“El proyecto de nuestras vidas”
Isidre Esteve presenta a su nuevo compañero de viaje para un Dakar en el que esperan “poder luchar de tú a tú con todos los pilotos” después de subir el nivel con el ansiado T1+ de Toyota.
“El segundo es el primero que pierde y el tercero muchas veces nadie sabe quién es”, pero sin embargo, el nombre de Isidre Esteve sí se ha dado a conocer más allá de los resultados, gracias a una ambición que no le ha puesto límites y que coincidiendo con su mayoría de edad en el desierto, le ha permitido cumplir un sueño que llevaba buscando desde que se subió por primera vez a un coche para competir en el Dakar. Estar entre los mejores era el objetivo y el camino que llevase al ilerdense hasta ahí, pasaba por un prototipo competitivo como el Hilux T1+ de Toyota que pilotará en esta edición y que ha presentado en Barcelona de cara a una edición donde “empieza lo bueno”.
Se acabaron por fin los sacrificios y llega la hora de disfrutar a los mandos de un coche “especial” como reconoció un Isidre al que la sonrisa le delataba en su puesta de largo: “Hemos conseguido aquello que habíamos soñado. Es el proyecto de nuestras vidas. Queríamos que llegase el día, que llegase esa situación de llegar al Dakar con un coche como el que presentamos hoy y poder luchar de tú a tú con todos los pilotos”. Desde que cerró la pasada edición junto a un Txema Villalobos que le seguirá acompañando en la parte derecha del prototipo, el siguiente proyecto se planteó a partir de un salto de calidad que se forjó en su regreso a España: “Hablamos con Toyota y les dijimos que queríamos tener un coche de este equipo”.
Gran culpa tuvieron también los patrocinadores, de nuevo con Repsol, MGS Seguros y KH-7 a la cabeza, de darle a Isidre “un coche muy distinto a lo que llevaba el año pasado” o, dicho de otra manera, “un coche espectacular” para el ilerdense. Gana volumen, prestaciones (incluso con un biocombustible que ya es capaz de sacarle todo el rendimiento al coche) y también les permitirá “afrontar las zonas complicadas a una velocidad que todavía no estamos acostumbrados”, pero con las que se irán familiarizando a medida que sumen kilómetros de competición, ahora sí, con unas armas dignas de resultados más ambiciosos como los que buscó en moto y desde el primer momento en el que dio el salto a las cuatro ruedas: “Cuando volvimos (a competir tras el accidente de 2007) sabíamos que queríamos un coche para competir como lo que hicimos en moto”.
¿Lo mejor del próximo Dakar? “No saber hasta dónde podemos llegar. Quiero pensar que no hemos llegado al final y queda muchísimo por delante”. “En los últimos años el nivel de competitividad ha subido muchísimo” y aunque habrá dificultades, Isidre y su equipo viajan a Arabia “para superarlas y pensar en mejores resultados”. La máquina está prácticamente afinada, Marruecos y Andalucía sirvieron para hacer “un trabajo extraordinario con el que mejorar aquello que pensábamos que no se podía mejorar” y el componente humano también está listo. “Texma lo hizo muy bien a nivel de navegación, tenemos mejor ritmo” y “mucha confianza” en un proyecto donde el cariño y los sueños han conseguido el objetivo final: tener lo mejor para la carrera más dura del mundo.