“Si yo puedo manipular el tiempo por vuelta en seis segundos…”

Carlos Sainz solo se volverá a subir al SF-23 para la tarde del sábado, la última sesión de los entrenamientos de Bahréin. Se bajó del coche con el mejor tiempo de la mañana este viernes, aunque luego lo rebajaría Verstappen. El español ya tiene en su cabeza un boceto de las fortalezas y debilidades de este Ferrari que aspira a ganar el Mundial, pero antes debe batir a Red Bull. En un encuentro con los medios españoles presentes en el circuito de Sakhir, Sainz arroja algo de luz sobre la opacidad de los test. “Está yendo todo bien, probamos muchas cosas y mejoramos el coche todo lo que podemos. Exploramos diferentes ventanas de trabajo. Yo estoy aprendiendo mucho y estoy divirtiéndome. Esperamos que poco a poco sigamos progresando”, explica a AS.

No entra a hablar de la degradación de neumáticos que se puede apreciar desde la tabla de tiempos y tampoco de si se le ve más cómodo que a Leclerc en este monoplaza: “Es imposible comparar, yo estoy rodando por la mañana con la pista un poco más lenta; él por la tarde cuando cambia el viento y hace más frío”.

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Tampoco se ha centrado en buscar vueltas de prestaciones, sino en prepararse a fondo para el GP de Bahréin de la semana que viene: “Hasta que no vaya al límite en clasificación, a buscar esa última décima que me faltaba al principio del año pasado, en los test es imposible saber si la tengo en el bolsillo o no. No lo sabremos hasta la primera carrera pero estoy intentando llegar lo más preparado posible, que es lo que me faltó el año pasado. Explorar cosas de ‘set-up’, de estilo de conducción”. Quiere corregir lo que no salió bien en 2022: “Llegué a la primera carrera sin saber cómo había que llevar el coche, qué ‘set-up’ había que llevar, y quiero aprovechar estos test para saber exactamente cómo ir en reglajes y estilo de conducción. Si el coche está para ganar o no, lo descubriremos en la primera carrera”.

“Parece que el Red Bull va a ir muy rápido”

Tiene buenas palabras del nuevo motor: “Fiable, no hemos tenido ni un solo problema y hay que ponerlo en valor. Rodamos sin problemas todos los días y eso es una buena señal”. Destaca que el porpoising no es una cosa del pasado: “Sigue botando, como todos los coches, pero también es porque queremos que bote. La FIA pensaba que no iba a haber rebote con el cambio de reglamentación, pero los equipos pueden hacer que bote si quieren (rebajando la altura del fondo plano para desarrollar más rendimiento)”.

¿Y los demás? “No es ningún secreto que el Red Bull tiene muy buena pinta. Parece que va a ir muy rápido, ya eran más rápidos que nosotros el año pasado y si han dado otro paso adelante, será difícil batirles. Pero ese es nuestro objetivo, hacer un paso más grande que ellos y estar a su altura”. En cualquier caso, Sainz cierra con una reflexión sobre los test que no ayudará a extraer conclusiones: “No tengo ni idea. Yo puedo manipular el tiempo que hago en seis segundos, arriba o abajo, y si el año pasado nos quedamos a una décima unos de otros, en seis segundos, imaginad si es difícil saber qué mapa motor y qué gasolina llevamos”.