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F1 | MONZA (LIBRES 2)

Sainz despierta a Ferrari

El madrileño lidera el viernes en Italia con un Ferrari que funciona a una vuelta. Verstappen y Leclerc, a tres décimas. Alonso, octavo, ahorra neumáticos.

Monza
Carlos Sainz (Ferrari SF-23). Monza, Italia. F1 2023.
MARCO BERTORELLOAFP

No es una sorpresa que Ferrari lidere los entrenamientos del gran premio de casa, independientemente de cómo esté el coche, porque unos kilos de combustible arriba o abajo pueden hacer felices a muchos tifosi durante unas horas. Pero hay que destacarlo: Sainz, que este viernes cumplía 29 años, está especialmente inspirado en este GP de Italia. En uno de esos fines de semana en los que le sale casi todo lo que intenta. Por la mañana se quedó segundo a 46 milésimas de Verstappen; y por la tarde lideró los entrenamientos. Siempre que completó una vuelta se situó delante y esas sensaciones son buenas para lo que viene. Norris fue segundo (0.019) y Pérez, tercero (0.185); aunque el mexicano terminó la jornada contra las protecciones de la Parabólica con otro de esos accidentes inoportunos.

La grada aplaudió el primer intento de los dos pilotos de Maranello en los segundos libres, con la goma media (C4). Sainz era primero y Leclerc, segundo a escasas centésimas. El clásico viernes de Ferrari en Monza. Para el segundo intento, ya con la blanda de Pirelli, se colaron por ahí los McLaren y Red Bull. Carlos mantuvo aun así la primera posición a pesar de una leve colada al estrenar la goma roja; Leclerc, sin embargo, se quedó a 0.361 de su compañero y apenas mejoró su crono anterior. Llegó la ovación de la tribuna en la recta al español, como cada vez que un Ferrari se pone primero aquí, aunque la grada se quedó a medio llenar en la primera jornada del fin de semana de carreras. Se avecina ‘no hay billetes’, aunque sí debía haber para el viernes.

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Los neumáticos condicionan el GP de Italia

A partir de ahí, amago de tandas largas en otro fin de semana marcado por la llamada ‘asignación alternativa de neumáticos’, que entrega menos compuestos por piloto a los equipos y obliga a hacer la Q1 con neumático duro y la Q2, con medio. Algunos se lo tomaron al pie de la letra: Alonso apenas gastó dos juegos de ruedas en todo el día, el mínimo obligatorio, para llegar en el abanico más amplio posible a la clasificación y la carrera. Eso no le impidió ser octavo en la tabla de tiempos. Era tercero cuando dio su vuelta, al inicio de la sesión, solo por detrás de los dos Ferrari. El Aston Martin se defiende por ahora en las temidas rectas del Templo de la Velocidad, aunque la jornada no se puede calificar como provechosa para el equipo: dieron los Libres 1 al probador, Drugovich, y Stroll se quedó sin rodar en los Libres 2 por una avería en el sistema de inyección de combustible. Así que llegan al sábado con la mitad de kilómetros completados.

Verstappen sigue siendo favorito a todo, este domingo puede lograr el récord de diez victorias consecutivas y superar la racha de Vettel en 2013. Pero no parece que el Red Bull haya caído de pie en campo contrario. El neerlandés protestó por el tráfico, molesto por no dar una vuelta limpia, y su ingeniero le debió recordar que “no es la clasificación”. Monza es un circuito incómodo, diferente, es difícil adelantar en carrera y aquí el punto fuerte del DRS, el as que siempre tiene el RB19 bajo la manga, pierde parte de su efecto. Como todos los alerones traseros son finos y estrechos por la configuración aerodinámica habitual de este circuito (aunque el del Aston Martin no lo parezca), la incidencia del DRS se diluye. Priman otros factores como la eficiencia al aire y la reacción de los muros ante cualquier elemento imprevisto que afecte la estrategia. Que se lo digan a Gasly, que ganó una carrera en 2020 aquí con el humilde Alpha Tauri. Entonces Sainz fue segundo con el McLaren, quizás en su mejor fin de semana como piloto de F1. Ahora las sensaciones son similares.