Audi gana con un coche de ciencia ficción
“Es para sentirse superorgullosos”, dice Lucas Cruz, una vez recogida la recompensa a tres duros años de trabajo que clausuran el proyecto dakariano para la marca de los cuatro aros.
La aventura de Audi en el Dakar empezó siendo un ejercicio de confianza en el que había que creer que un coche eléctrico podía ganar el rally más duro del mundo. Pero en su tercera participación Sainz lo advirtió antes de medirse en el desierto: “Es el mejor Audi que hemos tenido para el Dakar, sin duda”. El primer concepto llegó demasiado lastrado por el peso y aunque por las características del prototipo todos creían que el RS Q e-tron iba a volar, desde la marca de los cuatro aros admitieron a toro pasado que esa primera generación llegó justa de kilómetros. Pero en el presente han logrado lo impensable: que un coche eléctrico gane en el desierto.
“Se ha trabajado como locos en los últimos meses. Sin todo ese trabajo no estaríamos aquí de esta manera y tenemos un equipo fantástico”, destacó Sven Quandt, jefe de Q-Motorsport y una de las mentes pensantes del prototipo, cuando la carrera demostró que este coche sí podía ser el ganador considerando también lo joven de este proyecto. Pero, ¿dónde ha estado la clave? Desde la sede alemana crearon “un coche de ciencia ficción” en el que la primera necesidad fue encontrar la manera de reducir peso.
De un año para otro el RS Q e-tron bajó 80 kg, desarrollaron un sistema de gestión energética que fuera lo suficientemente equilibrado como para garantizar la duración de la carga, sin resignar la potencia cuando fuera necesaria, y aunque a nivel de prestaciones el Audi nunca ha sido mejor que los demás porque siempre ha tenido el hándicap del peso (era imposible rebajar más la cantidad), este año lograron por primera vez igualarse ante sus rivales. Después de varias protestas y una amenaza sobre la posibilidad de dejar la carrera antes de los tres años que marcaba el proyecto, la FIA les dio la razón: competían en desventaja y les dotaron de 15 kW extra para compensar el desequilibrio.
“El Audi tiene más riesgo”
De esa manera llegó el coche ganador, porque a nivel tecnológico es mucho más eficiente y a mayor eficiencia eso significa realmente que el coche es más competitivo. Aunque esa virtud, va acompañada de un defecto: “Toda la eficiencia tecnológica del Audi añade más riesgo de que te falle algo del software, un sensor, un conector o cualquier cable...”. Justo antes de sellar este triunfo insistió Lucas Cruz en el asunto: “La gente no es consciente de la tecnología que lleva el Audi para que funcione en las condiciones del Dakar”, pero sin duda, “es para sentirse superorgullosos del proyecto” que como adelantó AS, se despide después de tres años en los que todo el trabajo ha merecido la pena.
Desde su llegada al Dakar el Audi ha acumulado ocho victorias de etapa y 32 podios en sus tres participaciones. Pero la guinda al pastel ha sido ese Touareg de Carlos Sainz y Lucas Cruz en el que casi nadie confiaba, a excepción de un equipo que se ha convertido en familia. Porque como tanto insistió Sainz, el proyecto de la marca de los cuatro aros ha derrochado toda la valentía que al resto le ha faltado, para poder ganar el rally más duro del mundo de una forma en la que nadie había sido capaz... hasta ahora. Y por eso no hay mejor forma de despedirse. Audi sale por la puerta grande.
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