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MOTOGP

Aprilia se olvida de las alas y la moto “volaba”

Raúl Fernández hizo de “conejillo de indias” para los de Noale y aprovechó el viento de Australia para prescindir de la aerodinámica: “Nos fue muy bien”.

Raúl Fernández rueda con la Aprilia sin aerodinámica durante el GP de Australia.
Instagram Raúl Fernández

La parte negativa de la aerodinámica fue una de las protagonistas durante el GP de Australia. Durante la esprint de MotoGP, Bezzecchi arrolló a Maverick tras haber sido absorbido por el rebufo de la Aprilia y la acción, puso en relieve uno de los contratiempos que ha generado el auge de la aerodinámica en la categoría reina; que sobre todo se acentúa en un escenario como Phillip Island. El trazado australiano es uno de esos circuitos que minimiza la ausencia de adelantamientos, pero potencia el efecto aerodinámico a causa de las rachas de viento que se dan en la isla. Por ese motivo es la única pista del calendario donde, por reglamento, los pilotos pueden prescindir del paquete aerodinámico. Una práctica que parece impensable en el momento actual, pero con la que se atrevieron desde la casa de Noale.

Raúl Fernández y el equipo Trackhouse se acogieron al reglamento y prescindieron del paquete aerodinámico en la RS-GP del español. “Aprilia está confiando (en Raúl) y me he ofrecido como conejillo de indias para hacer una buena moto”, explicaba el madrileño, sobre la decisión de correr sin alas recordando la vieja escuela. Desde 2016 los apéndices aerodinámicos siempre estuvieron presentes en el carenado, y a pesar de que Fernández nunca había competido sin estos elementos (debutó en MotoGP hace tres años) las sensaciones fueron positivas: “Nos fue muy bien. Es la única pista del Mundial en la que está permitido quitar las alas por el intenso viento que hay. Nunca había pilotado sin alerones, pero ha sido muy bonito. Me lo he pasado muy bien, hacía mucho tiempo que no sentía una moto así”.

Más allá de las sensaciones, ¿mereció la pena el experimento? “Correr sin las alas ha estado muy bien, la verdad es que (la moto) volaba”, explicaba Raúl, tras un fin de semana experimental donde los resultados fueron positivos. El español accedió directamente a la Q2 en un estreno de gran premio complejo sin apenas rodaje, donde la primera toma de contacto con el trazado australiano fue en la Práctica que daba acceso a la lucha por la pole. Fernández se metió en la sexta posición de parrilla y el único punto débil se mostró durante una salida en la que bajó a la 13ª plaza en su primer paso por meta. Sin embargo, no necesitó de alas para recuperar terreno y acabar dentro del top-10.

“La pena es que en la salida me quedé muy atrás, pero creo que tenía el ritmo como para terminar el cuarto”, aseguraba el español, después de ver cómo fue su evolución durante la esprint. El único lamento de Fernández fue “perder tantas posiciones en la salida”, pero una vez cogió ritmo de carrera “las sensaciones fueron increíbles y la verdad es que nos ha ido muy bien para recopilar datos con vistas al año que viene”, continuaba explicando Raúl, sobre una decisión enfocada a entender de qué manera puede progresar el prototipo de Noale, que se ha vuelto muy físico. Porque la falta de agarre está siendo el gran contratiempo de una RS-GP, que desde que comenzó la segunda mitad de temporada se ha alejado de la cabeza. Y con Martín llamando a la puerta, no pueden relajarse.

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