El zagal, como definen él y los de su tierra a los chavales jóvenes, disfrutó a lo grande su Premio AS en la categoría de Promesa 2023. A sus 19 añitos ya es todo un bicampeón del mundo, porque en 2021 se coronó con el título de Moto3 y ahora lo ha hecho con el de Moto2, todo ello antes de dar el salto a MotoGP, el lugar en el que se le espera hace tiempo a pesar de su corta edad. Se llama Pedro Acosta, se le conoce como el ‘Tiburón de Mazarrón’ y es una de esas joyas del motociclismo español, bien nutrido por lo general casi siempre, que surge de cuando en cuando. Y es que con este premiado se rompió el molde al nacer, tanto que ni Márquez en su día ni tampoco el mismísimo Rossi conquistaron sus dos primeros títulos en sus tres primeras temporadas mundialistas, algo que sólo ha hecho este murciano con espectacular pasado e ilusionantísimo futuro por delante.

“Recibir un Premio AS, que en las motos ya han recibido pilotos del nivel de Ángel Nieto, Jorge Lorenzo, Marc Márquez y Joan Mir, es algo que siempre da gusto y lo considero importante. Noto que se me está queriendo mucho en los circuitos, cada vez más, lo que sobre todo noto cuando nos toca correr en casa, porque veo ya camisetas mías en las gradas con más frecuencia, pero también siento que crece el interés a nivel mediático, porque en las redes sociales veo que me están apoyando muchísimo. Siento que gusta lo que hago y que la gente se pone contenta con mis podios, victorias y los dos títulos, y eso es bueno”, aseguraba con una enorme sonrisa de oreja a oreja el premiado.

AS cayó enamorado de Acosta desde su primera presencia mundialista, en Qatar 2021. Con él hicimos lo que nunca se hizo antes en la cobertura informativa de un GP en este diario... Resultó que el joven Acosta, procedente de la Red Bull Rookies Cup, lideró el primer libre del primer GP de la temporada de su estreno. Sólo era un libre, y encima el primero del fin de semana, pero nunca antes se vio a un novato llegar y ponerse al frente de la tabla de tiempos a las primeras de cambio. Además, aquel fin de semana qatarí no se vino abajo con el paso de las sesiones, porque fue capaz de terminar segundo, tras su compañero Jaume Masiá, campeón este año de Moto3. Aquello fue la antesala de su primera victoria mundialista, porque en la siguiente logró la victoria, y saliendo desde el pit lane, de nuevo en Qatar. Para la tercera, en Portimao, sorprendió con adelantamiento colosal de última vuelta para el triunfo. Y en la cuarta, la de Jerez, se doctoró ganando en casa, en la catedral moderna del motociclismo mundial, siendo además el jueves previo a las carreras protagonista de una rueda de prensa conjunta en la que robó buena parte del protagonismo a las figuras de MotoGP...

Se le veía venir a Acosta hace tiempo, porque es especial, como otros ganadores de los Premios AS procedentes del mundo del motociclismo y de los que se acordó en esta gala: “Estamos cayendo bien a la gente y este reconocimiento de un periódico tan grande como AS, con el alcance tan importante que tiene, y no sólo en España, es todo un orgullo para un piloto tan joven como yo, que lleva en el Mundial sólo tres años y al que le están saliendo las cosas muy bien, mucho más de lo imaginado cuando era un crío que veía las carreras desde su casa, en Mazarrón, un pueblo de Murcia. Quién me iba a decir a mí entonces que íbamos a ganar dos títulos en mis tres primeras temporadas en el Mundial, especialmente gracias al equipazo que he tenido a mi lado en todo este tiempo. Los echaré de menos en MotoGP, pero siempre vendrán conmigo de alguna manera, aunque también estoy muy contento de subir de la mano de KTM, una fábrica que ha hecho todo lo posible por mí, que siempre ha apostado por este chaval. Voy a correr con los colores de GASGAS, que es también KTM, y estoy muy agradecido por esta oportunidad. Ahora me toca a mí devolver con el mejor trabajo posible todo lo que ellos han apostado por mí”.

Se va con el Premio Promesa 2023, pero que nadie descarte que más adelante le veamos de nuevo premiado ya como campeón de MotoGP. Él no hace prisioneros y no llega a la clase reina dispuesto a hacer amigos. Será sólo cuestión de tiempo, pero si no pasa nada raro, le veremos ganar ahí también. Ojo a las dentelladas que dará el Tiburón, y para entonces, cuando se vuelva a cruzar con estrellas del fútbol tan rutilantes como Antoine Griezmann o Álvaro Morta, con las que se saludó en esta gala sin saber ninguno quien era el otro, será reconocidísimo. Tiempo al tiempo...

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