“Me siento bastante avergonzado de escribir esto”

El Dakar no es una carrera cualquiera. El mítico raid esconde tras de si un año completo de preparación que puede ser eterno o terminar en un suspiro. Nunca lo hace sin sobresaltos, pero cuanto más tarde lleguen y menos graves sean, las cosas irán mucho mejor. El ejemplo perfecto es la actuación de Sunderland hace tan solo un año, para conquistar un segundo Touareg que a las primeras de cambio ya no podrá defender, después de “un accidente bastante violento” en el km 52 de la primera etapa. El británico se fue al suelo nada más comenzar la especial y tuvo que ser evacuado en helicóptero. Estaba consciente y con movilidad, pero tenía un fuerte dolor en la espalda que se ha saldado con un “omóplato (el izquiero) fracturado, un gran hematoma en la espalda y una conmoción cerebral”. Aunque fuera de la gravedad y dentro de lo que cabe, ahora eso pasa a ser lo de menos.

El piloto de GasGas ha agradecido “todos los mensajes” recibidos después de tener que lidiar con “una píldora difícil de digerir”: “Estoy más o menos bien, pero me siento bastante avergonzado de estar escribiendo esto. Quiero expresar mi decepción por mi equipo que ha trabajado tan duro para darme las herramientas para defenderme”, cuenta el piloto, en un duro comunicado donde asegura que “estos momentos son los que hacen que las victorias sean tan especiales”. No es la primera vez que tiene que lidiar con esta situación ya que en 2018, también cuando defendía su primer Touareg, se quedó fuera en la cuarta etapa por culpa de otra caída.

Como sucedió entonces, antes de salir Sunderland se encontraba “muy bien y liderando (con 10 segundos frente a Barreda) la primera parte de la etapa”, hasta que “una piedra bajo la arena en un lecho de río” le provocó la caída. Fue socorrido por Walkner, al que agradece “parar para ayudarme a mí y al equipo médico del Dakar, asegurándose de que estaba a salvo”. Lo está, pero pagando un precio demasiado elevado nada más comenzar el rally: el del abandono. Y aunque en una situación así eso debería ser lo de menos, esto demuestra una vez más que los pilotos están hechos de otra pasta. La lección está anotada: “Intentaré aprender de esto y espero que mis compañeros de equipo puedan traer a casa el resultado que el equipo se merece. Gracias”.