Santolino y Javi Vega asumen la dureza del Dakar
A pesar de las dificultades, el piloto de Sherco se ve entre las cinco primeras posiciones mientras que el madrileño abraza el formato: “Me flipa cuanto más difícil sea”.
Sobre el terreno cada uno de ellos vive el Dakar (del 3 al 17 de enero) de una manera distinta. Pero tanto Lorenzo Santolino como Javi Vega afrontan la carrera, con un objetivo común: sobrevivir hasta el último día. Especialmente en una 47ª edición “curiosa” para el madrileño, que no deja lugar a dudas como reconocen durante su visita a AS: “Va a ser duro”. “Hay menos enlaces, más especiales, más horas concentradas, más cansancio, 48 horas el segundo día y el cuarto maratón. La primera semana va a ser decisiva”, explicaba el piloto que compite en la categoría de Original by Motul (sin asistencia) y que por lo tanto, abraza el desafío más allá de lo que ofrezca el recorrido: “A mi me flipa cuanto más duro y más difícil sea”.
De cara a un 2025 donde Vega cambia de moto, ni siquiera las 12 monturas que pondrá Kove en la carrera (tres de ellas en su categoría) le han hecho cambiar de opinión. El desafío de competir sin asistencia “mantiene la esencia” del Dakar para el piloto madrileño y aunque en un primer momento su objetivo era poner a prueba la fiabilidad de la moto china tras varios años con una Yamaha que “era un engendro”, el reglamento le ha obligado a cambiar sus objetivos. Porque tras imponerse en la edición de 2023, Javi no era elegible al triunfo en su categoría, pero ahora la historia ha cambiado: “Desde que han presentado la normativa, en el equipo me han dicho ‘tú ve a reventarla (la moto)’. Pase lo que pase. Al final nos interesa que se pueda ganar una categoría o estar ahí. El objetivo de Kove es ganar un Dakar”.
Una victoria en el desierto va por encima de todo para uno de los pilotos de Pont Group, mientras que al otro lado la visión de Santolino cambia un poco el esquema. ¿Se puede salir a ganar etapas? “Es posible”, responde el piloto de Sherco, que sin embargo afronta la carrera con otros objetivos: “El top-5 creo que puedo hacerlo y a ver si no se me resiste. Si voy haciendo un Dakar buscando un resultado final, voy buscando la regularidad e intentando no excederme en coger demasiados riesgos y no perder demasiado cada día, así es difícil ganar etapas. Si me lo propusiera, no digo que fuera a ganar ni que sea fácil ganarlas, pero tendría muchas más opciones. Ganar una etapa obviamente estaría súper guay, pero para mí y para Sherco un resultado general es mucho más interesante”.
El salmantino está convencido de que esta edición “será más dura” a causa de una “acumulación de kilómetros que será mucho mayor que la de otros años”. Y como novedad, las motos se estrenarán sobre el terreno con una tablet digital que cumplirá a partir de ahora con la función del roadbook de papel: “A nivel de visión ha mejorado mucho. Al principio no se podía conducir. Porque tenías tantos reflejos que al final no veías la información o tenías que prestar mucha atención para ver la información y es muy peligroso. Ahora no es como el papel pero está correcto. Y además, ahora tenemos más información de la que puedes disponer mientras avanzas y tiene más funciones que te permiten sacar más partido del recorrido”.
El nuevo dispositivo ha obligado a Sherco a “cambiar la torre de navegación para adaptarla a la tableta electrónica”. Y por lo demás, el fabricante francés “no ha cambiado mucho respecto al Dakar pasado” como explica Santolino: “Hemos cambiado la horquilla y la suspensión delantera. Ya el año pasado cambiamos toda la parte trasera, basculante, bieletas, amortiguador, depósito trasero... Pero este año hemos trabajado para ganar en confort. La moto trabaja mejor en zonas lentas, de piedras, más sinuosas, y en ese sentido, contento”. Sobre todo, porque esos pequeños cambios deberían beneficiar al salmantino en la búsqueda de ese resultado final.