“A Loeb no le notarás vendiéndome”
La 46ª edición del Dakar será de transición para una Cristina Gutiérrez que cierra ciclo en T3, antes de dar el salto a T1 con Dacia.
A veces los sueños se cumplen. Y sino, que le pregunten a una Cristina Gutiérrez (32 años, Burgos) para la que su salto a la categoría reina del Dakar con Dacia “suena a sueño hecho realidad”. La española formará filas con Al Attiyah y Loeb a partir del próximo curso, pero primero tiene por delante una 46ª edición del rally más duro del mundo que será de “transición”. Va a ser un año largo marcado por la impaciencia de llegar a un proyecto “súper emocionante”, pero primero toca despedirse intentando asaltar la victoria en T3. Está en la mejor situación para hacerlo, sobre todo tras un cambio de coche (deja el Can-AM por un Taurus), con el que intentará ganarle a todos.
—A pesar de que le queda acabar este año en T3, ya es piloto oficial de un equipo del Dakar gracias a Dacia. Qué bien suena...
—Sí, suena a sueño hecho realidad. Porque, bueno, cuando ya me enteré hace tiempo de lo del contrato de Dacia, era como algo surrealista porque además, me pasó un poco como en la Extreme E cuando me dijeron que mi compañero iba a ser Sebastián Loeb y aquí también es la misma situación. Se repitió cuando me dijeron que él iba a ser mi compañero y fue como súper emocionante. Cuando supe ya el tercer piloto (Al Attiyah), que lo acaban de anunciar, ya sí que fue como que me siento, lo he dicho varias veces, el jamón del sándwich, ¿no? Estoy ahí en medio (risas). Pero no, la verdad es que estoy muy contenta. Porque primero, voy a aprender muchísimo. Y segundo, pues vamos a compartir momentos. También al estar en un equipo de élite, pues me motiva muchísimo ver cómo se trabaja, ver cómo se evoluciona... y luego, pues me he sentido muy querida dentro desde el primer momento, cuando he compartido varias reuniones y varias cosillas, me siento una más y es brutal. La verdad es que es un proyectazo y se lo están currando muchísimo.
—¿Se sintió como en el Día de los Inocentes cuando recibió la llamada?
—Fue un poco Día de los Inocentes, no te voy a engañar, sobre todo porque cuando me iban detallando un poco el proyecto, que era oficial, que era con Sebastián Loeb, que quien gestionaba el equipo era no sé quién, que estábamos ahí... era como que cada detalle que me iban diciendo yo pensaba ‘¿en serio? ¿esto es en serio?’ Y luego, también, pues agradecer la oportunidad, porque entiendo que como marca tampoco es fácil. Me explico, lo fácil sería coger a Sébastian Loeb, a Nasser Al Attiyah y a tal y fin. Pero también confiar en mí y en darle esa oportunidad a una persona que no ha estado nunca en un equipo oficial, que es joven dentro de lo que hace... Dacia ha sido muy innovador, ha sido como el primero que ha dado el salto a hacer este tipo de cosas, que seguramente vendrán más. Por ejemplo Toyota también cogiendo a a Lucas (Moraes), apoya ahí un poco el cambio generacional que el Dakar estaba reclamando hace tiempo. Y vamos, nosotros encantados porque somos supuestamente la siguiente generación, así que a darlo todo.
—Siempre dice que va a aprender de los demás y por una parte es bueno, pero ¿no cree que se ha ganado sobre todo confiar en lo que usted ya hace?
—Sí, sí, o sea, no te voy a decir que no, porque hemos sufrido aquí como nadie ¿no? Y bueno, a ver, yo siempre llego a aprender porque incluso de los malos dakares he aprendido un montón. Y de mí misma, o sea, yo siempre estoy abierta como a sentir cosas nuevas y de ahí, pues sacar lo bueno. Yo creo que de ahí es donde ganas la experiencia para otros momentos que te pueden pasar, de mis dakares de no dormir por ejemplo. Ahora todos los malos momentos los convierto en esos valores de resiliencia, de no parar y de seguir hacia adelante pase lo que pase. Entonces, por eso digo lo de aprender, ¿no? Porque al final vas sintiendo cosas y las vas ordenando en el futuro y vas diciendo ‘jope, pues mira, cuando estuve en esta situación hice esto, ¿no? Pues, ¿por qué no voy a poder ahora?’. O incluso también de ‘Seb’ (Loeb) o de Nasser, que te van contando cosas. Son gente muy, por lo menos yo que he trabajado con ‘Seb’, muy abierta a explicarte todo. Y entonces, bueno, yo voy con la mente de aprender y, por supuesto, de competir. Eso no quita que vaya a darlo todo y si puedo ganar etapas e intentar ganar el Dakar, que yo digo siempre intentar, porque el Dakar no solo depende de ir rápido, pues iré a darlo todo.
—Ya sabe cómo es trabajar con Loeb pero, ¿se ha imaginado ya con Nasser mano a mano?
—Es muy fuerte. La verdad es que no me lo imagino porque va a ser muy fuerte. O sea, al final son dos personas que van a estar luchando por ganar, ¿no? Y, bueno, pues es bastante interesante. Tendré seguro bastantes titulares que daros (risas). Igual tengo que hacer de corresponsal sobre lo que pasa ahí dentro. Tú dirás, ‘¿tengo un topo ahí metido?’ (risas). Pero no sé, la verdad es que tengo muchas ganas y es que si me dices esto hace dos años... ya no te digo cuando era pequeña, me lo dices hace dos años y te digo, mira, me estás vacilando. Ni del palo puede ocurrir esta situación.
—La lógica dice que Nasser y Loeb estarán para ganar, pero los antecedentes que se puede soñar. Jutta Kleinschmidt es la única mujer que ha ganado un Dakar y lo ha hecho con un coche oficial.
—Hombre, claro, al final en un Dakar, si tú tienes una máquina que también te acompaña en la parte deportiva, pueden ocurrir cosas muy importantes. Y a mí me pasó, por ejemplo, cuando llegué a T3, que yo llegaba de no estar en un equipo semi-oficial, por así decirlo, y después de haber luchado contra viento y marea de repente llegas a T3, ganas una etapa y te das cuenta de lo importante que es también que el equipo técnico te acompañe, ¿no? Yo creo que soñar es gratis y obviamente sueño con ganar un Dakar y replicar lo que hizo Jutta en su momento, pero también soy muy realista de que el momento en el que vivió Jutta no es para nada el momento que estamos viviendo ahora. Ahora hay máquinas mucho más tecnológicas, luego los pilotos están súper experimentados, que no quiero decir que en su época no, sino que eran dakares un poquito diferentes, ahora es mucho más de velocidad, ¿no? Y por ejemplo, ‘Seb’, lleva no sé si nueve u ocho dakares y no ha conseguido ganarlo. No es simplemente ser veloz y ya está, sino que se tienen que dar muchas circunstancias. El caso de Nasser es surrealista, porque que llevar tantos Dakares es algo que habla mucho de él y de que sabe leer la carrera como nadie. Pero bueno, lo que te digo, voy a soñar y sueño. Estoy en el mejor sitio con las mejores personas para lograrlo y eso me hace ir confiada.
—¿Tiene algo de culpa Loeb en todo esto?
—Obviamente, Sebastien siempre me ha ayudado, siempre está ahí, siempre como que me tiene en la boca, ¿no? Es una persona que no le vas a notar como vendiéndome de ‘venga, pues coge a Cristina’, no. Él sintió algo cuando me conoció y vio cosas, y cuando ha tenido la oportunidad o le ha surgido la idea de ‘oye, ¿por qué no contamos con Cris?’, ha sido cuando ha surgido todo. Él me dijo, ‘yo no digo venga, coge a Cris que es chica, yo digo que eres una piloto profesional y que te implicas mogollón’. ‘Seb’ me ha visto cómo soy en la Extreme E, que no paro de trabajar con la tele, con los vídeos, y a él le encantó eso. Y bueno, yo creo que le gusto un poco como socia, por así decirlo. Yo siempre le agradeceré todo lo que ha hecho por mí, porque no sería lo que soy sin él ahora mismo, porque vale que yo considero que me he esforzado mucho, pero también tienes que tener esa pizca de suerte o esa persona, en este caso, que va hablando de ti y que va visibilizando un poco lo que tú haces. Pero tienes que valer, porque claro, cuando me llamó el Red Bull Junior Team para hacerme la prueba de OT3 en su día, a mí me hicieron una prueba de conducción, pero es verdad que si ‘Seb’ no hubiese abierto esa puerta en ese momento, pues igual no estaría ahora mismo aquí. Entonces le agradeceré siempre todo lo que ha hecho.
—Son compañeros, pero si en un final de Dakar uno tiene que pisar más que otro... yo creo que el compañerismo no queda para otro momento.
—Sí, eso da igual, además ahora en el Extreme E hemos competido uno contra otro y ha sido muy gracioso, porque estábamos compitiendo, pero en el fondo nos rallaba un poco de la situación, ¿no? Porque, bueno, la competitividad está en un lado, pero luego la amistad está por otro.
—¿Le ha cambiado esto la vida en el sentido de sentirse más exigida, aunque todavía no haya empezado de lleno con el proyecto?
—¿Exigida? A ver, es que yo he sido tan exigente conmigo misma desde el principio... que casi no lo noto. Lo bueno que he tenido es que en cada situación en la que me he encontrado, dependiendo de la categoría, yo me iba exigiendo como objetivos realistas. Yo me ponía objetivos, pero siempre realistas. Yo no empecé pensando en ganar un Dakar un día. Yo empecé pensando en terminar un Dakar, el siguiente pensaba en conseguir quedar entre los 25 primeros. Yo me iba poniendo como mini-objetivos, ¿no? Y es verdad que ahora, al estar en un equipo oficial, pues es todo como muy profesional, pero a mí me sirve de motivación positiva. Siempre lo digo, obviamente sientes presión, pero ahora es como ‘venga, tienes que desarrollarte como piloto, tienes que aprender y tienes que intentar ir lo más rápido que puedas sin cometer errores’. Es otro tipo de presión.
—No sé si se le va a hacer largo el año, pero primero le toca despedirse de T3 antes de marcarse esos nuevos objetivos.
—Yo soy súper impaciente (risas), pero sí, me voy a despedir de T3. Es un año de transición, pero creo que también es un año muy importante porque tengo que acabar este periodo de la mejor manera posible y quiero ir a darlo todo. Sé que puedo y que he estado muy cerca muchas veces y me hace falta esa pequeña suerte que, por ejemplo, el año pasado no tuvimos la primera semana, que ya viste cómo fue. Pero si tenemos una carrera limpia y se nos da bien, no hace falta ganar todas las etapas, con que se nos dé más o menos bien todos los días, podemos hacer cosas muy chulas y despedirme con un triunfo en T3 sería la leche. Pero bueno, aquí lo importante es conducir lo máximo que se pueda y seguir viviendo experiencias, que no sean las del río (la lluvia le dejó atrapada en un río durante la etapa 3), pero sigamos viviendo experiencias.
—Ahora va a vivir una experiencia nueva con un Taurus. Cambia de coche a última hora...
—Sí... Es un cambio de coche que dentro de lo que cabe, es un cambio de equipo. Hay un periodo de adaptación seguro porque obviamente llevo compitiendo con un Can-AM un año entero y no te voy a engañar de que es un cambio, pero es verdad que dentro de lo positivo es un coche que ya he conducido, que la base fue el OT3 y que es el coche ahora mismo que considero más competitivo para poder ganar un Dakar, habiendo los coches que hay de esa marca. Creo que estamos en la mejor situación ahora para despedirnos de la mejor manera.
—¿Le da algo de seguridad el hecho de poder contar con un prototipo como este, sobre todo ahora que dicen que el Dakar va a ser el más duro en Arabia?
—Al final siempre dicen un poco lo mismo, pero bueno, al el año pasado sí que fue dura, pero porque tuvo factores internos como la lluvia y tal, pero no creo que fuese implícito en el recorrido. Al final la dureza depende tanto de lo que te pase... Para mí el año pasado fue horrible la primera semana y luego la segunda fue bien. Depende del tipo de Dakar que tengas puede ser el Dakar más horrible de tu vida, mientras que otros digan que ha sido un Dakar súper flojo. Entonces, la dureza en sí no depende ya de la carrera, pero obviamente el Dakar siempre es súper duro. Es una carrera de muchísimos kilómetros, esto que se han inventado de las 48 horas sin parar, que aún no sé cómo va a ser, la otra maratón... Sabemos que vamos a estar la última semana arrastrados por el suelo, porque lo sé, porque siempre pasa, pero creo que es muy bueno tener un coche que al menos te permita estar arriba cada día, porque estar arriba cada día se supone que tú tragas menos polvo, que sales más delante, que la pista está menos rota... Entonces, todo esto influye a que tú vayas más cómodo dentro de la carrera.
—Dice que le gustaría despedirse de T3 con victoria. ¿Quién cree que se lo puede poner difícil?
—Pues es que este año hay muchos. Te diría que por lo menos 10 pilotos pueden ganar. Así de primeras, todos los Red Bull pueden ganar, Chaleco (López), Rokas (Baciuska), Austin (Jones), Mitch (Guthrie)... que están también con Taurus, y luego hay una familia que son los Goczal, que son tres (Eryk, Michal y Marek), esos también van muy rápido y también pueden ganar seguro. Por lo menos, ya te digo que hay 10 que pueden conseguirlo, es una categoría que yo creo que es la más competitiva ahora mismo en la que hasta 10 pilotos tienen opciones reales de ganar.
—A ver si puede ganarle Cristina a todos.
—Ojalá (risas). A ver si hay suerte.
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