Palou pierde el liderato en el caos de Detroit
El español (16º) se vio involucrado en un accidente con Newgarden cuando luchaba por las posiciones delanteras. Scott Dixon, de menos a más, volvió a ganar mezclando pilotaje y estrategia.
La prueba de Detroit de la IndyCar fue lo más parecido a una sesión de carreras de videojuegos, donde se busca adelantar posiciones apoyándose en todos los elementos del circuito, ya fueran fijos, como los muros, o móviles, como los demás coches. Un ‘Mario Kart’ en Detroit. A toda esa locura se unió una ligera lluvia momentánea que hizo que se montaran neumáticos de mojado para un par de vueltas, pero detrás del coche de seguridad, que tuvo más trabajo del normal. Y claro, hubo sanciones, que desbaratan la clasificación a cada vuelta. Un caos.
Con ese contexto se trataba de sobrevivir, aguantar y rezar para no verse en alguno de los incontables accidentes que hubo y que eliminó a varios favoritos: Herta y MacLaughlin, Álex Palou (que perdió el liderato) y Newgarden, los más afectados. El español sin comerlo ni beberlo se llevó puesto al coche del ganador de las 500. Nada pudo hacer por evitar el accidente, pero ahí se acabó la carrera para el español. Y el que escapó a todo fue un espectacular Scott Dixon, con una lección de pilotaje y estrategia que le dio la victoria. La segunda para él de 2024, el primero que repite en pruebas puntuables. Y además es el nuevo líder. Un botín inmejorable para él.
De salida, Ganassi dividió las estrategias, con blandos para el español (2º) y duros para neozelandés (5º). El actual campeón era de los pocos del top-10 que montaba los Firestone verdes, junto a Kirkwood y Theo Pourchaire. Ganassi dividía así estrategias, y miraba al cielo ante unas débiles gotas de agua, que luego tendrían su importancia.
El barcelonés aguantó por el exterior en la salida por detrás del poleman Colton Herta y vio por el retrovisor como Will Power trompeó el Penske en la 1 y se dejó todo el trabajo del fin de semana. También se vio perjudicado el McLaren de O’Ward, parado en el atasco de Detroit.
La segunda salida resultó más tranquila y el bicampeón se enganchó al alerón del Andretti lo que pudo. Hasta que McLaughlin, Kirkwood, Lundgaard, Newgarden, Dixon y Pourchaire obligaron al español a parar y quitarse de encima esos inoperantes blandos usados por unos nuevos. Solo era la vuelta 12 y Palou estaba en situación delicada, 24º y con la carrera cuesta arriba, esperando que la apuesta estratégica le sacara del fondo. En esas entraba Lundgaard a quitarse los neumáticos verdes y llegó la segunda amarilla de la tarde por un incidente entre Ferrucci, Simpson y Castroneves, que le vino como anillo al dedo al danés. También la aprovechó el barcelonés para apuntar a los duros en una segunda parada.
Se volvió a relanzar el GP de Detroit y Herta, McLaughlin y Kirkwood mantenían sus posiciones de podio y el primer cuarto de carrera completado. La situación se mantuvo hasta que el neozelandés de Penske se fue al muro en la recta de meta. Con las dudas de la lluvia y el asfalto delicado en algunas zonas, todos los pilotos cabeceros aprovecharon a realizar un pit stop que fue malísimo para Newgarden, al que se le enganchó la manguera de repostaje. Un desastre para el ganador de las 500 Millas. La situación se volvió más caótica cuando el asfalto se empapó por completo y hubo desbandada a por los neumáticos de agua. También se dieron casos de valientes que apostaron por el liso. Y que fueron beneficiados porque la pista se secó en un par de vueltas.
La nueva situación obligó a los muros a estrujarse las ideas y un accidente entre Power, otra vez, y VeeKay igualó todo, ya que todos volvieron a montar neumáticos de seco. Palou tras la montaña rusa estaba noveno. Y décimo era un desbocado Colton Herta, quien hizo una de las suyas y volvió a poner el régimen de bandera amarilla, con Vautier como daño colateral. Y suerte tuvo Palou que lo libró por los pelos. También libró la siguiente de Lundgaard y Grosjean, que le colocó cuarto.
Para las últimas cuarenta vueltas ya estaban todas las paradas realizadas, y vino el desastre para Palou: Newgarden trompeó, perdió el Penske y el de Ganassi se lo encontró sin poder evitarlo y pasó de luchar por la victoria al fondo del grupo.
Nadie daba por seguro que no hubiera más banderas amarillas. Nos las querían en Ganassi, con el hexacampeón y Armstrong haciendo el 1-2, hasta que Ericsson se coló al escudero de Dixon para ser segundo y dejando a Armstrong 3º, tras una remontada desde el 19º en parrilla y llegando en la reserva. También sumaron puntos importantes Power y O’ Ward, rehechos de sus incidentes y llegando a meta séptimo y octavo. Palou rascó un 16º.