Polémica y cruz en BRX: Al Attiyah se blinda a favor de Loeb
El equipo británico muestra su desacuerdo por el recorte de una especial donde el qatarí, se despide de las opciones al triunfo. “La idea es ayudar a ‘Seb’ a ganar el Dakar”, dice.
La organización lo avisó desde el primer momento: en este Dakar podían pasar muchas cosas y justo cuando llega a su ecuador, las más polémicas han tenido lugar en la etapa 48 horas. Era la joya de la corona en esta edición y aunque de ella Audi sale como el gran beneficiado, ni siquiera la cara que salió en la moneda con el triunfo de Loeb después de dos días de carrera, reduce la resignación en BRX.
Desde que se anunció el formato de la etapa el pasado 20 de noviembre, la especial estaba compuesta por 570 km que a las 23:00 horas de la noche anterior se redujeron en 23 y además, se marcó un tramo de velocidad moderada que fue establecido entre el km 54 y el 90. El motivo estaba relacionado con el consumo de los prototipos en la arena blanda y puesto a que en Prodrive se marcaron una estrategia para sobrevivir, el cambio de planes no les ha sentado nada bien.
“Hemos apoyado a los organizadores a realizar esta etapa desde el principio, y la distancia de la misma nunca fue una sorpresa para nadie después del 20 de enero, así que fue muy decepcionante recibir la noticia del cambio (de kilometraje) la noche anterior, cuando casi nos íbamos a dormir”, dejó claro un resignado Gus Beteli, director de BRX, que no asumió que se retrasase la zona de repostaje para la categoría reina. El reglamento del W2RC, donde el Dakar es su cita inaugural, establece que los coches Ultimate deberían tener una capacidad máxima de 340 litros (traducido en distancia sería en torno a los 500 km) y contando con ese detalle, el consumo no debería haber sido un determinante para llevar a cabo la modificación de distancia. Aunque ahora su gran cruz, es que Nasser ha perdido sus opciones al triunfo.
Al Attiyah necesitó ayuda
Por la mañana, antes de abandonar la zona de descanso, fue Al Attiyah quien ayudó a Klein para arrancar la batería de su moto y paradójicamente, en el momento de la verdad, fue el qatarí quien acabó necesitando ayuda. No fue un buen día, ni mucho menos, para el piloto que ganó las últimas dos ediciones ya que salvo sorpresa, no podrá conseguir las tres consecutivas que ansiaba. La rotura de “un cojinete de la dirección a falta de 50 km para la meta” como explica el piloto, les tuvo esperando más de dos horas: “Tuvimos que esperar a nuestra asistencia para repararlo”.
Ahí se decidió la suerte de un aspirante que se queda fuera de juego, pero no fuera de carrera, ya que ahora Nasser se ha blindado a favor de Loeb: “La idea es ayudarle a ganar el Dakar”. El qatarí, que bajó molesto del Hunter y sin intención de hacer declaraciones, quiere al menos de puertas para fuera que el Touareg se queda en casa. Su despedida “es una lástima porque habíamos firmado una buena especial (había perdido casi 25 minutos con Sainz cuando llegó el toque de queda)”, pero en cualquier caso continuarán “para ver qué podemos hacer”. A priori, ayudar a su compañero.
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