Los planes salen improvisados

Siempre ha existido un tópico, como una especie de carpe diem, en el que se asegura que los planes siempre son mejores cuando son improvisados. Quizás tenga razón, pero cuando existe un límite con el que cumplir y necesitas al menos una idea para organizar, la teoría cae por su propio peso. En esa situación la improvisación puede llegar a ser estresante, pero en el caso del Dakar, no queda más remedio que lidiar con ello. Tener algo organizado resulta imposible cuando, de partida, ni siquiera puedes saber con certeza quién es el ganador de una etapa. Durante el día de hoy Barreda ha vencido, ha sido segundo y ha vuelto a ganar. Todo en un margen máximo de una hora, que hacía bailar los planes ante cada novedad. Y por la tarde no cambia demasiado el asunto.

Qué contarán los protagonistas o la hora en la que te atenderán, surge sobre la marcha. Hay hacia quienes existía la necesidad de entrevistar nada más bajar del coche y finalmente, por otro cambio de planes, entiendes que es mejor dejar pasar el tiempo. Y también, que visitar las carpas de Audi cerca de las siete de la tarde es una buena opción. Sino la mejor, cuando las comidas que también descubres una vez entras al comedor, son lo que más te está costando de la aventura. En el caso de la marca de los cuatro aros mantienen religiosamente su horario alemán y necesitan para ello un servicio que hemos probado esta noche. Sí, ha sido improvisado, y es verdad que esos planes no están tan mal.