotaje. Pero cuando voy en grupo, perdemos mucho... Primero el agarre trasero, luego la potencia, luego la aerodinámica...”, exponía Quartararo en Canal+ Francia, sobre unas limitaciones en la M1 que se hacen mucho más pronunciadas cuando se encuentra luchando en grupo. Después de doce grandes premios y carreras en las que el francés no ha tenido más remedio que resignarse ante la falta de competitividad por parte del prototipo japonés, al menos rodar frente los fabricantes europeos le ha servido de lección: “Cuando voy detrás de alguien, ellos frenan con las dos ruedas. Pero nosotros frenamos solo con la delantera, por lo que cuando estoy detrás de alguien, tengo que frenar 20 metros antes que él”.

La partida se iguala para el resto de rivales cuando ruedan en aire sucio tras la Yamaha: “Ellos pueden frenar más o menos parecido a mí, porque su parte trasera también frena y por eso me adelantan. Esto es con lo que realmente estamos teniendo dificultades durante la carrera, sobre todo en las primeras vueltas”. A pesar de ser el segundo piloto de la parrilla con más poles esta temporada (cuatro por las siete de Marc Márquez), los domingos del francés siempre han acabado a la zaga o en el asfalto.

“No soy ingeniero pero nos falta motor”

Quartararo no ha tenido oportunidad de defender su posición de honor por prestaciones y el francés ha identificado el por qué: “Creo que está relacionado con nuestro motor, porque con el V4 es mejor y se puede frenar con ambas ruedas. Esta moto (la M1) tiene una parte delantera muy potente, pero siempre hemos tenido problemas con la parte trasera”. Yamaha es el único fabricante de la parrilla con un motor en línea y aunque ya han puesto sobre el asfalto su V4, van con retraso con respecto al resto de marcas como comprobó Fabio en Brno: “Ducati, KTM y Aprilia tienen una cosa en común y es el motor; pero Ducati tiene un chasis, KTM otro y Aprilia otro. No estoy seguro porque no soy ingeniero y nunca he probado un V4, pero lo que veo hoy en día es que nos falta lo mismo en todas las motos y creo que está relacionado con el motor".

No será hasta las pruebas de Misano (el 15 de septiembre), cuando Fabio pueda probar por primera vez las prestaciones de la M1 con el V4; que actualmente está siendo desarrollado por Augusto Fernández, Cal Crutchlow y Andrea Dovizioso. Y aunque Yamaha solo montará el nuevo propulsor si la mejora en la máquina es significativa, el fabricante japonés (aunque las concesiones se lo permiten) no homologará la nueva unidad hasta la próxima temporada. Por lo que el inicio de 2026 será decisivo para saber si Quartararo tenía razón y, sobre todo, si continúa en la sede de Iwata. Porque el campeón quiere volver a ganar.