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DAKAR | LAIA SANZ

“Tengo que atracar algún banco y luego todo es posible”

Laia Sanz visitó AS tras acabar su 13ª participación en un Dakar “frustrante” del que rescata “el ritmo”: “Puedo ser competitiva y quiero encontrar la manera de estar ahí”.

Laia Sanz visita la redacción de AS tras disputar su 13º Dakar.
Laia Sanz visita la redacción de AS tras disputar su 13º Dakar.DANI SANCHEZDIARIO AS

Desde el primer momento negó ser supersticiosa, pero Laia Sanz (Barcelona, 37 años), comenzó a creer en la mala suerte del 12+1 durante una participación “frustrante” donde no tuvieron “días limpios”. La catalana afrontaba su segunda participación en el Dakar sobre cuatro ruedas, apostó por el Century de Astara para dar un paso más a nivel competitivo, pero tuvo de todo durante una carrera lastrada por los problemas mecánicos y la “mala suerte”. “Han pasado muchas cosas”, reconoció Laia en su visita a AS, y a pesar de que llegó a plantearse de que este fuese el primer Dakar en el que no viese la meta, superó todos los contratiempos para salvar un año de esos en los que “se aprende un montón”. Y también dejan buenas referencias: “También viví un año así en moto y el siguiente fue muy bueno, así que espero que se repita. Además fue también en 2013″.

Qué traerá el próximo año todavía está en el aire, pero al menos Laia ha visto “que puedo ser competitiva, más de lo que me esperaba, y quiero encontrar la manera de estar ahí. No sé cuál es la fórmula, pero quiero intentarlo”. Quizás esa fórmula pase por un T1+ que, también tiene otro procedimiento hasta poder alcanzarlo: “Tengo que empezar a atracar algún banco y luego todo es posible”. Bromeaba la catalana sobre un prototipo complicado de conseguir “porque hace falta mucho dinero”, y aunque nada es imposible la imagen que jamás se volverá a ver es la de Sanz al manillar de una moto en el Dakar: “Con moto no volveré”.

Eso no quiere decir que la catalana no eche de menos ciertas cosas como “las dunas en el Empty Quarter”, sobre todo en una edición que recuperaba lo desconocido, pero hasta ahí. A pesar de que “con un buggy tracción trasera en el Empty Quarter no lo pasas bien” las motos no volverán como tampoco “un 13 que no ha podido conmigo que es lo importante”. No ha sido la edición más “chunga”, pero sí la más “frustrante, ha costado más que algún otro, pero estamos contentos”, analiza Sanz, sobre un Dakar donde fue protagonista por su épica tras un vuelco en la quinta etapa que se produjo “a 147 km/h”. Sigue sin saber qué fue lo que pasó, “todavía me fastidia”, pero ni siquiera eso ni la “impotencia de cada día”, le han quitado las ganas de volver a un desierto donde después del accidente, luchó hasta el final para conseguir su objetivo: “Quería ser finisher”.

Diez minutos tuvieron la culpa de que ahora esté más cerca de las 20 participaciones consecutivas como finisher de Yoshimasa Sugawara en camiones (1989-2009) y si aplica todas las lecciones que le ha dado el desierto, aunque piensa que “por estadística algún año no pueda acabar”, está en el camino de seguir haciendo historia en una competición donde se ve superando el top-20. Lo hizo por primera vez en la novena etapa (donde fue 18ª) y aunque no pudo culminarlo en la general tenía “el timo, que es lo importante”. Laia se encontró con “más ritmo del esperado”, un apoyo fundamental en “Geri (Maurizio Gerini)”, y parte de un equipo que sufrió para “dar lo mejor y sacar adelante un Dakar feo para todos”, que no solo tuvo momentos negativos.

La parte positiva

“El recorrido para mí ha sido un 10 este año. Se me ha hecho muy largo pero no por el recorrido”, comentaba entre risas una Laia Sanz que “así como el pasado critiqué ciertas cosas, este felicito a Castera (director de la carrera) y la organización porque ha sido un Dakar de verdad. Un Dakarse tiene que hacer largo y no puede ser que se acabe fácil y digas ¿ya está?”. La catalana habla de “etapas más machaconas que otros años” en las que todo el mundo tuvo “más problemas”... salvo un Al Attiyah al que le gustaría ver en aprietos: “Tengo ganas de ver un Nasser que tenga que correr todo el Dakar, porque entonces ahí hay errores y pasan cosas”.

Al qatarí se le puso todo de cara para enfocar su quinto Touareg ya en la primera semana y salió a pasear ante la ausencia de un Carlos Sainz que falló, pero antes fue maestro de Laia: “Con Carlos aprendí mucho (en Extreme E). Me sorprendió por la paciencia que ha tenido, las ganas de que aprendiese y la ayuda” en un camino, donde ahora quiere más. El certamen eléctrico seguirá siendo su base de preparación para 2024 y aunque lo ideal sería “entrenar todo el año con el coche que vas a llevar en el Dakar”, de momento tocará disfrutar de una nueva edición finalizada que, pese a todo, deja buen sabor de boca. Cuando lo ves todo perdido “solo por acabar, ya te vas contento”.