Carlos Sainz: “Es un proyecto ganador, si no, no estaría aquí”
El español “no cambiaría ni una coma” del trabajo junto a Ford. El primer año de proyecto es complejo, pero confía en la igualdad de la carrera.
A pesar de que su contador personal marca unos cuantos años más, la realidad es que Carlos Sainz (62 años, Madrid) va a celebrar su mayoría de edad en el desierto con un regalo muy especial. El cuatro veces ganador del Dakar se reencuentra con Ford, uno de los equipos de su vida, para defender su condición de campeón en una edición donde el Raptor, además de Lucas Cruz, será su compañero de aventura. La historia dice que hasta ahora, ningún coche primerizo se ha llevado la victoria en el rally más duro del mundo en el año de su debut. Pero la historia está para cambiarla y como reconoce Carlos a AS, sale “a darlo todo, como siempre. En esta carrera no hay medias tintas”.
—Año nuevo, vida nueva. ¿Cómo ha vivido todo este desarrollo de Ford hasta llegar aquí?
—Pues sí, efectivamente. Año nuevo, vida nueva. Nuevo equipo, nuevo reto... Este año ha cambiado un poco toda la preparación que conlleva el Dakar en sí. No es lo mismo ya tener un coche que has corrido con él, al que le has hecho un análisis de cómo va, los puntos a trabajar, que el empezar de cero con un coche como ha sido este año junto a Ford. Pero a pesar de todo el trabajo que conlleva estoy contento. Creo que hemos hecho una buena apuesta a punto y creo que hemos hecho una buena estrategia de cómo desarrollar el coche. Si miro para atrás, en este periodo de lo que ha sido el año entre Dakar y Dakar, creo que con Ford hemos hecho las cosas de forma correcta y no cambiaría ni una coma.
—Nani Roma dijo que la exigencia de Carlos Sainz se ha reflejado en el resultado del Raptor. ¿Ha estado muy encima del proceso?
—Cuando tú decides entrar en un proyecto como este, con una marca como Ford, con un proyecto global en el desembarco del Dakar, y Ford decide ver si estoy interesado, en el momento en que dices que sí, tienes que darlo todo, como he hecho siempre. No hay medias tintas. Y desde luego que en este caso no ha sido diferente. Cuando hablamos con Ford, ellos me conocen, porque además con Malcom (Wilson, director de M-Sport, socio de Ford en el Dakar) es la cuarta ocasión, yo creo, que vamos a estar juntos. Y entonces no hay secretos prácticamente entre nosotros. En ese sentido, yo conozco a Malcom, él me conoce a mí, sabe mi forma de trabajar. Por eso digo que hemos hecho todo lo que humanamente o bajo mi criterio hubiese hecho, no ha cambiado nada. Y ahora el tiempo va a decir si lo hemos hecho bien, lo hemos hecho mal, o qué va a pasar. Pero también es cierto que somos conscientes de cuál es la realidad. No nos tenemos que olvidar que el primer año de un coche en el Dakar es muy difícil, porque por muchas pruebas que haces, test, kilómetros, incluso el Rally Marruecos, la Baja (Hungría), todo eso está muy bien. Pero es que una carrera como el Dakar siempre te trae circunstancias nuevas, sorpresas nuevas, y por eso es tan difícil ganarlo el primer año.
—Pero sin ningún contratiempo importante, ¿cree que el coche estará para ganar?
—El coche... Nos gustaría pensar que está para luchar. También es cierto que hay que esperar, porque no tenemos mucha experiencia. En Marruecos corrimos, pero éramos los únicos que íbamos con el Torque Meter, que se llama, el medidor de potencia. Los demás iban todavía con la reglamentación antigua. Hasta que no lleguemos al Dakar y hagamos dos o tres días, no vamos a saber realmente la competitividad cuál es. Pero ya te puedo decir de antemano, si me preguntan mi opinión, que va a ser el Dakar más abierto. Porque vimos como cuatro marcas, Mini, Toyota, Dacia y nosotros, entre las que había una igualdad tremenda en Marruecos. Por lo tanto, quiero pensar que eso se va a trasladar al Dakar y que el Dakar va a estar más abierto que nunca.
—¿Ver cómo empieza la carrera puede ser una baza a su favor? Sobre todo porque parece que habrá una criba muy importante al principio y la mejor estrategia en la 48 horas del año pasado fue la suya.
—No, no, criba va a haberla la primera semana, seguro. Lo que hay que tratar es de pasar esa criba y seguir estando en posición de luchar por la carrera. En Marruecos ya vimos una igualdad tremenda y como siempre será una carrera por eliminación.
—Dentro de toda esa igualdad, ¿ve a alguien un paso por delante?
—Dacia no es un coche nuevo, es el Hunter del año pasado, cuatro años de Hunter... y han cogido lo mejor del Hunter, han hecho el Dacia y le han puesto otro caparazón. Pero tienen fiabilidad, experiencia... son el mismo equipo y es como si Ford ha estado cuatro años corriendo con el Raptor y después de llamarle Raptor, le llama Focus, por ejemplo. Es verdad que es otro coche, pero en definitiva arrastra la experiencia del anterior. Viendo Marruecos, nunca he visto tanta igualdad, pero quizá el Dacia es el más rápido de estos cuatro (con Toyota, Mini y Ford).
—La buena notica podría ser que este año la FIA va a controlar la curva de potencia y aquí sí que no habrá diferencias...
—Este año, en el nuevo sistema de control llevamos una caja donde la FIA puede controlar si estamos siempre por debajo de la curva de potencia que marca el reglamento. No espero sorpresas y lo bueno es que yo creo que también será una carrera en igualdad de potencia. Por lo tanto, el mejor coche y el mejor piloto podrán marcar la diferencia. Habrá diferencias de consumo, con más o menos gasolina, pero eso son circunstancias de cada coche. La realidad es que no puedes pasar de ciertos kW que están preestablecidos y eso lo mide el coche.
—¿Dónde puede destacar este coche para marcar la diferencia?
—Por mucho que hayamos hecho Marruecos es difícil saberlo sin haber competido ni un día en el Dakar. Un coche ganador del Dakar tiene que funcionar bien en todos los terrenos. Te adelanto que no hay ni un coche del Dakar que vaya muy bien en pista o que vaya muy bien en dunas, y no vaya disfrutando de otro terreno. Esto no es fácil conseguirlo, porque tienes que buscar una puesta a punto que vaya más o menos bien en todos los terrenos. Pero al final una etapa que tiene dunas, esa misma puede tener pista y no puedes hacer el coche pensando solo en las dunas y lo contrario.
—Cómo afronta la exigencia de la carrera a lo largo de los años, sobre todo ahora donde la navegación será protagonista.
—Tratando de prepararnos lo mejor posible para ella. Es una carrera en la que tan pronto estás arriba como abajo. Hay días buenos, días malos, días que estás encantado, días que estás desesperado, días que estás hecho polvo del cansancio o días que estás mejor. Pero en todos ellos es importante refugiarse en un equipo fuerte, con el resto de los miembros, y también entre nosotros (Lucas y Carlos). Nosotros hemos conseguido ganar ya el Dakar en cuatro ocasiones y entre Lucas y yo nos conocemos tanto, que a veces no hace falta ni decir nada. Nos miramos a los ojos y ya sabe él lo que estoy pensando; y yo sé lo que está pesando. Sabemos lo que nos hace falta mutuamente y es vital estar unidos y luchar juntos.
—A medida que pasan los años, no dejan de abordar desafíos. Primero el Audi, ahora un coche recién estrenado... ¿Cuál ha sido el mayor desafío en este cambio?
—El coche del año pasado era un reto monumental, con su motorización eléctrica. Pero si excluimos todo lo que es la motorización, que obviamente es diferente y en el Raptor es mucho más convencional, yo diría que este coche está más tecnológicamente avanzado a la altura de cualquiera que está compitiendo ahora. De hecho, es el último (en llegar) y la atención al detalle que también es marca de la casa está puesta en este coche. No le falta el mínimo detalle y a pesar de ser el primer año, como he dicho, creo que hemos hecho bien los deberes. Además, quiero destacar el trabajo con FOX, que al principio se nos podía hacer cuesta arriba. Hemos renunciado a unos amortiguadores con los que llevamos corriendo con ellos 10 o 15 años y que están super probados y los conoces a la perfección, por ir a unos FOX. Tenemos que estar muy convencidos de ese paso y creo que todos lo estamos. De hecho, Ford no impuso ir con FOX, fue por convencimiento. Y por lo tanto ha sido todo un trabajo muy bonito de desarrollo y ha sido interesante. El coche está a un buen nivel.
—A pesar de que este año ha sido un empezar de cero para usted, este proyecto también tiene una parte emotiva que habrá tenido peso en su decisión.
—A estas alturas de mi carrera deportiva, para seguir en activo con ganas, con ilusión, con motivación, que la tengo, y con ganas de que llegue la próxima carrera, se tienen que dar una serie de circunstancias. Y en este caso se han dado. Se han dado porque me apetecía volver a Ford, se han dado porque me apetecía volver a correr con Malcolm, al cual tengo un respeto y un cariño de estar en dos ocasiones diferentes en el proyecto del Focus y en el proyecto del Escort con él. Fui su primer piloto. Cuando Ford decide darle el programa del equipo oficial en el Mundial de Rallys a Malcolm Wilson, yo fui su primer piloto. Entonces hay muchas cosas alrededor de este proyecto que lo hacen especial, o por lo menos lo hacen especial para mí. Todas esas cosas hacen que sea un proyecto que me motive y que me apetezca asumirlo. Pero obviamente, también creo que es un proyecto ganador o que puede llegar a ser un proyecto ganador, si no, no estaría.
—Tan especial como este reencuentro también fue la despedida de su hijo Carlos de Ferrari. Recordará para siempre esa experiencia.
—Lo primero que pude confirmar es que un Fórmula 1 es brutal, es un cohete sobre ruedas. Todo mi respeto a los pilotos de Fórmula 1 porque lo que hacen es simplemente de ser superdotados, del primero al último. Y luego, conducir un Fórmula 1 actual es una experiencia fantástica y tengo la suerte de poder conducir o de haber podido conducir un Fórmula 1 y un coche que es el Fórmula 1 del desierto; que es lo que llevo. Entonces están los dos extremos, en el mundo del motor, los dos polos opuestos serían un coche del Dakar y un coche de Fórmula 1.
—Pero en todos es rápido...
—Bueno, yo soy rápido con el coche del Dakar, que es mi vida y es mi objetivo. Pero la verdad es que disfrutamos mucho ese día juntos, fue un evento fantástico. Irse de Ferrari con un pequeño homenaje como fue aquel que le hicieron, pues es para estar orgulloso.
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