Toyota y Ferrari se sienten desfavorecidos por el BoP
Sin hablar de ello explícitamente, las dos fábricas señalan a la relación peso-potencia en sus prototipos como lastre en Qatar.
El Mundial de Resistencia (WEC) comenzó con un triunfo aplastante de Porsche con tres de sus LMDh que coparon el podio. Cuarto fue otro LMDh, el Cadillac. Para encontrar al primer Hypercar hay que descender a la posición quinta, con el Ferarri 499P del equipo cliente AF Corse, por delante del Toyota #7, de sus mismas características. El otro fabricante con Hypercar de la parrilla, Peugeot con su 9X8, vivió la amargura de la resistencia, con la descalificación del #93 al quedarse sin potencia en la última vuelta cuando marchaba segundo e incumplió varios preceptos del reglamento. Un vuelco, en cualquier caso, a lo que se vio en la temporada pasada, cuando los Hypercar mostraban más prestaciones que los LMDh.
En el WEC no se habla, o no se debe, del BoP (Balance of Performance), ese algoritmo que trata de igualar la parrilla, dando y quintando prestaciones, añadiendo y quitando peso. Que no se hable no significa que no se apunte a él. Y como muestra, la resignación que hay en Toyota y Ferarri, las dos fábricas que se repartieron todo en 2023 y este año han empezado más lejos de lo que esperaban. “Terminar sextos fue lo mejor que pudimos lograr de manera realista, y esto no es lo que esperábamos al llegar aquí”, decía Kamui Kobayashi, director del equipo y piloto del #7, al acabar los 1812 km de Qatar. “No teníamos ritmo para luchar delante”, añade Mike Conway.
En Lusail el peso de los Toyota LMH aumentó en 9 kg (hasta los 1.089 kg) y la potencia menguó hasta los 684 CV, por los reajustes del BoP. Contrasta con los 1.030 kg de Peugeot, por ejemplo. O los 1.048 de Porsche y los 1.032 de Cadillac. David Floury, director técnico de los japoneses, dejó entrever que no estaban contentos con esa medida: “Era lo que teníamos aquí. No es fácil con el peso que tenemos”. Y advierte que en Imola, segunda parada del Mundial (21 de abril) pueden tener los mismos problemas: “También será difícil si corremos con el mismo peso”.
En Ferrari, por su parte, van en una línea similar con sus 1.075 kilos y aseguran que estudiarán los datos en Maranello, pero antes dejaron dos reflexiones. “Hemos visto confirmados nuestros temores previos a la carrera, es decir, el alto impacto de la relación potencia-peso en la competitividad que nos dejaba en una posición inferior y descartaba cualquier posibilidad de luchar por el podio”, indica Antonello Coletta, responsable global de resistencia. “El resultado de la carrera confirmó lo que ya había surgido durante el Prólogo y en las simulaciones, es decir, la gran diferencia con otros coches que no nos permitieron luchar por el podio. A pesar de los fallos y episodios desafortunados, no teníamos ninguna posibilidad”, añade Ferdinando Cannizzo, responsable de endurance race cars. Como se ve, no se habla directamente del BoP. Pero se señala a ajustes realizados por él. Y en Imola, habrá nuevos reajustes.