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KTM preocupa a Acosta

Albert Valera, manager del español, indica que la crisis de la marca les ha cogido por sorpresa, pero apuestan por “creer y confiar” en el proyecto.

GRAFCAT1004. MONTMELÓ (BARCELONA) (ESPAÑA), 19/11/2024.- El piloto español de MotoGP, Pedro Acosta (Red Bull KTM Factory), rueda con su nueva moto durante la primera sesión de los entrenamientos del Test Oficial de Barcelona para la temporada 2025, que se disputa este martes en el Circuito de Barcelona- Cataluña de Montmeló.EFE/ Alejandro García
Alejandro GarcíaEFE

Una deuda de más de tres millones de euros y muchas dudas sobre el futuro. KTM afronta durante los últimos meses la situación financiera más grave de su historia. La empresa austriaca se ha declarado en quiebra y las alarmas han saltado inmediatamente en el Mundial de MotoGP. Desde el seno de la marca insisten en que su proyecto no se va a ver afectado. De hecho, aunque se apuntaba a la congelación del desarrollo de los prototipos durante este invierno, en los últimos días tanto Pol Espargaró como Maverick Viñales han compartido contenido en sus redes sociales sobre el equipo y el trabajo que están realizando antes de las Navidades gracias a las concesiones que el Mundial les ha dado. Sin embargo, esto no quita de la preocupación que conlleva estar en un equipo que tiene problemas económicos.

Y otro de los grandes afectados por esta situación, o al menos muy preocupado por lo que pueda pasar, es Pedro Acosta. El español, después de un año con GasGas, ha dado el salto al equipo oficial de la casa austriaca y, pese a que solo sea su segunda temporada en la máxima categoría, la intención es luchar por todo y, en especial, por conseguir esa primera victoria que se ha resistido este 2024. Para hablar de la situación que atraviesan los austriacos, su manager, Albert Valera, atendió a Motorsport en su podcast y admitió que “nadie nos avisó de esta posibilidad cuando firmamos el contrato en mayo, se nos vendió que KTM era un gigante con un enorme músculo financiero, para nosotros ha sido una sorpresa absoluta”. Por eso, la noticia “no ha sido fácil de digerir” y la preocupación es grande, “por lo que nos dicen, el proyecto va a seguir en MotoGP, con lo cual, no peligra tener una moto para el próximo año, lo que sí que nos preguntamos es en qué condiciones vamos a poder competir”.

El caso es que se unieron a un proyecto que consideraban “ganador”, con “una empresa que venía de generar decenas de millones de beneficios y con un mensaje claro de que estaban en posición de fortaleza para poder luchar contra el denominador actual en MotoGP, que es Ducati”. Y, de golpe y porrazo, tras los test de pretemporada en Barcelona, se encontraron con una realidad muy distinta: “A día de hoy esto no es así. En seis meses, han cambiado todo y nos preguntamos qué ha ocurrido. Es algo que sí que nos preocupa y negar lo evidente sería absurdo. Creo que hay que reconocerlo y ser honestos, y obviamente, tanto a Pedro como a mí, como a su familia y a su entorno, nos preocupa la situación actual de KTM”. Pese a todo, el manager de Acosta insiste en que “la relación es buena, como siempre” y cree que “todo el departamento de carreras de MotoGP es víctima de la mala gestión de KTM”.

Pedro Acosta, en el test de MotoGP en Barcelona con KTM.
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Pedro Acosta, en el test de MotoGP en Barcelona con KTM.Gold & Goose/Red Bull Content Pool

Confianza absoluta

Entonces, ¿cuál es el siguiente paso para el español? Valera asume que “pensar en romper un contrato para 2025 es muy difícil” y, por eso, la única vía es creer y “confiar en lo que nos dicen” aunque eso suponga “hacer un ejercicio difícil” dada la gravedad del asunto en la fábrica. “Hay que hacer ese difícil ejercicio de creer, confiar y no anticiparnos a los acontecimientos”, insiste el manager, que, por el momento, asegura que de cara a 2025, “todo sigue igual a no ser que la situación empeore y se nos comunique por parte de KTM”. Por eso, la idea de romper el contrato de Acosta con la marca es algo que aún ni se plantean. “Uno puede romper el contrato cuando hay un incumplimiento por parte de la otra parte. De momento KTM no ha hecho ningún incumplimiento de contrato. También es importante tener en cuenta que el proyecto de carreras, lo que es KTM Racing, es otra empresa aparte”, explica, aclarando que esta no es la empresa que se ha declarado en concurso de acreedores, aunque “todas dependen del mismo paraguas”.

Y, aunque sigan confiando en el proyecto de KTM, en el mundo de MotoGP siempre hay que mantener vivos los contactos con otros fabricantes: “Puedo decir que hablo con muchas fábricas constantemente porque tenemos buena relación y es una comunicación diaria la que hay. Todas las fábricas me han contactado preguntándome cómo está Pedro, deseándome que esta situación no le afecte, me han dado el apoyo y nos han deseado lo mejor. Y sé que todas las fábricas, en el momento en que estemos en una posición que debamos buscar una alternativa, estoy seguro que también estarán abiertas a ayudar a Pedro. Pedro es un diamante, tiene 20 años, ha demostrado ya muchísimo y a cualquier fábrica le haría ilusión contar con sus servicios”.

Salarios sin pagar

Cada novedad sobre la crisis de KTM es más preocupante que la anterior. La marca austriaca está en el ojo del huracán y, las últimas noticias que llegan desde Mattighofen no son nada buenas. La empresa dejará a 750 personas sin trabajo en este final de año y, si el golpe ya es fuerte, peor es que no puedan recibir los salarios de noviembre, incluida las pagas extra de Navidad. La situación económica es tan crítica que los trabajadores recibirán el dinero pendiente a través del fondo de compensación de insolvencia y así lo ha confirmado el comunicado de prensa de la Cámara de Trabajo de Alta Austria: “La empresa insolvente no está aparentemente en condiciones de hacer las transferencias prometidas”. La promesa era abonar a sus trabajadores el 90% de los salarios antes de la Navidad, para evitar casos penales. Pero ha resultado imposible de cumplir. Además, este pasado viernes se anunció que otra filial de KTM, Vöcklabrucker Metallgießerei, proveedor de la fundición de metales, también se declaró en quiebra. En el mismo día, la fábrica de Mattighofen también detuvo su producción, adelantándolo una semana a lo que estaba previsto.

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