Isidre Esteve: “Me dijeron ‘si no te operas ya, estás muerto”
Una caída dejó fuera de la pelea por el Dakar de 2007 a un Isidre Esteve, que ahora afronta su 21ª participación con un coche junto al que luchará “por cosas más importantes”.


Después de dos décadas tomando la salida, este será uno de los Dakar más especiales para Isidre Esteve (53 años, Lleida). El piloto del Repsol Toyota Rally Team tendrá en sus manos un Hilux que ansiaba dentro de su travesía en la carrera y por fin, el sueño se convertirá en realidad. Después de 20 ediciones con todo tipo de historias a sus espaldas, el español repasa con AS cómo ha sido su trayectoria en el mítico raid y qué espera de un proyecto con el que ahora, “la vida es más fácil”: “Vamos al Dakar 2026 a luchar por cosas más importantes de lo que veníamos aspirando en los últimos años”.
—Hace casi tres décadas que probó por primera vez el Dakar, pero ¿qué es lo que le hizo querer participar en la carrera?
—Ostras, yo fui al Dakar en el 1998 por primera vez sin saber muy bien dónde iba, pero fue una ilusión tremenda porque es aquello que veía desde hace mucho tiempo en la tele, en las navidades, y decía ‘esto tiene que ser impresionante’. Fue una experiencia que cambió mi vida.
—En su segundo y tercer año ya comenzó y se acostumbró a ganar etapas. Dice que el Dakar le cambió la vida, pero ¿cuánto más cuando llega la victoria?
—Cambió mi vida a nivel personal tras vivir la experiencia de 15 días en África, Marruecos, Mauritania, Mali, Senegal... Cuando volví a mi casa me sentí un privilegiado por haber nacido donde nací, tener las oportunidades que tuve y por haber podido vivir todo eso. Pero a nivel deportivo ya gané en mi segundo año una etapa en privado, que fui cuatro años, y a raíz de esa victoria fue cuando vi que yo quería aquello, quería seguir en esta carrera. Como privado hice cuarto en la general, fue una experiencia increíble. Y luego en 2002 se creó el primer año el equipo con Toyota, Repsol y Movistar, junto a Jordi Arcarons, Marc Coma, Roma y yo. A parti de ahí empezaron otras dinámicas. Ahí el manager te da un golpe en la espalda y te dice ‘está todo bien, pero estamos aquí para ganar’. Empiezas ganando el Rally de Marruecos, dos años, el de Túnez, el de Dubái, lideré el Dakar y lo perdí en varias ediciones... Fueron buenos años y fueron buenos momentos.
—¿En qué momento se dio cuenta de que podía ganar el Dakar y cuánto le enseñaron esas derrotas que llegaron cuando solo faltaba rematar?
—Yo creo que fue en los últimos años (de ir en moto), después de que Nani (Roma) ganase el Dakar. Empecé a sentir que tenía el respaldo del equipo, para darme las herramientas para poder estar ahí. Tuve más soporte para ganarlo, de hecho lo perdí dos años por la mínima. El primer año, en 2006, me rompí el bazo cuando iba segundo, después de la etapa de descanso. Y en el 2007 rompí la caja de cambios cuando iba segundo también. Además ahí teníamos las motos listas para una segunda semana que nos iba mejor. Sabe mal no haber podido luchar hasta el final para conseguir aquello, con un tío que respeto muchísimo que es Marc (Coma), no tuve la oportunidad y luego tuve el accidente (ese 2007 en Almería que le provocó la paraplegia). Pero a pesar de todo estuvo bien.
Sabe mal no haber podido luchar hasta el final para conseguir un Dakar"
Isidre Esteve
—Habla del bazo, una caja de cambios que le dejó tirado... El sueño de cualquiera es llegar a la meta del Dakar, ¿cómo se vive el primer abandono?
—Ostras, cuando lo del bazo, nosotros habíamos preparado una moto especial para la segunda semana y me dijeron: ‘Isidre, resiste la primera semana que sabemos que no tienes la moto perfecta para ella’. Llegué a la etapa de descanso segundo en la general, a cinco minutos de Marc (Coma) y con el tercero a una hora. Estábamos preparados para la segunda semana y ASO (la organización) decide dar el orden de salida inverso. Yo salí último, salíamos dirección a este y no se veía nada en la pista, pero teníamos toda la carrera por delante. En el polvo me caí, perdí el conocimiento y yo de golpe veo que los helicópteros me paran. Yo no me daba cuenta, pero hacía rato que iba despacio. Me pararon y dijeron ‘Isidre, ¿qué pasa?’, yo digo ‘¿qué pasa?’ y es que no era una situación normal. Yo iba demasiado despacio y me dijeron ‘Isidre, vamos a mirar’. Yo no dejaba que me tocaran, porque si lo hacían me iba fuera de la carrera. Y me dijeron ‘somos la organización, nos dejas mirar tres cosas y no pasa nada’. Me miraron y me preguntaron si estaba bien, y justo cuando me levanté me caí al suelo. Ahí pregunté si tenía que abandonar y me dejaron claro que tenían que averiguar qué pasaba. Cuando llegué al hospital me dijeron que tenía el bazo roto y yo les dije que me operasen en Barcelona, a la vuelta. Entonces me dijeron ‘si no te operas ya estás muerto, tienes una hemorragia interna’. No me acuerdo de nada más. Subí a una avioneta para que me llevasen a Barcelona y me salvaron la vida. Yo no quería abandonar, pero me salvaron la vida.
Nunca le tuve miedo a la moto, cuando llegó el accidente estaba en el mejor momento de mi carrera deportiva"
Isidre Esteve
—A partir de ahí, ¿cree que se le puede llegar a coger algo de miedo a la moto o usted nunca lo tuvo?
—No, no. Sentía un respeto enorme, pero miedo no. Me encanta, creo que hubiese corrido más años en moto, que hubiese tenido más oportunidades de ganar, cuando llegó el accidente estaba en el mejor momento de mi carrera deportiva, tanto a nivel físico, mental, experiencia... Pero en la vida no todo se planifica. Pero a partir de ahí empezó otra etapa de mi vida después del accidente en la que viví una segunda vuelta al Dakar.
—¿Cómo recuerda ese primer Dakar en coche?
—Fue muy duro, ¿sabes? El primer Dakar en Sudamérica fue muy duro para todos, pero yo terminé ese Dakar. Sin embargo la realidad es que me hice mucho daño en los lus glúteos, me hice dos úlceras de presión que hicieron que estuviese un año y medio en cama. Te aseguro que después de aquella experiencia no quería volver al Dakar, pero luego, con José María Lloreda, con la gente de KH7, desarrollamos el cojín inteligente que ahora es Núvolo, que me ha permitido volver al Dakar y que ahora me permite volver a soñar otra vez.
Pedí que me operasen en Barcelona, a la vuelta, pero me dijeron: ‘Si no te operas ya estás muerto"
Isidre Esteve
—A raíz de ese problema, ¿le dolió imaginarse la vida sin Dakar?
—No, porque a partir del accidente, mis prioridades en la vida cambiaron completamente. Yo no tenía ni un objetivo de volver a competir, yo solo quería vivir. A mi me propusieron volver y probar en coche y decidí hacerlo, ¿por qué no? Pero no es aquello de ‘yo quiero ir al Dakar’, pero bueno. Después de la experiencia del 2009 tenía claro que no volvía, no quería ni oír hablar del Dakar. Pero probé el cojín en el campeonato de España y qué bien. Había que ir al Dakar para ver si el cojín funcionaba y después ya nos planteamos ir al Dakar para a ver éramos capaces de hacerlo bien. Y mira, ahora mi última presentación me recuerda a las de 2001, 2002, 2003, cuando nos íbamos de carreras. Vuelvo a notar ese respaldo donde tengo las herramientas para que vayas allí y puedas disfrutar de esta carrera. Eso es lo que siento ahora. Tengo el respaldo de Toyota Europa, Toyota España, Repsol, KH7, MGS y un coche que proviene del equipo oficial. Soy consciente de que hay 30 pilotos rapidísimos, 25 de ellos que pertenecen a equipos oficiales y 10 de ellos a los que solo les vale ganar. Pero sabiendo dónde estamos, siento que formamos parte de ese grupo de pilotos. Tenemos herramientas para poder luchar y siento que vamos al Dakar 2026 a luchar por cosas más importantes de lo que veníamos aspirando en los últimos dos o tres años. Ahora vamos a ir a eso, pero cuando volviste que ves que el cojín funciona todo.
—Las cosas han cambiado mucho desde que volvió con el cojín pero, ¿ahí sabía que volvía para quedarse?
—No, no, no. Cuando volví con el cojín, el máximo objetivo era ver si funcionaba, después de siete años trabajando con el cojín. Había un objetivo social detrás del cojín, que era si funcionaba. Queríamos saber cómo aquel proyecto desarrollado en la competición podía llegar al mercado para aportar calidad de vida a un segmento de la sociedad que tiene problemas de movilidad. Ese era el objetivo del Dakar cuando volvimos, demostrar que aquello funcionaba. Para nada pensábamos en repetir, pero llegaron Repsol y Toyota a mi vida.
Vamos al Dakar 2026 a luchar por cosas más importantes de lo que veníamos aspirando en los últimos años"
Isidre Esteve
—¿Qué ha supuesto para usted el apoyo que ha recibido por parte de ambos?
—El compromiso de Repsol llegó en ese Dakar que fuimos con el cojín y fueron ellos también quienes nos animaron a continuar. Para mí hubo un momento muy importante, que es mi vuelta al Dakar en coches, cuando Repsol me llamó para decir ‘Isidre, ¿vamos juntos a esto?’ Yo venía de competir con Repsol en motos para proyectos importantes y volví con ellos otra vez, para empezar una nueva etapa. El proyecto con Toyota empezó con el desarrollo del combustible renovable, que yo lo probé y Toyota me hacía la asistencia técnica y vio los datos de la gasolina. Formamos parte de esa transición, estuvimos muy presentes y provocamos esa unión en Repsol y Toyota. Y eso generó un agradecimiento mutuo que nos ha hecho ir juntos a partir de ahora.
—Ahora tiene ese coche por el que tanto luchaba. ¿Alguna vez llegó a creer que era imposible o siempre lo vio como algo que iba a llegar?
—No, nunca lo dí por hecho porque no depende de mí. Es verdad que por mi mente siempre pasaba un ‘y por qué no algún día’. Y este día es hoy.
—¿Qué espera de este Toyota?
—Bueno, naturalmente mis condiciones, y ahora bajamos la realidad, son distintas a las de aquellos cuatro pilotos, aquellos tres pilotos oficiales (Quintero, Lategan y Price). Yo puedo tener el coche, puedo tenerlo todo, pero hay algún momento en la pista que me faltaría otra mano. Quiero decir que puedo ir rápido, voy rápido y hacemos cosas rápidas, pero hay ciertos momentos que tengo un poquito más de trabajo. Que no es ninguna excusa, porque yo estoy súper motivado de afrontar las mismas dificultades, estar en la misma clasificación y que no haya ningún tipo de beneficio. No lo quiero, porque esto es el claro ejemplo de lo que es el deporte inclusivo. Estamos aquí y vamos a correr. ¿Tengo alguna dificultad más? Está bien, vamos allá. Vamos a ver hasta dónde somos capaces de llegar. Esa es ahora mi motivación. Vamos a ver qué somos capaces de hacer.
No quiero poner excusas, vamos a correr y a ver hasta dónde somos capaces de llegar"
Isidre Esteve
—Sabemos que no lo probó demasiado, pero alucinó con el Hilux. Entiendo que ansías este Dakar.
—Piensa que le digo a Lidia (su mujer) ‘vamos a entrenar, porque necesito encontrarme bien’. Pienso en hacerlo lo mejor posible porque el coche es fácil de llevar, me gusta, me transmite buenas sensaciones. Tengo coche, ¿sabes? Hay potencia, hay estabilidad, hay tracción, es divertido. La vida es más fácil ahí arriba. Ahora, no tengo ni idea de dónde vamos a estar, pero la vida se ve más fácil; todo pasa más rápido.
—Disfrute mucho de este Dakar.
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—Vamos a ello, ¡muchísimas gracias!
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