Un diluvio y muchos interrogantes en Canadá
Norris lidera por delante de Sainz y Leclerc. Los entrenamientos empezaron con 25 minutos de retraso por el agua acumulada. Accidente de Zhou y pocas vueltas en general.
No será el entrenamiento libre más revelador, si acaso sirve para anticipar lo que puede ser este GP de Canadá: lluvia, sol y más lluvia a lo largo de cada día del fin de semana. Los cielos se abrieron una hora antes de los libres, granizó incluso, aunque en los últimos minutos de la sesión incluso se pudo montar el neumático blando de seco. Norris fue el más rápido por delante de Sainz y Leclerc. Hubo mucho tráfico al final, mucha prisa para completar una vuelta entre quienes apenas habían rodado en la hora previa. Que no fue una hora, porque los operarios necesitaron tiempo para drenar el asfalto y se perdieron los primeros 25 minutos.
Dentro de lo poco que se vio, el Ferrari convenció. Sainz era el más rápido con los neumáticos intermedios y pareció muy rápido también con el blando, aunque el McLaren terminase delante. Leclerc tuvo mucho tráfico en su vuelta definitiva y tras el ganador de Mónaco, diferencias enormes e irreales. Verstappen se quedó a dos segundos. Alonso ni siquiera marcó una vuelta rápida, su tiempo le dejó 15º a casi nueve segundos. Completamente irrelevante, aunque sí es interesante que Aston Martin recupere el alerón delantero que estrenaron sin éxito en Ímola y que quitaron en Mónaco para no jugar con la confianza de los pilotos.
Jack Doohan tuvo una provechosa sesión de tres vueltas con el Alpine, ninguna completa y por tanto no cronometrada. Así que Ocon no se perdió nada al ceder su monoplaza al tercer piloto. Si fue un castigo por su toque a Gasly, ha salido muy bien parado. Peor le fue a Zhou, otro de los candidatos para sustituir a Esteban en la escudería francesa: se chocó con el Sauber aun con la pista muy mojada y salió la bandera roja.
La previsión anticipa un 60% de probabilidad de lluvia para los Libres 2, un 80% en la clasificación y un 40% el domingo antes de la carrera. Se mirará al cielo en Montreal. De momento, más que a la pista.