“La ambición es la misma”

Una vez concluida una discotequera presentación repleta de música electrónica y coreografías dignas de Got Talent, llegó la hora de vestir sus nuevos colores de otra forma, cambiando el mono por un polo para hablar con los medios en rueda de prensa. En ella, Marc Márquez analizó en profundidad de la aventura que empieza con la Ducati del Gresini, aunque la base fue la misma. Entiende que “las expectativas de la gente son superaltas”, pero él debe centrarse en lo suyo: “Mi trabajo es olvidarme de eso y trabajar con mi box”.

“Tengo que estar calmado, pero eso no significa no ir rápido, lo que no puedo pretender es luchar por victorias desde el principio porque los últimos cuatro años han sido una pesadilla para mí”, reflexiona el ilerdense. Es más, incluso un ocho veces campeón del mundo como él necesita un periodo de adaptación, por eso no quiere apuntar alto de primeras: “Llego a una moto con la que Bagnaia y Martín tienen muchos años de experiencia y han ganado carreras y títulos. No puedes pretender llegar y estar al mismo nivel que ellos”.

Le costará acostumbrarse a su nueva vida en MotoGP, porque “después de 11 años con Honda, los primeros pasos aquí son extraños”, pero cuando tomó la decisión de cambiar un equipo por otro “estaba totalmente convencido”. “Además, venir a un equipo con mi hermano hizo la decisión mucho más fácil”, añade, aunque “es imposible crear en un año la misma atmósfera” de trabajo que tenía en la formación del ala dorada, “pero no es el objetivo”: “Con el tiempo nos entenderemos. Odio las comparaciones, lo que importa es el rendimiento”.

Lo que vivió en el test de Valencia “fue una buena forma de empezar” y de captar los primeros detalles de una Desmosedici GP23 “muy similar con la que acabaron Bagnaia y Martín” la pasada temporada: “La forma de afrontar las curvas es totalmente diferente. No puedo utilizar los puntos fuertes que tenía con la Honda en las curvas. Pero tengo más curiosidad de probar la moto en circuitos como Malasia o Qatar en los que sufro más, porque en Valencia suelo ser rápido. Tendré esa moto (la GP23) todo el año y mi trabajo es sacarle el máximo partido”.

La aventura será muy diferente, pero “la ambición es la misma”. ¿Tanto como para pelear por el título como esperan mucho, incluso su jefa Nadia Padovani? No se atreve a decir tanto, por ahora… “Siento que tengo el nivel de luchar entre los cinco primeros, no diré de luchar por el título porque para eso debes tener un nivel extra en muchos puntos”. “Lo más fácil habría sido quedarse en Honda con menos presión y más dinero en el banco”, explica Marc con sinceridad, igual que cuando dice: “Espero no caerme tanto, pero estoy seguro de que en el test de Malasia o en el de Qatar tendré mi primera caída”.

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“Cada uno tiene que hacer su camino”

“Esperamos divertirnos durante el año, pero cada uno estará en su lado del garaje del trabajo”, dice Marc sobre Álex, que está encantando de volver a compartir equipo con su hermano: “No puedes imaginar lo especial que es correr con tu hermano en MotoGP… Lo bueno es que tienes confianza para preguntarle cosas, lo malo son las expectativas de la gente. Ojalá ninguno necesite la ayuda del otro, porque eso quiere decir que somos rápidos. Cada uno tiene que hacer su camino”. El suyo es mejorar donde lo dejó en 2023 con una Ducati que conoce bien y en la que aprecia cambios: “El motor y la aerodinámica son diferentes. Es una evolución con algo más de potencia”.

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