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DAKAR

Un desafío “grandioso”

El próximo Dakar mantiene la dureza de su antecesor para una 46ª edición que se celebrará del 5 al 19 de enero. La ‘48H chrono stage’ llega como la gran novedad.

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La dureza que vivió el Dakar en su última edición llegó para quedarse. Al igual que el territorio saudí. Arabia acoge en sus fronteras una 46ª edición del mítico raid que promete ser un desafío “tan grandioso como el pasado mes de enero”, como avisó su director David Castera. Las grandes dunas y el desierto profundo darán cobijo a los competidores durante los 5000 kilómetros de recorrido que descubrirán del 5 al 19 de enero. Se regresa a las 12 etapas (pero se iguala la distancia de 2023), antecedidas por el prólogo habitual. Y Al-Ula hará de escenario principal en la inauguración de este quinto capítulo en el país del Medio Oriente que continuará acogiendo la carrera, al menos, hasta 2029.

Este comienzo servirá, de alguna manera, para cerrar un ciclo. La región de Medina se descubrió en la primera edición que el Dakar disputó en Arabia Saudí y precisamente en la edición que finaliza el primer acuerdo con este territorio, volverán a sus inicios. Aunque de una manera mucho más exigente. El próximo mes de enero se descubrirán un 60 % de zonas inéditas pertenecientes al territorio saudí que, en un futuro, no descarta compartir la carrera con otros países (al medio plazo). Se instalarán en total nueve vivacs en una franja que discurrirá de oeste a este y la meta final tendrá lugar a orillas del mar Rojo, en un viejo conocido. Yanbu, escenario que dio el pistoletazo de salida a la pasada edición, clausurará en esta ocasión una carrera con varios parecidos... y algunas diferencias.

Entre escenarios comunes, desierto profundo e inauguración del Mundial de Rally-Raids, también hay espacio para las novedades más allá de las propias que presentarán las especiales. Cambia la dirección del recorrido con el fin de no sentenciar la carrera en la segunda etapa y también habrá ‘empty quarter’, o algo parecido a ese típico cuarto vacío en el que hace un año sólo hubo sombras. Pero el desarrollo de esas dos etapas será completamente diferente a lo que se conocía hasta ahora. Por primera vez se confeccionarán dos recorridos independientes: uno para motos y quads, y otro para coches y camiones (una idea que se pretende fortalecer en próximas ediciones, pero no en el 100% de etapas). Se premiará la navegación por encima de todo ya que los vehículos de cuatro ruedas ya no tendrán referencias. La trazada estará limpia y la única ayuda se recibirá en modo de bonificaciones (a través del mismo sistema que usarán en cada etapa las motos) para aquellos que abran pista.

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La gran novedad: parada obligatoria para todos

Habrá que trazar una buena estrategia o confiar de forma desmedida en la navegación. Pero saber qué es mejor será un completo desafío, ya que la etapa maratón se ha bautizado como ‘48H chrono stage’ y apenas conservará detalles del pasado. Contará con las limitaciones propias de una etapa maratón, compaginando los pilotos su labor con la de mecánico, pero en esta ocasión el campamento se dividirá en ocho vivacs diferentes que repartirán a los competidores. ¿Cómo? Cuando el reloj marque las 16:00 horas, todos los vehículos deberán detenerse en el campamento más próximo. No sabrán el resultado de sus rivales, quién ha avanzado más o quién se ha rezagado en un recorrido que se retomará a las 7:00 horas del día siguiente, para poner punto y final a los cerca de 600 kilómetros que conformarán dos etapas insólitas, pero cargadas de emoción. El Dakar mira hacia el futuro y quiere afrontarlo por todo lo alto.