Tatay: “Tengo el Dakar en mente”

Hace casi nueve meses que la vida cambió por completo para Carlos Tatay. Un accidente en Portimao, en el Europeo de Moto2, le provocó al español una lesión medular y desde entonces, el piloto convirtió su sonrisa en su mejor aliada para superar todos los retos (entre ellos burocráticos con las administraciones) que tenía por delante para que la competición siguiese formando parte de su vida. Ahora, “añadiendo dos ruedas más a todo”. Porque el valenciano creció entre el olor a gasolina y en estos momentos está “creando una nueva vida con nuevos objetivos y nuevos retos”, donde los motores seguirán siendo el eje de esta nueva aventura.

“La rehabilitación ha pasado a un segundo plano y ya no es el pilar fundamental de mi vida. Esto significa que hay otros objetivos en mente y que hay cosas muy chulas por delante, y es lo que me ayuda a levantarme cada día con ganas”, explicaba Tatay en una charla con Pont Grup. Pero, ¿cuáles son esos objetivos de los que habla el español? La Baja Aragón de este mismo año forma parte de ellos: “Hay muchas opciones (de ir), pero lo estamos mirando detenidamente porque habría que ver si mi ‘buggy’ pasa todas las homologaciones. La idea sí es hacerla, bajo una estructura propia, lo más económico posible y, sobre todo, salir a carrera sin ningún objetivo más que el de volver a disfrutar de la competición y de este mundo. Tengo ganas de volver a la competición”.

El plan a corto plazo está definido pero esta nueva ventura tiene un trasfondo: el Dakar. “Ojalá (sonríe con brillos en los ojos)”, esboza Tatay cuando piensa en llegar al desierto, aunque Albert Llovera, piloto dakariano con discapacidad, ya le ha dado el primer consejo: “Me ha dicho que para el Dakar siempre hay tiempo, que puede serlo, pero que él no lo pondría como primer objetivo. A mí me tira mucho, el año que viene creo que no, pero es algo que tengo en mente”. El raid más duro del mundo es un objetivo para el español a medio plazo, pero mientras llega la oportunidad continuará disfrutando del asfalto al volante de un kart.

“El kart me libera de todo”

Carlos está abarcado todas las oportunidades que tiene a su disposición para seguir disfrutando de la velocidad y la decisión del kart, “llegó después de la última depresión que pasé en casa”: “Al volver a casa tuve un chute de energía porque la gente que antes no te podía ver, venía constantemente y te crees que tienes una vida muy divertida. Pero después, para todo el mundo la vida continúa y es cuando te sientes solo. Te das cuenta de que estás lejos de todos, de que no puedes moverte, no tienes independencia… y eso me mató”. Y a partir de ahí comenzó todo: “Un día por la mañana llamé a mi amigo y le dije que teníamos que buscar un kart y adaptarlo. Me buscó uno y fuimos a recogerlo”. ¿Por qué el kart? “Porque es la manera más económica y fácil de entrenar. Es lo que me libera de todo”.

A ese entrenamiento hay que añadirle una mejora física que le permite al valenciano “hacer más locuras”. “En cuanto a calidad de vida estoy mejorando muchísimo, controlando cada vez más el abdomen y la lumbar”, explica Tatay, y esos detalles, en conjunto a ese proceso de incertidumbre, le han permitido volver a sentirse competitivo a pesar de que la primera vez al volante “tenía sensaciones mezcladas”: “Ni siquiera sonreís, pero cuando llegué a casa supe que era lo mío porque no pensaba. Tocaba los mandos, metía marchas, aceleraba, frenaba… sin pensar y esto no es normal porque cuando tienes todos los mandos en el volante y solo dos manos para manejarlo, no es fácil de gestionar. Y fue ahí cuando dije ‘puede ser que podamos orientar mi vida por aquí”. ¿Si continúa siguiendo el Mundial de MotoGP? “Sí, por supuesto”, pero ahora tiene un nuevo camino por delante tras haber comprobado que “no se me ha olvidado pilotar”. Tiene el talento en sus manos.

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