“El Dakar es como Gran Hermano”
Lorenzo Santolino y Javi Vega visitan AS antes de afrontar una 46º edición que comienza sin estrategia: “Vendrá cuando nos den las reglas del juego”.
Apenas existen paralelismos entre el camino que ha llevado a Lorenzo Santolino (36 años, Salamanca) y Javi Vega (38 años, Madrid) hasta el Dakar (del 5 al 19 de enero). El salmantino tiene sus orígenes en el enduro mientras que el madrileño llegó al rally más duro del mundo movido por el amor: “Yo empecé por mi chica (Sara García), fui mochilero de ella”. Tampoco los hay en cuanto a cómo debería comenzar la carrera más dura del mundo, pues uno prefiere asentarse directamente en el campamento mientras que el otro, antes de abrir la tienda de campaña prefiere hacer una visita al hotel. Y por supuesto, en nada se parece la aventura del piloto de Sherco enrolado dentro de una estructura oficial, con la de aquel que compite en la categoría Original by Motul con una caja de recambios a cuestas, pero como recuerda Vega en su visita a AS, los suyos son “Dakares diferentes, pero lo importante es que nos une la misma prueba”.
De un modo u otro la dureza del desierto es la misma para todos, “el Dakar es como un Gran Hermano”, y ambos pilotos apoyados por Pont Grup lo saben después de cinco participaciones donde han aprendido la lección. Un Dakar “no lo gana el más rápido”, empieza diciendo Vega, sino “el más completo”. Y cuando hay que decidir entre velocidad o experiencia, Santolino da la respuesta: “La velocidad es difícil ganarla y la experiencia, si eres un poco espabilado, sí la puedes conseguir. Pero normalmente cuando gana el más rápido no suele hacerlo muchas veces. Sunderland es el ejemplo, puede ganar siendo rápido o caerse en el kilómetro 50 como le ocurrió el año pasado (abandonó en la etapa 1). Al final hay que saber gestionar la carrera”.
En esa misión es todo un experto el salmantino ya que como reconoce, “ir a asegurar es la baza que podemos jugar”: “No tenemos la velocidad que ofrece el combo de piloto-moto para estar luchando por etapas cada jornada. Si nos preparamos para ganar una etapa, no digo que sea fácil pero sí viable, pero buscando una posición final buena no es nuestra estrategia. La nuestra es ser constantes y si hay alguna circunstancia, aprovecharla”. El objetivo del piloto de Sherco en esta edición “es intentar el top-5″ que le privó la fiabilidad hace tan solo un año a pesar de que acabó noveno. Los 15 minutos de penalización que recibió por cambiar el motor pasaron factura, pero ahora han desarrollado la moto, han cambiado “las piezas que no aguantaban todo el Dakar” y han reducido el nivel de exigencia de la moto para alcanzar una meta que también sigue siendo diferente en el caso de Vega.
El madrileño sale a “sobrevivir, que no es poco”, después de haber perdido la opción de aparecer como participante en su categoría tras la segunda plaza de 2023, algo que le ha “pillado por sorpresa” y que marcará este 2024 como “un año de transición” para Javi, ante la incertidumbre de no saber “si será mi último Dakar o qué pasará, por lo menos voy a disfrutar”. ¿Le convencería de nuevo Sara para volver? “Si vuelve Sara voy de cabeza, yendo con ella lo disfruto mucho más. La presión la lleva ella (risas)”.
“Este año nos han dado poca información”
Resulta aventurado abarcarse a un futuro tan lejano, cuando ni siquiera conocen el más inmediato. “Este año nos han dado poca información”, comienza desvelando Javi, aunque “por los kilómetros se prevé que va a ser más intenso, la estrategia vendrá cuando nos den realmente las reglas del juego”. Santolino se consuela sabiendo que las condiciones “son las mismas para todos” a pesar de que tendrán “una hora y media más o menos de moto cronometrada cada día”, y aunque le resta la importancia justa al cansancio, para el madrileño la historia se complicará en la segunda semana: “Será un poco más peligroso, la segunda semana que vas más cansado, caerte en las piedras, pues puede haber una clavícula o una muñeca rota y la mecánica también... Si te caes ahí te destruyes”.
Pero sobre todo, lo que más puede preocupar a un piloto sin asistencia es una etapa 48 horas con un enlace de 800 kilómetros hasta el vivac donde será la jornada de descanso, es cuándo llegará su moto. Ese día Vega aprovecha toda la jornada para “desguazar la moto y hacerla de nuevo. Si la moto llega a las 4 o 5 de la tarde y a las seis ya es de noche... lo tendré difícil”. “Les dije que prefería ir en moto, hacer el enlace y chuparme los 800 km de carretera, pero ninguna moto ni ningún quad pueden ir por carretera”, explica el madrileño, sobre una aventura que será “una prueba por eliminación”. “Cada día en un Dakar te puede cambiar las tornas”, recuerda Santolino, pero al final esa es la esencia de una carrera para la que ya han activado la cuenta atrás.
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