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RALLY DAKAR

Sainz y Audi salen a ganar en la revolución del Dakar

El madrileño no descarta nada en una 46ª edición marcada por el estreno de Al Attiyah con BRX y el cambio generacional que provocó su salida de Toyota.

Al Ula (Arabia Saudí)
Team Audi Sport's Swedish driver Mattias Ekstrom and Swedish co-driver Emil Bergkvist steer their car outside the camp in Al-Ula, Saudi Arabia, on January 4, 2024, on the eve of the start of the Dakar rally 2024. (Photo by PATRICK HERTZOG / AFP)
PATRICK HERTZOGAFP

Mientras que el resto del mundo se arropará impaciente la noche de un 5 de enero que marca la visita de los Reyes Magos, habrá 778 privilegiados en Arabia Saudí que recibirán su regalo antes de tiempo. Llegará envuelto por la esencia del Dakar y se disfrutará a modo de un prólogo que da el pistoletazo de salida a una 46ª edición revolucionaria. Los casi 30 kilómetros de prólogo (una distancia más larga de lo habitual que sin embargo no contará para la general) no serán los culpables. Ni tampoco esa etapa 48 horas en el Empty Quarter donde nadie se ha marcado una estrategia. Porque ante la novedad no sirve de mucho hacer especulaciones y en general, todos saben que esta no es una carrera donde los planes salgan según lo previsto.

Toca improvisar una vez más por el desierto, pero también atender a un año que casualmente marcará un cambio generacional provocado por un efecto dominó que marcó la salida de Al Attiyah de Toyota. El qatarí y vigente ganador del Touareg, buscará los éxitos fuera de la marca más dominante del último lustro y desde Japón, más por necesidad que por amor al arte, tuvieron que dar el primer paso en un mercado donde cubrir la baja del qatarí ha sido la primera piedra de unos movimientos importantes que cambiarán la historia más presente del Dakar. Y es que la savia nueva, llega dispuesta a tomar el relevo de las grandes estrellas en la categoría reina.

Nadie debe olvidar que un Dakar la experiencia sigue siendo más importante que la velocidad, y a pesar de que los grandes nombres como Sainz, Peterhansel, Loeb o Al Attiyah han llegado sobrepasando los 50 e incluso los 60, la realidad dice que les queda cuerda para rato. Menos será el recorrido de una marca como Audi que se enfrenta a la que debe ser su última visita al desierto ya que desde la fábrica de los cuatro aros destinarán todos sus esfuerzos al proyecto de la F1, pero eso no quiere decir que renuncien a nada. Porque como recuerda Carlos, “aunque 2023 no empezó de la mejor manera, hemos seguido trabajando cada día para volver a intentarlo este próximo año”. El madrileño sale a ganar; a sus rivales, al crono y por supuesto a los infortunios de un desierto en el que ya vivió la cruz hace tan solo un año. Pero eso ya forma parte del pasado.

Después de dos años la FIA les ha dado la razón y aunque seguirán existiendo diferencias, la modificación en la relación peso-potencia da más optimismo en las carpas de Audi. Porque las despedidas saben mejor saliendo por la puerta grande y aunque Pau Navarro, Quintero, Moraes, de Mevius, Variawa o Koloc ya están en la categoría reina para contar la historia del Dakar de mañana, todavía están presenten los que contarán la actual. Loeb buscará un Touareg que hasta ahora le ha dado la espalda, Al Attiyah quiere seguir siendo imbatible y Peterhansel quiere cerrar un ciclo y una vida dedicada a la competición con un triufo que conocerá a su ganador el 19 de enero en la meta de Yanbu. Serán 13 días de carrera, pero casi 8000 kilómetros alrededor de Arabia Saudí donde cualquier escenario es posible en un momento donde a la par se irán formando los relevos.

Además de todos los que se estrenan, Cristina Gutiérrez ya sabe que dará el salto el próximo año a la categoría reina. Pero antes querrá despedirse de T3 con un triunfo para el que se ha reforzado con el mejor prototipo posible. Eryc Gozcal, acompañado de Oriol Vidal al lado derecho del habitáculo, y Rokas Cabiuska también llaman a la puerta. Y otros tantos de una categoría tan igualada como es T4, en la que Gerard Farrés tiene papeletas para que el desierto sale con él sus cuentas pendientes.

Porque el Dakar es lo que te quita, pero sobre todo lo que te da tras varios desencuentros que siempre acaban con una reconciliación.

Un abanico de posibilidades

El cartel de favoritos está mucho menos definido en la categoría de motos. Honda se ha reforzado con seis monturas en las que habrá representación española. En su tercera visita al desierto, Tosha Schareina luchará por la victoria con el resto de pilotos de la marca del ala dorada, después de que Kevin Benavides dejase a los japoneses sin Touareg tras dos años de dominio. El argentino, con su triunfo, se convirtió en uno de los pocos pilotos capaces de conquistar un Dakar con dos marcas diferentes (en 2021 logró su primera victoria con Honda), y aunque llegará tocado tras un año marcado por las lesiones, sobre todo para los de Mattighofen que de partida llegan sin Walkner, revalidar el trofeo sigue siendo su objetivo.

En el caso de Barreda, el año nuevo viene acompañado de nuevas ambiciones. El español pone rumbo a Hero pensando en un futuro diferente con la marca india, pero no sin renunciar a lo que mejor sabe hacer: salir a ganar. El de Castellón tiene a tiro de cuatro igualar el récord de victorias en la categoría y la tarea pendiente de un Touareg que, aunque parece imposible, siempre guarda alguna sorpresa. Pero de primeras, la prioridad es finalizar en un top-5 al que también apunta Santolino al manillar de una Sherco mejorada con la que se puede soñar el estar entre los mejores de manera regular, aunque el triunfo parezca demasiado

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