El infierno de Jorge Martín: “Me dijo que estaba seguro de que iba a morir”

El sueño se convirtió en pesadilla para Jorge Martín. Después de tocar el olimpo al ser campeón del mundo, a vivir una temporada llena de cambios y, sobre todo, lesiones que le hicieron replantearse su futuro. “Pasé del mejor momento, del más feliz de mi vida a empezar esta pesadilla”, confiesa el español en el nuevo documental de MotoGP, en el que se resume a la perfección lo que ha sido el año del nuevo piloto de Aprilia. Y ese es justo el comienzo de la pieza: la llegada de un piloto motivado a su nueva fábrica, asumiendo por primera vez en su carrera deportiva el rol de piloto oficial que no le quisieron dar en Ducati, la marca que le hizo campeón del mundo en 2024. Porque ese era su gran objetivo después del Mundial: hacerse con un hueco importante en MotoGP. “Ser piloto oficial es un gran sueño para mí, así que creo que estoy en el lugar indicado”, aseguraba Martín, antes de comenzar la temporada.

Sin embargo, el sueño se truncó pronto. El año de Jorge no empezó, ni de lejos, como se esperaba. La adaptación a la Aprilia duró muy poco por un accidente en los test de Sepang, teniendo que volver a España con la intención de pasar por quirófano y con el tiempo justo para llegar a la primera carrera del año. De hecho, su presencia en el GP inaugural de Tailandia no estaba asegurada. “Me llamó desde el hospital. Empezó a llorar y yo también. Fue un drama”, confiesa su pareja, María Monfort. Un palo muy gordo para el campeón, que llegaba a 2025 con más motivación que nunca. “Estaba muy emocionado, superconfiado, lo estaba disfrutando. Tenía mucha energía positiva”, añadía su novia.

Y tras la cirugía, había que trabajar para volver a tiempo. “Se tiró dos semanas inmerso en la recuperación. Gastó toda su energía con el objetivo de volver lo antes posible”, explicaba María y, aunque consiguió el apto de los médicos para probarse con una moto justo antes de viajar a Tailandia, la mala suerte (y quizá las ansias) le jugó otra mala pasada. “No me acuerdo muy bien de la caída, pero sólo iba diciendo: ‘No puede ser, esto no está pasando’”, explicaba el español, que no quería creerse lo que había sucedido: “Iba al hospital moviendo la mano, con tres fracturas, pero diciendo: ‘No es para tanto’”. Pero los exámenes médicos confirmaron que las lesiones en la mano izquierda eran importantes, que había que volver a pasar por el quirófano y que la recuperación sería larga. “Luego me di cuenta que era una lesión muy fea”, añade el campeón.

“Lo peor fue decirle a Rivola que me había caído”, confiesa Martín, hablando del CEO de Aprilia Racing, su jefe, a quien unas horas antes le mandaba fotografías de su tiempo por vuelta. Sin embargo, la llamada de su piloto le hizo pensar que las cosas no iban bien: “Tenía un mal presentimiento con esa llamada. Le dije: ‘No me digas que te has caído’”. De hecho, además de la cita en Tailandia, también se perdió las carreras de Austin y Argentina. “Fue muy muy duro. Psicológicamente, esta fue peor. No hacer la pretemporada es duro, pero no comenzar la temporada es todavía más duro”, reconoce su pareja y lo confirma el propio piloto: “Fue difícil de aceptar, pero cuando lo hice, ya sólo pensé en la recuperación”. Y no fue hasta Qatar cuando pudo arrancar la temporada... pero su presencia en el paddock duró poco. Vivió el peor momento de su vida tras un fortísimo accidente en la carrera del domingo, cuando Fabio Di Giannantonio no pudo evitarlo y golpeó con su moto la espalda del español.

Y las palabras de su novia, María, encogen el corazón: “Entré a la sala, miré a Jorge e, inmediatamente, empezamos a llorar. Fue como ‘No sé qué va a pasar, pero te quiero’. Lloramos mucho. Estaba sufriendo mucho y teníamos mucho miedo. Me dijo que estaba seguro de que iba a morir”. Entonces, en los peores momentos, las dudas consumen a uno. “Él estaba roto, hasta dudaba sobre si iba a volver a correr”, añade su pareja, porque, al fin y al cabo, ¿merece la pena seguir con todo eso a costa de su cuerpo? Pasó una semana ingresado en Losail, pero la pasión siempre puede con todo y, pese a los malos momentos, Martín siguió luchando por volver a la parrilla de MotoGP. Regresó para el GP de la República Checa, con las dudas sobre su continuidad en Aprilia rondando por el paddock. Confirmó que seguiría con los italianos y consiguió un muy positivo séptimo puesto en Brno que le dio las esperanzas que necesitaba. “El sentimiento de acabar esa carrera fue como ganar el Mundial. Fue como volver a nacer”, resume María.

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Pero todavía quedaba una cuarta lesión. La del GP de Japón, la cual, le dejó una fractura en la clavícula derecha de la que aún se está recuperando. Pudo regresar para la última cita del año en Valencia, sin forzar, pero con el objetivo de realizar el test de pretemporada de ese martes posterior al gran premio. Lo hizo y, ahora, pasa por un invierno centrado en su recuperación, que sigue un buen camino, según informan fuentes cercanas al madrileño. Y avisa a sus rivales: “Seguiré aquí siempre que me lo permita mi cuerpo y mi cabeza”. Por ahora seguirá siendo así, porque el objetivo es volver a ser campeón del mundo.

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