“Mi Dakar fue como ganar un Mundial en el descuento”
Cristina Gutiérrez se estrena en la categoría reina junto a Dacia; un equipo oficial que parecía imposible, pero al que llega dispuesta a todo: “Sea donde sea, salgo a ganar”.
A sus 33 años, Cristina Gutiérrez (Burgos) ya puede decir que sabe lo que es ganar un Dakar. El privilegio de unos cuantos afortunados se cumplió durante la última visita al desierto y para esta edición (del 3 al 17 de enero), cumplirá otro sueño que parecía imposible: estar en un equipo oficial. “Me decían ‘olvídate, Cris’, cuenta la española a AS, ahora que Dacia ha confiado en su talento, junto al de Loeb y Al Attiyah, para completar su alineación e ir a por el Touareg junto a un coche “muy competitivo”.
—Año nuevo, vida nueva. ¿Qué tal le va en esta nueva etapa?
—Pues la verdad es que estoy muy contenta y muy feliz del momento que estamos viviendo. Sobre todo de todo del año, porque al final desde que ganamos el Dakar los primeros meses fueron muy mediáticos y muchas entrevistas, pero rápidamente nos pusimos manos a la obra con Dacia. Desde junio estamos entrenando a tope, muchas visitas a París, revisiones técnicas y aprendizaje total al 100%. Estoy muy contenta de todo lo que hemos ido haciendo y sobre todo del Rally de Marruecos, que fue como la última prueba antes del Dakar y quedamos muy contentos.
—¿Ser piloto oficial es cómo se imaginaba?
—Más o menos me esperaba un poco cómo ha sido todo porque bueno, cuando entras a un equipo oficial hay un montón de eventos, activaciones que la marca quiere hacer para aprovechar el momento... Entonces más o menos me imaginaba esto y al final en cada país al que hemos visitado, hemos estado en Rumanía, en Alemania, en España... pues obviamente hemos estado haciendo promoción, hemos hecho una gira, una tournée o un world tour (risas). Y en todos los países la verdad es que están súper súper emocionados con la aventura de Dacia en el Dakar. Yo creo que es una marca como muy familiar, porque todo empezó como en una pequeña marca en Rumanía y todos lo sienten muy especial. Sobre todo en Rumanía, que es como el origen de Dacia. Ahí estaban encantados.
—¿Cuánto cuesta llegar hasta aquí? Ahora es fácil que hablen de Cristina Gutiérrez como ganadora del Dakar, pero hay muchas cosas que no se ven.
—Cuesta mucho, cuesta mucho... y sobre todo cuesta sin saber si va a llegar o no. Sobre todo en este ‘mundillo’, que por mucho que te esfuerces, muchas veces no es suficiente. O igual estás entrenando toda la vida para llegar a un lugar que ni siquiera sabes si va a pasar. Es más, yo nunca pensé que iba a entrar un equipo oficial. De hecho esto lo he hablado con amigos que están dentro del sector y directamente me decían, ‘olvídate ‘Cris’, porque es que asientos oficiales habrá diez máximo en todo el mundo. Y mira cuántos pilotos hay... Era prácticamente imposible llegar hasta aquí, pero al final nos hemos hecho como nuestro ‘caminito’. También siempre digo que la suerte nos pilló trabajando y vinieron las personas en el momento perfecto y adecuado. Y eso ha hecho que al final, también acompañado de resultados, de buen hacer y de justamente buenos equipos, hayamos podido llegar hasta aquí. ¡Es que ni me lo creo!
—Habla de que durante el proceso que la trajo hasta aquí fue fundamental encontrar a las personas adecuadas. Pero realmente, el mérito también es suyo.
—No, a ver, obviamente el mérito es... como algo raro. Es como que me lo merezco, pero también soy consciente de lo que cuesta. Entonces, ya no solo es cuestión de si te lo mereces o no, de si te has esforzado o no. Es cuestión de que alguien te dé la oportunidad y a mí me la han dado. Me la ha dado en este caso Dacia, me la dio en su día Red Bull con el Junior Team, y como que todo ha sido un proceso muy bonito de vivir y de aprender. No ha sido llegar directamente por ejemplo al Junior Team, yo empecé, estuve cinco años compitiendo, sacándome las castañas del fuego, durante un año entero buscar financiación para hacer el Dakar sin entrenar que era como una locura... Entonces el objetivo era terminarlo, al siguiente año pues igual el objetivo era un top-25, al siguiente más y así. Como que muy poco a poco, con pasos bastante fuertes y seguros, sabiendo a lo que íbamos y también en busca de esto, de lo que he conseguido, ha llegado. Siempre tuve claro que iba a intentarlo, a ver si salía. Y ha salido.
—¿La victoria ha sido un alivio o una extra depresión?
—Un alivio, sin duda. Un alivio porque llevábamos cuatro años compitiendo ya en Challenger y siempre ha estado muy cerca. Un año podio, otro año cuarta, otro año igual no fue tan bien pero estábamos ahí luchando cada día... Entonces sabía que era posible y ha sido un alivio. Bueno, más que alivio digamos que como terminarlo de la mejor forma posible. Además es que fue así, es que vino perfecto, fue en el último momento, en la última etapa. Fue como ganar en el descuento un Mundial, pero no por penaltis, en el 93′ del Madrid, exacto (risas). Fue como muy bonito de vivir y me quedo con una sensación increíble, porque también mi familia estaba súper contenta. La verdad es que ha sido inmejorable para empezar esta nueva etapa. Entonces, si no hubiera ganado el Dakar, estaría igual de contenta, pero ese peso que tú dices o ese alivio de decir ‘es que he ganado un Dakar’.... eso ya no me lo quita nadie. Y es muy bonito.
—Llega a Dacia con un Dakar recién celebrado, pero ¿qué más le puedes ofrecer Cristina Gutiérrez al equipo?
—Bueno, yo a Dacia sobre todo le puedo ofrecer trabajo duro, mucho esfuerzo y dedicación. Date cuenta que ahora me siento como, que no es que les deba algo, pero sí como que les quiero demostrar que han apostado bien y que trabajo muy bien en equipo. Precisamente con ‘Seb’ (Loeb) y con Nasser (Al Attiyah), tengo muy buena relación; especialmente con ‘Seb’. Te digo, me haría casi la misma ilusión que ganara Sebastien su primer Dakar en el equipo (que su estreno). Entonces, poderle ayudar a conseguir ese éxito que tanto está buscando él para mí sería fantástico. Si lo gana ‘Seb’ este año voy a estar súper feliz.
—Pero si en algún momento usted se ve con opciones, su propio resultado será la prioridad.
—La prioridad soy yo. Quiero decir, si por lo que sea voy ganando a Sebastien, es que hasta me da cosa hasta decirlo (risas). ¿Qué puede pasar? Claro, porque es un Dakar y porque sabemos lo que pasa. En esa situación por supuesto la prioridad soy yo. Y seguramente el equipo también dé prioridad al que va primero.
—Precisamente este Dakar es más de consistencia que de velocidad y ese es un punto a su favor.
—Sí. Especialmente este Dakar creo que va a ser así y va a ser un Dakar en el que el salir con prisa y el salir a correr, no va a beneficiar en nada. Entonces, en cierta manera creo que es un Dakar bastante propenso para mí. Es decir, de leer muy bien las etapas, leer muy bien dónde estamos y bueno, ir viendo cómo va. Yo creo que hasta la segunda semana no empezaremos a ver claramente hacia dónde va el Dakar, porque incluso en la segunda semana con las etapas separadas y todo el lío de la navegación, va a ser un Dakar bastante abierto.
—¿Cree que Dacia cubrirá todas las exigencias del recorrido? Me explico. Usted aporta la regularidad, Loeb puede ser el equilibrio entre velocidad y regularidad, mientras que Nasser es más explosivo.
—Sí. Entre ellos son dos estilos completamente diferentes y trabajando también lo he comprobado. Sebastien en este caso es velocidad, talento, técnica... y Nasser es como si fuera un zorro del desierto, vamos a llamarlo así. Nasser lee muy bien el terreno, lee muy bien la navegación, sabe muchísimo de este mundo y ha hecho muchos kilómetros. Pero Sebastien, por ejemplo, en este caso del que estamos hablando dentro del equipo, sabe que es prácticamente el rival a batir si tiene un buen coche y si el Dacia funciona bien. ‘Seb’ sabe que es complicado, pero creo que después de los años que lleva y habiendo quedado segundo, creo que son cuatro veces, se lo merece. Ojalá sea este año u ojalá el siguiente. Es verdad que si lo logra este año sería muy fuerte, porque sería la primera vez en la historia que un equipo que entra por primera vez en el Dakar lo hace. Entonces sería doble satisfacción.
—¿El coche está para ganar?
—A ver... Ahora mismo somos muy competitivos porque lo hemos visto en Marruecos. Pero además también hay otros equipos muy competitivos como Ford, Mini y Toyota. Hay equipos muy fuertes, corremos con el hándicap de que es el primer año y es algo que también le pasa a Ford. Seguramente salgan cosas en el coche, seguro, porque date cuenta que en el Dakar son prácticamente 5.000 o 6.000 kilómetros muy duros. Pero bueno, vamos a ir viendo qué sucede, pero el equipo obviamente va a buscar ganar. Seguro.
—¿A ti a nivel de resultados, el equipo le ha pedido algo?
—No, es más, me quitan bastante presión. Es algo que se agradece porque es como que no tengo que demostrar, no tengo que hacer un top-5.
—Pero usted siempre es muy exigente consigo misma.
—Yo sí, yo sí. Yo conmigo sí, entonces yo se lo agradezco. Porque al final es más fácil, por así decirlo, que solo tengas la presión de ti misma y no la del equipo también. En ese sentido tengo mucho alivio, pero también yo soy consciente de que yo salgo a competir, salgo a correr, salgo a hacer lo mejor que sé y salgo a competir. Como lo digo... a ganar. Sea donde sea, pero salgo a ganar.
—Tiene una buena máquina, la confianza para afrontar el desafío y a su lado también llevará de nuevo a Pablo Moreno, su copiloto, en un Dakar donde por primera vez los coches navegarán mucho en solitario. Entiendo que va a ser una pieza fundamental de esta carrera.
—Será la mitad (de su carrera). Para que lo entendáis, al final uno de los puntos más complicados de este año o de mayor cambio que hemos sentido es la navegación. Porque prácticamente Pablo, si va al ritmo al quehablaba cuando estábamos en el Challenger, no le da tiempo. Yo había veces que en Marruecos decía ‘o acortas o no llegamos’. La máxima velocidad eran 135 km/h (en Challenger) y ahora son 170 km/h. Todo pasa mucho más rápido. Pablo ha tenido que adaptarse mucho al ritmo que llevamos ahora, más que yo al coche en sí; que también hemos tenido que adaptarnos al límite. Pero todo lo que pasa entre lo que recibe su cabeza, lo procesa, lo transmite, yo lo proceso y lo replico... Ahí van unos segunditos de cable bastante interesantes (risas). Hemos tenido que mejorar mucho la comunicación y simplificar las cosas.
—¿Ha sido una de las cosas más complicadas en su adaptación, o dónde ha notado la diferencia en este salto de Challenger a T1+?
—Dos cosas; una la navegación y la velocidad que exige. Y la segunda, el límite del coche. Lo que antes había que pasar frenando o levantando, ahora lo pasas a fondo. Ese límite, buscarlo sin tener un accidente, es muy complicado porque necesitas kilómetros, asimilación... Necesitas entender, necesitas saber hasta dónde puede llegar cada pieza del coche y eso son kilómetros, kilómetros y kilómetros. Aún queda adaptación que hacer y seguramente en el Dakar aprendamos un montón más.
—Después de todo este proceso, ¿se siente más valorada?
—Me siento más valorada, sí, pero también te digo que hoy en día, después de todo, aún sigo teniendo que demostrar o escuchar eso de ‘que bien lo haces, sí que vas rápido, ¿tú vas a poder con esta rueda?’. Todavía quedan casos de esos, pero yo creo que al final es cuestión de tiempo. De hecho, creo que todo el mundo, cuando accede a un puesto alto, tenemos un poco el síndrome del impostor; pues siempre hay que demostrar por qué estás ahí y qué mejor que demostrarlo que con actos. Al final eso es lo que te hace más fuerte.
—¿Qué resultado le dejará satisfecha cuando vuelva a casa?
—Yo creo que hablar de ‘que bien lo he hecho’ es un top-10. Aunque pueda parecer que no es difícil, es muy difícil; sobre todo viendo que hay diez pilotos que pueden ganar el Dakar. Entonces hacer un top-10 sería muy ‘heavy’, sobre todo el primer año en Ultimate.