Prado: “Me siento muy afortunado de llevar a España a lo más alto”

El lunes no fue un día cualquiera para Jorge Prado (Lugo, 2001), es el primero en el que se levantó como campeón del mundo de MXGP, el primer español de la historia en conquistar la categoría reina. Una vez pasada la euforia propia de tal gesta, analiza reposadamente en AS en su camino de vuelta a casa lo que significa su triunfo para él y para el deporte español.

—Lo primero. Enhorabuena, campeón del mundo de MXGP. No suena mal…

—¡Buah! No, no suena nada mal. Es un sueño hecho realidad. No puedo estar más orgulloso de cómo ha ido la temporada, de cómo hemos trabajado durante todo el año, durante todos estos años. Increíble.

—¿Cómo va el día de después? Muchas felicitaciones supongo.

—Sí, muchísimas, todavía tengo que responder a la mayoría. No me da el tiempo (ríe). Es muy bonito ver que la gente te apoya, te quiere y reconoce tus triunfos. Los más bonito fue que el fin de semana tuve a mi gente a mi lado y fue increíble.

—Ya sabía lo que era levantar un Mundial tres veces, (1 de 65cc y dos de MX2) pero ¿cómo es ganar el más grande?

—Es que es eso, un sueño. Los Mundiales de MX2 fueron grandes pasos en mi carrera porque es algo muy difícil de conseguir, pero es que un título de MXGP, de la categoría reina, es el sueño por el que me levanto todos los días. Es la meta. Llegar a estar en la posición de pelearlo es increíble, y ya lograrlo… Uno se siente orgulloso de todo el trabajo de los últimos años y de nunca perder la motivación y la disciplina para poder conseguirlo.

—Si es posible explicarlo, ¿qué sintió en el momento de cruzar la meta?

—Si te soy sincero, cuando crucé la meta no sabía que era campeón porque no leí la pizarra en esa última vuelta (no se enteró del abandono de Febvre), iba muy concentrado en ganar la manga. Matemáticamente, era muy complicado ganar después de la primera manga, así que no me lo imaginaba. Cuando salí de la pista y vi a mi gente que se acercaba para celebrar, fue algo fuera de lo normal (ríe). Sabía que había hecho una carrera bonita, pero veo que soy campeón del mundo, que ese sueño se hace realidad… Ves a todos los que te quieren felices y fue un momento superespecial.

—Lógicamente, no pudo contener las lágrimas, ¿de qué se acordó?

—Soy bastante sensible, así que lo de llorar es común (ríe). Vivir momentos como este en un deporte que amo, después de poner tanto, tanto esfuerzo, de pasar por malos momentos como son las lesiones… Volver más fuerte, con la misma motivación y las mismas ganas, es imprescindible para llegar a ser campeón del mundo. Todo el trabajo duro tiene su recompensa. Puedes estar trabajando de la misma manera que lo he hecho este año y que no salgan las cosas, pero este año se dio todo de cara y es bonito aprovechar el momento, disfrutar de que este año es mi año y que todo ha salido rodado.

—Ha escrito otra página en la historia del deporte español, la más importante de su vida, debe ser abrumador… ¿tardará en ser consciente de ello?

—Esta mañana cuando me levanté aún no estaba seguro al cien por cien si lo de ayer (por el domingo) había sido real o no, pero al cabo de nada me di cuenta de que sí, de que el sueño se había cumplido. Lo más importante ahora es disfrutar del momento, porque fueron muchos meses con la presión de querer llegar a tener el título en mis manos, meses complicados física y mentalmente, y ahora lo más bonito es disfrutarlo.

—Líder del primer día al último, en cada carrera con la placa roja, si hay una temporada perfecta se parece mucho a esta.

—Sí, la verdad que sí. Ha sido una temporada muy, muy buena, liderando desde la primera carrera. Siendo muy consistente, subiendo al podio en todas las carreras menos en dos, y la de Turquía por problema mecánicos.

—¿Se esperaba algo así?

—No, una parte de mí creía que podía ser campeón del mundo pero que iba a ser muy complicado. Y lo ha sido. Pero es que la temporada fue mucho mejor de lo esperado.

—”Solo pido salud, no necesito suerte”, dijo en AS antes de empezar el Mundial, ¿tenía muy claro cómo había que ganar este Mundial?

—Exacto, toda la razón. Creo que lo más importante, por lo menos en mi caso, es no tener mala suerte. Las lesiones son una parte muy importante de la competición, poder competir al cien por cien en todas las carreras es esencial para luchar por un título.

—De hecho, se ha visto que las caídas y las lesiones han dejado fuera de juego a sus grandes rivales. Se vuelve a demostrar que es un factor clave.

—Sí, las lesiones forman parte de este deporte y este año se ha visto otra vez que hay que saber muy bien cómo gestionar las carreras. También tener esa pequeña suerte de que, por ejemplo, no se te cruce otro piloto y te lesiones. Hay que estar siempre en el lugar y en el momento correcto y gestionar bien los nervios o cuándo no puedes ir más rápido. Se ha visto a pilotos que cuando se les presionó un poco de más cometieron fallos. Ese fue mi punto fuerte, gestionar bien las carreras.

—Dos victorias de grandes premios frente a seis de Febvre o cuatro de Herlings, no le han hecho falta más. ¿Cuánto ha contemporizado este año?

—No he ganado muchos grandes premios, pero he sido el que más mangas ha ganado. También ha pasado muchas veces, como este fin de semana, que quedo segundo con los mismos puntos que el primero, pero si se contase la clasificación del sábado, sería yo el piloto con más puntos del fin de semana. Lo dije al principio, que este año iba a ser clave la clasificación. Es verdad que me hubiera gustado ganar más grandes premios, pero muchas veces me tuve que conformar con algunas posiciones porque al final piensas en el campeonato y uno lo que tiene que hacer es llevar el título a casa.

—Está claro. Luego, queda lo demás: ser rápido, constante y saber gestionar su ventaja. Este año lo ha juntado todo a la perfección.

—Sí, este año ha sido una temporada espectacular, la voy a recordar siempre. Intentaré ejecutar las próximas de la misma manera (ríe).

—14 mangas ganadas con 15 ‘Holeshots’, 10 clasificaciones, y siempre en el podio menos en dos grandes premios, ¿qué le dicen esos números?

—Son números que reflejan un campeonato del mundo. Se ve la constancia, que gané mucho. A nivel de velocidad fui superior a los demás, a nivel físico hubo carreras que las gané en las últimas vueltas… Este año se ha juntado todo y es por eso que fui el mejor, en todos los aspectos fui el más competitivo.

—”Es mi sueño desde que era un niño”, fue lo primero que dijo tras ganar, ¿cuánto deseaba esto?

—Lo deseaba todos los días. Trabajaba, entrenaba y daba mi cien por cien para algún día poder estar luchando por un título, por tener la posibilidad. Y es muy bonito que todo ese esfuerzo y la voluntad que uno pone se haga realidad. Campeón del mundo de la categoría reina… son palabras mayores.

—Y con sólo 22 años, pero muchos de competición a sus espaldas, ¿cómo ha sido el camino hasta aquí?

—Son muchos años de competición, pero todos me han ayudado para poder hacerme con este título. Cuando empecé en trial, cuando después cambié al motocross, fui campeón (del mundo) de 65cc, más adelante el paso a 125cc, 250cc… Haber estado ya en una posición similar me ha ayudado para gestionar mejor esta temporada, me ha formado como piloto y me ha preparado para afrontar un año como este de la mejor forma posible. Está siendo una carrera deportiva muy bonita, puedo mirar atrás y sentirme muy orgulloso de lo que estoy consiguiendo.

—Siempre que puede recuerda el sacrificio que hizo su familia para dejar su tierra e irse a vivir a Bélgica. Ahora, más que nunca, aquello mereció la pena.

—Sí, claro. La decisión de irnos allí en los primeros años de mi carrera marcó mucho la diferencia. Todo suma, también la constancia a partir de ese momento para perseguir el sueño y dar el máximo para lograrlo. Todos los pasos que hemos hecho fueron los adecuados para poder decir que soy campeón del mundo.

—Está acostumbrado a ganar por donde pasa, pero como primer campeón del mundo de MXGP español, será recordado como un pionero, ¿cómo suena eso y qué responsabilidad tiene a partir de ahora?

—Me siento muy afortunado de poder llevar a España a lo más alto y, además, hacer historia. En España tenemos siempre grandes atletas en todas las disciplinas, en motor estamos por todos los lados ganando títulos, pero nunca en la categoría reina del motocross. Es algo muy importante porque creo que motiva mucho a los pilotos españoles para seguir persiguiendo su sueño, yo les he hecho ver que se puede cumplir y puede ayudar muchísimo al motocross español.

—¿Dónde está su techo?

—Mi objetivo es seguir mejorando. Me veo una capacidad de mejorar muy grande, tanto físicamente como a nivel de velocidad. Tengo 22 años y me queda mucho por delante. No soy un piloto que se centre en querer ganar más y más títulos, para mí lo más importante es poder seguir mejorando y cada vez que salga a pista poder disfrutar del motocross, mi deporte favorito, y si es ganando mejor (ríe).

—Para empezar, ¿cómo se mejora esto el año que viene?

—Es complicado de mejorar, la verdad. Pero siempre se puede hacer mejor. Ese va a ser mi objetivo, ser mejor piloto que este año.