El error que costó una victoria
Un fallo con el ‘front device’ compromete todas las opciones que Márquez tenía de ganar en Austria, donde rodaba en los mismos tiempos de Bagnaia.
“Nos ha pasado todo lo malo que nos podía pasar”. Un fin de semana más, la suerte no acompañó a Marc Márquez. La primera victoria con Ducati se le sigue resistiendo al ilerdense, bien por un exceso de ganas que le ha llevado ya a sumar muchas caídas en carrera, bien por la superioridad notable de las GP24 o por fallos técnicos que han acabado tirando por la borda todas sus opciones de optar a la victoria. Y ese ha sido el caso de este pasado domingo. Las ganas de colocarse en lo más alto del podio le pudieron el sábado y, entendiendo que no podía volver a fallar de esa manera, la carrera larga la afrontaba con otra mentalidad que acabó colapsando en vista de una serie de problemas técnicos que acabaron desatando el caos en Gresini a falta de media hora para que se apagasen los semáforos del GP de Austria.
Las alarmas saltaron cuando, mirando la presión del neumático delantero, los mecánicos se dieron cuenta de que se había roto la válvula. Tuvieron que reaccionar rápido y dirigirse a la carpa de Michelin para cambiar la goma, perdiendo esa temperatura de cara al inicio de carrera que puso en alerta a Márquez. Pendiente de poner a punto el neumático, el propio ilerdense asumía la culpa por no haber enganchado bien el ‘front device’. El dispositivo que le costaría lo que podría haber sido su primera victoria con los italianos. O, al menos, una lucha apretada con Bagnaia. Y no es una suposición, porque el ritmo de Márquez a final de carrera estaba al nivel del bicampeón italiano. Incluso admitió Márquez que “al final de carrera iba más rápido” que su próximo compañero de equipo, aunque no quiso poner la mano en el fuego cuando le preguntaron si esa podría haber sido su ansiada primera victoria con Ducati. “No me atrevo a decirlo”, pero sí “tenía un podio fácil” que no pudo ser.
Al contrario que el propio piloto, en su próximo equipo no dudan de sus capacidades. Davide Tardozzi, team manager del Ducati Lenovo, admitía a este diario que “había advertido que el domingo Márquez lucharía por la victoria” y no se equivocaba. Analizando los tiempos por vuelta, a falta de diez giros para ver la bandera a cuadros, el español se mantuvo entre el 1′30.412 y un 1′132.075 en el giro de entrada a meta. De estas vueltas, tan solo dos superaron el 1′31. En el caso de Bagnaia, el italiano mantuvo su ritmo entre 1′30 y 1′31, superando este último registro en más ocasiones que Marc. De hecho, al quedarse con aire limpio en la cuarta plaza, fue más rápido que el italiano. Incluso la vuelta rápida del ilerdense (1′29.929) se acercó a la del piloto del oficial (1′29.519). Eso sí, Márquez fue más lento al inicio de carrera, encarando la remontada con calma y condicionando ya incluso sus opciones de llegar a las posiciones de podio.
Lástima para el ocho veces campeón del mundo, quien tendrá que esperar un año más para lograr ganar una carrera en uno de los pocos circuitos que se le siguen resistiendo en el calendario. Al menos, aunque se fue dolido por el error, Márquez resaltó la parte positiva de todo el fin de semana: sentirse competitivo de principio a fin, dominando entrenamientos, divirtiéndose con la Ducati en cada salida a pista y dominando un warm up en el que avisaba a sus rivales de sus posibilidades. ¿La victoria? Ya llegará y no es algo que le preocupe. Tampoco a la marca porque tienen muy claro a qué tipo de piloto han fichado para 2025. “Antes de que termine la temporada, Márquez ganará una carrera”. Y Aragón puede ser otra de las grandes posibilidades para Marc.