Russell y Sainz tumban a Verstappen y el fuego amigo, a Alonso
Un gran Russell ganó el esprint de Brasil por delante de Carlos, agresivo frente a Max con un adelantamiento firme. Toque entre los Alpine.
Verstappen fue vulnerable. Por primera vez. Los Mercedes batieron a Max, su Red Bull no fue indestructible y la elección de neumáticos del muro salió rana (solo él montó el intermedio entre los favoritos). El neerlandés sucumbió ante un Russell crecido, vencedor del esprint y protagonista de la mejor tarde de su equipo este año. Pero Carlos Sainz también tumbó a ‘Mad Max’, el madrileño firmó uno de los adelantamientos de la temporada en las Eses de Senna, sobre el mismísimo campeón del mundo, con una fiereza digna del encontronazo. Apuró en la frenada, se tiró por el interior, alargó hasta la mitad dela trazada y lo cerró con un leve toque entre ambos que dañó el alerón del neerlandés. Después Hamilton cazaría al Red Bull tocado, el alerón despedía piezas. George, Carlos y Sir Lewis completarían el minipodio del mejor esprint de esta temporada, quizás el más espectacular de los seis que se han disputado en los últimos dos años. El experimento funciona con pilotos aguerridos. Ellos lo fueron.
Agridulce para Sainz, que tiene cinco puestos de sanción en la parrilla del domingo por el cambio de motor y partirá séptimo, aunque con ritmo para remontar hasta el podio. Lástima también para los comisarios, que tienen trabajo por incorrecciones en el procedimiento de salida de Hamilton o Zhou además de varios incidentes polémicos. Mientras tanto, Russell ganó, aunque no sea una carrera propiamente dicha, horas después de provocar una bandera roja. Y Verstappen, cuarto (saldrá tercero), correrá a la contra frente a los dos Mercedes en un Interlagos que parece una olla a presión. Magnussen salvó el octavo puesto, último punto con honor para el poleman más inesperado.
Ocon se defendió como un león
Luego está lo de Alpine. La teoría dice que al compañero se le conceden dos centímetros extra para evitar un sainete con dos coches del mismo color. La práctica dijo otra cosa. El esprint de Interlagos fue regresivo para los dos coches de Enstone por culpa de una primera vuelta que pronto pasó de ofensiva a traumática. La arrancada de Alonso fue buena, presionó a Ocon en la recta de atrás y aguantó el exterior de la curva cuatro. Pero el francés se defendió como un león, esta vez sí, y el asturiano tuvo que salvar un trallazo al límite para seguir en carrera. Uno de esos que termina en la grava para nueve de cada diez pilotos. Fernando tenía esa décima extra y volvió a intentarlo en el primer paso por meta, pero esta vez el daño fue mayor: se tocó con Ocon y se rompió el alerón delantero. Resultado: ‘pit-stop’ en la carrera corta, último puesto rodando en tierra de nadie (con un tiempo por vuelta similar al del primero).
Tener amigos para esto. Curiosamente, Alonso terminó 15º y delante de un Ocon sin ritmo, dañado el Alpine en el primer incidente. El asturiano fue capaz de adelantar en la pista a Latifi, Stroll y Tsunoda, además de Esteban, con el hándicap de su paso por boxes. Pero los comisarios le sancionaron con cinco segundos por el toque con Ocon y eso le hizo perder tres posiciones, partirá 18º en el esprint. Ninguno de los dos Alpine puntuó en el esprint cuando salían sexto y séptimo. Quizás con esos dos centímetros extra de benevolencia para con el compañero, el desenlace habría sido diferente… y la posición de partida para este domingo, también.