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Dakar

Ford temió lo peor con Sainz

“Pensaba que no lo iba a salvar”, asegura Joan Navarro, ingeniero jefe del español, sobre el accidente. En un principio no hay daños estructurales.

Bisha (Arabia Saudí)
Carlos Sainz vuelca el Ford en la etapa 48 Horas del Dakar.
Carlos Sainz vuelca el Ford en la etapa 48 Horas del Dakar.Dakar

Antes de comenzar esta etapa 48 Horas, el Dakar sabía que se enfretaba a una jornada donde se podía esperar cualquier cosa. Y desafortunadamente, Carlos Sainz vio la cruz de la moneda en el kilómetro 327. El español protagonizó un vuelco tras superar una duna cortada a un poco más de velocidad de la cuenta; impactó de morro y después cayó sobre el techo, aunque la parte trasera fue la que quedó más afectada. Pero el día ya comenzó a contrapié. El madrileño se enfrentaba al desafío de abrir pista, más tarde se estancaron en una duna perdiendo cerca de diez minutos y justo después llegó el accidente, que ha comprometido su porvenir en la carrera.

Aunque todavía queda un mundo por delante, Sainz hizo temer lo peor en las carpas de Ford. “Pensaba que no lo iba a salvar”, asegura Joan Navarro, ingeniero jefe del madrileño, una vez se dio por concluida la primera parte de la 48 Horas. Afortunadamente, después de que su compañero Mitch Guthrie le ayudase a dar la vuelta, comprobaron el estado del coche y pudieron continuar; “pero el coche estaba bastante destrozado a nivel de carrocería”. “La mecánica está bien, que es lo más importante”, celebra el ingeniero español, en referencia “al motor, suspensión y caja (de cambios)”. Con la primera parte salvada, ¿cómo quedó el chasis? “Por lo que hemos visto, no hay daños estructurales. Parece un daño más cosmético que real”, replicaba Matthew Wilson, Ford M-Sport Team Principal, pero Navarro apuntaba: “Eso se tiene que verificar (y la FIA puede hacerlo en cualquier momento del día)”.

El miedo de Carlos Sainz y Lucas Cruz es que sufran el mismo problema que obligó a Laia Sanz a abandonar el Dakar tras la primera etapa. Pero desde Ford confían en que “esté bien”. El hecho de que el accidente se produjese sobre arena cambia mucho la dimensión del impacto, pero con que su piloto llegue por sí mismo al vivac sería más que suficiente: “Si el coche llega aquí nosotros lo podemos reparar, porque el fabricante del chasis lo puede reparar y nosotros somos el fabricante”. Los problemas se van salvando sobre la marcha, pero la odisea que vivieron piloto y copiloto durante los más de 300 kilómetros que recorrieron tras el vuelco fue cada vez mayor: “Continuaron pero el vidrio (del cristal delantero) estaba a trozos, no tenían techo, la puerta de Lucas no cerraba bien y la aguantó durante toda la especial... Se han parado como siete veces”.

Los 59 minutos de pérdida que reflejaba el cronómetro entre Sainz y Al Rajhi, líder de la etapa, tenían un porqué: “Una (vez pararon) por el vidrio, otra por un radiador, la otra porque no veían nada. Han pinchado y han tenido que parar, otra que se han perdido siete u ocho minutos. A consecuencia de eso han perdido como 25 minutos más. El accidente han sido unos 20 minutos de pérdida, pero lo bueno es que están reparando la máquina. Espero que lo consigan y que mañana la traigan a casa. Recuperar (tiempo) mañana es complicado, pero si la mecánica está bien a ver si lo pueden traer a casa”.

Navarro habla de que la segunda parte de la 48 Horas no será el día idóneo para salir al ataque por motivos obvios, pero ¿esto les despide del Dakar? “Es complicado porque son 49 minutos a la general, pero queda una maratón, el Empty Quarter... aunque lo más importante es la fiabilidad. Estamos hablando de coches nuevos. Toyota puede ser el mejor aquí (en términos de fiabilidad), pero tanto Dacia como el nuestro son coches nuevos. Por lo que la fiabilidad es algo que también entrará en juego en este Dakar. Yo pensaba que no lo íbamos a salvar, pero lo hemos salvado hoy y aunque es difícil hay opciones”. La esperanza es lo último que se pierde.

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