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FÓRMULA 1

Sainz: “Estaba el riesgo de poder morir si esto explotaba”

El español cuenta en ‘Nude Project’ su operación de apendicitis en el GP de Arabia Saudí. Desvela sus pasos hasta la F1 y el mejor consejo de su padre: “O muerdes, o te muerden”.

MONTREAL, QUEBEC - JUNE 08: Carlos Sainz of Spain and Ferrari looks on in the Paddock prior to final practice ahead of the F1 Grand Prix of Canada at Circuit Gilles Villeneuve on June 08, 2024 in Montreal, Quebec.   Mark Thompson/Getty Images/AFP (Photo by Mark Thompson / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP)
MONTREAL, QUEBEC - JUNE 08: Carlos Sainz of Spain and Ferrari looks on in the Paddock prior to final practice ahead of the F1 Grand Prix of Canada at Circuit Gilles Villeneuve on June 08, 2024 in Montreal, Quebec. Mark Thompson/Getty Images/AFP (Photo by Mark Thompson / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP)MARK THOMPSONAFP

El Mundial de Fórmula 1 tan solo ha disputado nueve carreras y sin duda, uno de los momentos de la temporada será la victoria de Carlos Sainz en el GP de Australia. En ese momento, más que el qué, fue el cómo logró el español subir a lo más alto del podio. Y es que tan solo dos semanas atrás, el piloto de Ferrari tuvo que ser intervenido de urgencia a causa de una apendicitis que le impidió completar el GP de Arabia Saudí... aunque el madrileño lo intentó. “Fueron las dos sesionas más duras de mi carrera (los libres del viernes), en un circuito súper físico con curvas muy rápidas, no comía, no tenía energía, sudaba más de la cuenta... sufrí mucho”, se sinceró en el podcast Nude Project, pero la historia no terminó ahí. El sábado por la mañana, Carlos asumió que su malestar “no era un virus” y en el hospital conoció el diagnóstico: “Tienes apendicitis”.

Lejos de pensar en cómo solucionarlo y aunque le avisaron de que debían operarle de urgencia, Sainz “solo pensaba en modo F1″. Y la solución debía encontrarla para acabar el fin de semana sobre el asfalto: “Les dije, ‘si me chutáis algo y me opero después de la carrera’. Entonces me dijeron que no, que tenía el riesgo de que me pasara algo muy grave e incluso poder morirme si me explotaba eso”. Solo entonces, el español aceptó pasar por quirófano pensando ya en Australia. Por delante, tenía la necesidad de demostrar que merecía el mejor asiento de la parrilla una vez abandone Ferrari la presente temporada. Pero casualmente, esa sensación no era nueva para él: “En 2014 (un año antes de su debut en el Gran Circo) Red Bull me dice, ‘o ganas o no te vamos a subir a la F1. E incluso ganando puede que no haya sitio’. Cuando estaba a punto de ganar las World Series, Red Bull fichó a Verstappen y me quedé sin asiento. Pero gané el campeonato, se abrió otro asiento y ese fue para mí”.

A pesar de haber sido uno de esos pilotos que más destacó desde los inicios, “porque si hubiese sido un paquete, mi padre me hubiese llevado a jugar al golf o al tenis”, Carlos nunca perdió la esperanza de formar parte de formar parte de ese tanto por ciento de afortunados que llegan al Mundial. “En mi cabeza nunca hubo un plan B”, admite el español, que en 2015 pudo convertirse en uno de esos ídolos que a él le despertaron la pasión por ser piloto: “A pilotos como Senna, Schumacher o Alonso siempre les vi como inalcanzables y es lo que a mí, desde pequeño, me hacía morirme por ser piloto de F1 y ser como ellos”. Y tras el primer apretón de manos con el Kaiser o Fernando, además del sonido de los V10, a sus 10 años, tomó la decisión: “Papá, yo quiero ser piloto’. Iluso de mí, no sabía lo complicado y difícil que iba a ser”.

“Mi padre vio que tenía talento”

Carlos admite que estuvo “muy cerca de no llegar”, a pesar de que Sainz padre le tomó en serio “en cuanto vio que iba rápido”: “A veces le da por decir que soy mejor que él, pero es mentira porque es una leyenda. Pero vio que tenía talento”. Por el camino, hubo momentos complicados: “Llevar dentro de tu cabeza que eres ‘hijo de’, tener esa presión extra... una vez estás tu solo en el coche y eres tú contra el mundo, no es tan fácil. He ganado carreras con Ferrari y parece que sigo estando en la F1 por mi apellido. Antes tenía muchos mini complejos porque crees que todo el mundo te está observando por ser ‘hijo de’ y siempre llevas más cuidado”. Y fue entonces cuando recibió el mejor consejo por parte de su padre.

“Siempre he sido inocente, cuando era pequeño pecaba de bueno. Yo creía que era amigo de todos y el mundo del motor es un mundo muy cabrón, muy competitivo. Iba a las carreras de karts, me creía amigo de todos y me daban una cera... Al final, si ganabas al hijo de Carlos Sainz podías destacar. Pero un día me sentó mi padre y me dijo: ‘La vida es muy cabrona y en este deporte, o muerdes, o te muerden. Ahora mismo te están mordiendo, te están haciendo la vida difícil y cuando te pongas ese casco, asegúrate de ser el que muerde’. Supe que no podía tener miedo de que me dijesen que era un guarro en pista”, relata Carlos, sobre ese momento en el que cambió su perspectiva para ser uno de esos “20 animalitos competitivos” en una F1, donde “todos nos creemos los mejores. Y si no es así, no le vas a ganar a los otros 19″.

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