2024, el regreso de Márquez

Un gigante dormido que ha despertado más de mil días después. Han sido años de mucho sufrimiento para Marc Márquez, pero el 2024 lo guardará con mucho cariño en su recuerdo. Con mucho pesar por tener que decir adiós al Repsol Honda Team, el español puede decir que ha renacido. Después de cuatro años llenos de operaciones, rehabilitación, problemas de visión, caídas y muchas dudas sobre su futuro, Ducati acabó siendo la respuesta y también su solución a todos los males. Aunque le parecía imposible, el ocho veces campeón del mundo encontró una segunda familia en el Gresini Racing y, desde la primera vez que se subió a la moto, supo que su suerte por fin había cambiado. No era él, no era su físico... su talento estaba ahí y una buena moto volvería a sacar el animal competitivo que siempre había llevado dentro.

Eso sí, Márquez siempre ha ido con pies de plomo. Sí que sus sensaciones fueron buenas desde el primer momento, pero sabiendo por todo lo que había pasado, prefería mantenerse en un segundo plano e ir adaptándose poco a poco a una moto que resultó ser muy diferente a lo que tenía en Honda. Aunque tampoco tardó mucho. Daba igual la superioridad evidente que mostraban las GP24, con una Desmosedici de 2023, Marc pudo alcanzar su primer podio en la segunda cita del año. Eso sí, fue una esprint, en Portugal, pero sirvió para empezar a darse cuenta de que el cambio había sido lo correcto. La valentía le iba a premiar con resultados, más de los que él mismo creía. Volvió a repetir esa hazaña en Austin y su primer podio de domingo llegó a la siguiente, en Jerez, frente a su gente. Al final del año, Márquez sumó 16 podios (9 en los sábados y siete en las carreras dominicales). Eso sí, los seis ceros acumulados (tres y tres) le llevaron a disputarse hasta final de año el tercer podio de la clasificación general con Enea Bastianini.

Y, al final, lo consiguió. Y tampoco fue hasta pasado más de la mitad de año cuando definitivamente se le descartó de ganar el Mundial que finalmente se disputó entre Pecco Bagnaia y Jorge Martín. Aun con esa GP23 inferior, Márquez se mostraba a la altura de luchar por todo y, eso junto a la confianza que le dio Ducati, le ha puesto en el box oficial junto a Pecco Bagnaia de cara a 2025. En cuanto a victorias, Marc volvió a lo más alto después de más de mil días. Concretamente, el ilerdense tuvo que esperar 1.043 días para volver a colgarse un oro. Y lo hizo a lo grande: con pole y doblete en el GP de Aragón. Repitió victoria una semana después en Misano, el domingo, y la tercera del año llegó en Phillip Island, también de la carrera larga. Más que satisfecho para una primera temporada en Ducati, con la alegría también de poder dejar atrás los fantasmas que aparecieron en 2020.

Con estos resultados, Marc Márquez pudo plantar cara a las GP24, salvo las de Bagnaia y Martín, para ser tercero en la clasificación general del Mundial de MotoGP. Y aunque un tercer puesto pueda parecer poco para un ocho veces campeón del mundo, la realidad es que hacía ya cinco años que el español no visitaba ese podio final de la clasificación general del campeonato. Ni se acercaba con una Honda que se caracterizaba por ser muy inestable. Pero con un 2024 acabado y ya con la mirada puesta en 2025, Márquez apuesta todo al rojo. El español ya sabe lo que es pilotar una GP25, la nueva bestia de los italianos y, aunque quedan detalles en los que trabajar, la base de su prototipo invita a pensar que el año será interesante. Su rostro ya ha recuperado la seriedad que requiere trabajar en un equipo de fábrica y el objetivo vuelve a ser el que era antes de sus lesiones: ganar el Mundial. Puede hacerlo con el apoyo de la fábrica de Borgo Panigale, con una moto al nivel de su talento, porque ahora tiene todas las herramientas que le faltaban en un equipo tan humilde como el Gresini Racing. Sería su novena corona, a la altura de Valentino Rossi y ganándole a uno de sus pupilos. La emoción ya está ahí y el espectáculo, servido.

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