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MOTOGP

¿Cómo afecta la entrada de Liberty a MotoGP?

La compra del Mundial por parte de la empresa propietaria de la Fórmula 1 por más de 4.000 millones de euros ha provocado muchas dudas y rechazo por parte de la afición.

La carrera de MotoGP, en el GP de Portugal.
PATRICIA DE MELO MOREIRAAFP

Si de algo puede sentirse orgulloso el Mundial de MotoGP, entre muchas otras cosas, es de tener una de las aficiones más leales del mundo del deporte. Están delante de la televisión durante horas cada fin de semana, llenan las gradas de cada gran premio y siguen toda la actualidad muy cerca. Por eso, la entrada de grandes emergentes a un campeonato que consideran más casero, ha generado ciertas dudas y un poco de rechazo en la última semana. MotoGP anunció la compra del Mundial por parte de Liberty, empresa propietaria de la Fórmula 1 y el responsable de que el Gran Circo haya duplicado su valor y su presencia en todo el mundo en apenas unos años. Lo cual, hace de él un gran espectáculo en el que los aficionados a las dos ruedas no se ven muy representados.

Pero, ¿afectará hasta ese nivel también en las motos? Desde Dorna aseguran que no y llaman a la calma. Lo primero, dejan claro que la Fórmula 1 y MotoGP son dos empresas que forman parte del mismo grupo y, en palabras de Carmelo Ezpeleta a la Gazzetta dello Sport, “no habrá gente trabajando en ambos lados”, por lo que serán “independientes de la F1″. Y lo segundo: Liberty “no planea cambiar” la esencia del mayor campeonato de las dos ruedas en el mundo. Consideran que el formato funciona, ofrecen “una emoción increíble”, son la referencia en el motociclismo y que, lo único que falta, es una mayor visibilidad para recuperarse y superar la deuda que tienen. Cierto es que respecto a la pasada temporada ya han notado un incremento, pero hay necesidad de abrirlo mucho más y, como insiste el CEO de Dorna, “llegar a lugares donde todavía no hemos llegado”. La entrada de Liberty solo puede suponer una cosa: “mejorar todavía más este maravilloso deporte”. La FIM (Federación Internacional de Motociclismo) “acoge con satisfacción” esta compra, convencida de que sus Campeonatos del Mundo se beneficiarán de la fuerza y la calidad de transmisión de sus nuevos socios.

Por el momento, el caso no guarda tanta similitud con lo que supuso para la Fórmula 1 en 2016. Liberty compró el campeonato por 7.000 millones de euros cuando no pasaba por su mejor momento mediático: Rosberg acababa de ganar el Mundial y anunció su retirada en medio de un dominio total de Mercedes y Hamilton que, de hecho, seguiría hasta 2021. La primera pieza en caer fue el CEO de la F1, Bernie Ecclestone, algo que no va a suceder en el caso de MotoGP. Dorna, que reduce de un 21% al 14% su participación en el Mundial, seguirá al frente de la empresa con Carmelo Ezpeleta como directivo y manteniendo su base en Madrid. Otro hecho que muestra la confianza de la empresa en el producto porque, al final, todo se reduce al marketing deportivo y las audiencias. “Solo falta visibilidad”, insiste Carlos Ezpeleta, director deportivo de Dorna, sobre la entrada de Liberty a MotoGP, que califica como “la referencia mundial de las dos ruedas”.

La carrera de MotoGP en el GP de Portugal.
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La carrera de MotoGP en el GP de Portugal.JOSE SENA GOULAOEFE

Interés en Estados Unidos

Lo que observaron con la Fórmula 1 es que “a medida que crecía el número de aficionados, la monetización se hacía más fácil”, por eso, la importancia de un buen marketing deportivo para alcanzar una mayor audiencia. Y ese mismo potencial lo ven en MotoGP, pero podría suponer una internacionalización del calendario al más puro estilo Gran Circo, es decir, abrir el Mundial a nuevos escenarios y, entre ellos, ampliar la presencia de Estados Unidos. Y no parece una locura teniendo en cuenta que MotoGP ya tiene su primer equipo americano con el Trackhouse Racing, algo que ha abierto la veda a hablar de la necesidad de un segundo gran premio en EE.UU. Y no es locura porque en 2013, con un calendario más corto, hubo hasta tres citas en el país americano (Laguna Seca, Indianápolis y Austin).

Es un tema que Carlos Ezpeleta tampoco ve con malos ojos. En el podcast ‘Por Orejas’ de Motorsport.com, aseguraba que “el interés de Estados Unidos es común a cualquier tipo de deporte, es algo que quieren hacer todos” y tener a Liberty como socio hará más fácil las negociaciones y el crecimiento que necesitan en ese mercado tan complicado, pero que, a su vez, está en una buena franja horaria para convivir con las audiencias europeas. “Lo que ha hecho la F1 es un excepción, no la regla”, añade. ¿Y qué hay que hacer? Apostar por promover el entretenimiento y la cercanía con el público. Ya comenzaron con la implantación de acciones como el Hero Walk o el Drivers Parade a lo F1, pero tienen que seguir dando pasos adelante para atraer también un nuevo tipo de fan al deporte. Y aquí también podría encajar una puesta conjunta con Netflix, copiando el formato Drive To Survive que tanto éxito ha tenido en el mercado estadounidense y donde la F1 apuesta por un énfasis en el entretenimiento y la dramatización de las escenas fuera de pista. Ya van por la sexta temporada y el deporte ha ganado más público de diferentes edades, notando un mayor interés entre los más jóvenes.

¿GP conjunto con la Fórmula 1?

Es una idea jugosa, pero está más cerca de ser un imposible a una realidad. Carlos Ezpeleta asume que “no está en los planes inmediatos”, ni tampoco están trabajando, aunque no lo descartan “a medio plazo”. Aun así, es claro con el asunto: “tiene un sentido limitado” y muchos temas en los que ponerse de acuerdo. “Problemas con los patrocinadores, las cámaras... Sería un proyecto bastante complicado”, explica, además de tener una idea clara: MotoGP no puede correr en circuitos urbanos de ninguna de la maneras y siempre supone un paso atrás para ese acercamiento con la audiencia que sí tiene la Fórmula 1. “Hay un número de circuitos en los que pueden correr ambos, pero no tantos”, añade el directivo, consciente de las diferencias en las necesidades de seguridad que tienen ambas categorías.

Y otro aspecto más que no pasa desapercibido: si ambos campeonatos hacen sold out de manera individual, ¿qué circuito puede tener una capacidad para acoger a los aficionados de ambas modalidades? “Juntarlos a todos tiene dificultades”, responde y ya ni hablar del quebradero de cabeza que supondría cuadrar los horarios de ambas competiciones, porque las categorías inferiores no tendrían cabida en un mismo fin de semana.

La emisión en abierto, imposible

No es un modelo que se valore para MotoGP, al igual que no lo ha sido para la F1. “La TV en abierto es pasado”, decía Carmelo Ezpeleta, en el canal Bar Sport. Y recalcaba la idea en una charla con La Gazzetta dello Sport: “Las televisiones en abierto cobran únicamente de la publicidad, y eso no es suficiente para ofrecer lo mismo que recibimos de las TV de pago”. El CEO de MotoGP recuerda que “esos ingresos nos permiten pagar el 50% de los equipos privados” porque sí, la mitad del sustento de los equipos sale directamente de Dorna.

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