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DAKAR

Un final desgarrador para Sainz

Audi trató de reparar el coche de Sainz tras el vuelco durante la etapa, pero los daños eran demasiado severos. El madrileño dice adiós al Dakar: “Es culpa mía”.

Haradh (Arabia Saudí)
El piloto español de Audi, Carlos Sainz, observa el coche tras haber sufrido un accidente en la etapa de hoy.
El piloto español de Audi, Carlos Sainz, observa el coche tras haber sufrido un accidente en la etapa de hoy. FRANCK FIFEAFP

No era difícil intuir que las cosas no marchan bien en la carpa de Audi cuando en lugar de encontrarnos con Carlos Saiz, fue el máximo responsable de Audi Motorsport quien recibió a la Prensa en una convocatoria donde el madrileño, debería haber sido el protagonista. Los medios estaban citados en torno a las 16:30 (hora española) para tener su charla habitual con el español, que llegó al vivac a las 15:10 de la tarde, pero cuando bajó del coche y los mecánicos de la marca alemana analizaron todos los daños que acusaba el prototipo alemán tras un vuelco en el kilómetro seis de la especial, hubo un cambio de planes inesperado que pone punto y final al Dakar de Carlos y Lucas de la manera más desgarradora posible.

La pareja española había sido un ejemplo de superación desde una sexta etapa, en la que un accidente doble les dejó fuera de la lucha por la victoria. El mazazo de no poder aspirar de manera tan prematura al premio por el que trabajan durante todo un año se superó pensando en una segunda semana donde querían, al menos, volver a ganar. Pero otro accidente que dejó destrozado el coche terminó con todas las ambiciones de un Carlos que protagonizó un momento para la historia. El vuelco le dejó tocado de la zona de la espalda, “después de estar 20 minutos entreteniéndole (al médico) ha insistido y si el médico te dice que tienes que ir al hospital, vas”, comentó un Sainz que relató cómo fue la jornada en la que sufrió un impacto de “27 o 28G”, y acabó subido al helicóptero para ser trasladado hasta el hospital. Pero cambiaron las cosas: “A los 10 minutos el helicóptero tuvo que aterrizar porque no podían poner las coordenadas del hospital. Ahí ha aterrizado y yo le dije ‘quiero intentar llevar el coche al ‘service’, me encuentro mejor, me duele menos”.

El coraje de Sainz le permitió regresar al vivac por carretera con un coche al que le faltaba la puerta del copiloto, que fue arrancada para que Lucas pudiese salir por el vuelco, y presentaba daños estructurales en el chasis monocasco de fibra de carbono que fueron bastante severos como reflejaba un techo, con un enorme agujero en la zona central. El desenlace se debatió entre la épica y el adiós, pero acabó siendo una despedida dolorosa que Rolf Michl dejó entre ver cuando atendió a la Prensa: “Ha sido un impacto severo, están (los mecánicos) intentando tenerlo listo para correr”. Decidieron retrasar la decisión por dos horas y media, pero la realidad es que ya estaba tomada. Una carpa precintada en su totalidad y sin la accesibilidad que siempre caracterizó a la zona Audi con todos los prototipos al descubierto, fue destapada al regreso ya sin el coche en su interior de un Carlos Sainz que, por supuesto, “hubiese continuado con las ganas de seguir aprendiendo”. Pero ahora toca poner rumbo a casa tras “una decepción” de la que asume su parte de responsabilidad: “Ha sido culpa mía y de nadie más”.

“He juzgado mal la velocidad, he pensado que no había ese agujero, de hecho dos metros más a la izquierda no lo había”, relata Sainz, antes de comenzar un “periodo de reflexión donde habrá que analizar un poco qué tal ha ido”. Si hablamos del primer día fue excepcional, pero a raíz de una “rotura de rótula inesperada” quedaron “descolocados y ese día fue lo que nos trastocó”. La lección está aprendida, “el Dakar es una carrera que se gana más yendo a la defensiva que al ataque” y en este caso, a pesar de los errores, el esfuerzo fue ejemplar y la recompensa inexistente. Una media sonrisa ocultaba la frustración de un trabajo que para el madrileño “no es ninguna gesta”. Solo el comienzo de una historia que espera finalizar como lo hizo en Volkswagen: “Los inicios fueron muy duros y luego vino todo seguido. Ojalá tengamos esa oportunidad de luchar en un futuro para intentar ganar esta carrera con un coche tan tan difícil y un reto tan complejo como este”. Este Dakar ha sido demasiado exigente con un equipo que puso todo de su parte para ganar. Pero hubo que despedir al piloto, para que creciese la leyenda.