Victoria de Ericsson, drama de O’Ward y Andretti y octavo de Palou
La temporada de la Indy arranca accidentada. Los dos líderes, McLaughlin y Grosjean, chocaron luchando por la primera plaza y O’Ward cedió el triunfo al final.
Álex Palou arrancó la temporada 2023 de la IndyCar con una octava plaza en el GP de St. Petersburg, en una carrera accidentada, de supervivencia, con una docena de abandonos. Los más llamativos fueron los de McLaughlin y Grosjean, que chocaron cuando el de Penske volvía de boxes e intentaba defender su liderato frente al francés de Andretti en el tramo final de la carrera. Una de las imágenes del estreno de la temporada, y quién sabe si del año. La otra postal la dejó Patricio O’Ward con el McLaren, al que el coche le falló (un sensor dejó de funcionar, según las declaraciones del piloto en meta) cuando marchaba líder camino del triunfo. Ericsson de menos a más, aprovechó los regalos que se fue encontrando para irse hasta el victory lane, donde le secundaron el mexicano y Dixon. Palou, que llegó a rodar cuarto, acabó octavo con los neumáticos duros en el alambre.
La carrera arrancó limpia por delante pero no por detrás. Allí hubo una melé y los primeros siete abandonos. Con la atención puesta en el accidente y la consiguiente bandera roja, pasó casi inadvertido que Palou ya había ganado dos posiciones desde la séptima de la parrilla, para colocarse por detrás de Grosjean, Herta, O’Ward y Ericsson.
Se volvía a partir, un calco del principio pero mejor posicionado Palou, en la quinta, y los Andretti de Grosjean y Herta por delante muy superiores sin poder imaginar la catástrofe que se les venía encima. De aperitivo, Herta se comió las gomas blandas, metiéndole en el medio del grupo. También cedió posiciones Palou por la misma circunstancias, mientras que McLaughlin accedía al liderato alargando su entrada con las gomas negras y manteniendo la posición cuando se regresó de los garajes. Esto coincidió con la segunda bandera amarilla casi encadenada a la tercera tras un triple toque. Y en la cuarta, empezó el infierno de Andretti: tras el aperitivo de las gomas, de primer plato, Herta al muro tras tocarse con Power. Por delante continuaba el Penske de McLaughlin acosado por Grosjean. Quedaba el plato fuerte por venir.
Para el último rush los ingenieros metieron a Palou, séptimo, antes que a ninguno, buscando pista libre con duros para intentar arañar posiciones. La maniobra obligó a los demás, con la incógnita de cómo quedan las posiciones a la vuelta de los boxes, que esclarecerían el panorama de la victoria y el podio. Y vino el desastre. Tras el aperitivo y el primer plato, el postre para Andretti: accidente de McLaughlin y Grosjean, ambos contra el muro de manera grosera cuando luchaba uno por hacer undercut y el otro por evitarlo. El primero reconoció su parte de culpa al acabar. Una de las imágenes ya del año que dejaba a primero y segundo fuera de carrera y al equipo Andretti con dos de sus puntales eliminados.
Liderato heredado para McLaren con O’Ward, seguido por los tres Ganassi de Ericsson, Dixon y Palou, grandes beneficiados de la trifulca Andretti-Penske a 25 del final. A Palou le costó dos posiciones la relanzada, de cuarto a sexto con algún que otro problema de subviraje y tracción superado por Rossi e Illot. Sólo Ericsson amenazaba el liderato del mexicano, que tuvo algún problema con su McLaren cuando tenía la victoria en el bolsillo y tuvo que conformarse con el segundo puesto. El sueco de Ganassi, sin hacer ruido, fue aprovechando las oportunidades para vencer. Dixon fue tercero y Palou, por su parte, llegó octavo con las ruedas en las lonas. Quizá por parar antes que ninguno para el último stint.