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F1 | FRANCIA

Puerta grande o enfermería

El mejor Sainz de la temporada sale penúltimo, pero con ritmo de sobra para remontar. Le dio la pole a Leclerc con un rebufo para partir delante de Verstappen.

Le Castellet
Carlos Sainz (Ferrari F1-75). Paul Ricard, Francia. F1 2022.
Scuderia Ferrari Press Office

Quizás no resulte la carrera más vistosa de la temporada en general, ni de Carlos Sainz en particular, pero el GP de Francia puede desencadenar uno de los domingos más duros para pilotos, monoplazas y neumáticos que se recuerdan en la Fórmula 1. La sensación térmica rondará los 40ºC y el asfalto superará los 50ºC. Ante esas circunstancias, se vuelve casi imposible la machada de Sainz, que parte penúltimo después de estrenar el cuarto motor de la temporada con penalización. La sanción es el resultado de aquel incendio en Austria y tira por tierra el mejor fin de semana del madrileño en 2022: primero el viernes y primero el sábado hasta la Q3, que no disputó. Bueno, sí: salió a dar dos rebufos como dos soles a Leclerc para que firmase la pole delante de Verstappen y Pérez. Cuando Charles se encontró con Carlos en el corralito, acudió directo a agradecérselo. Sabe que el rival más fuerte en Paul Ricard le ha echado una mano y encima sale desde el fondo.

¿Ahora qué? La remontada hasta el top-10 parece sencilla, el Ferrari es muy superior a todo ese tren de la zona media, pero de camino al podio se estiran las desventajas y solo los coches de seguridad, o banderas rojas, pueden acercarle de golpe a la cabeza. Tendrá que adelantar en la pista sin dejar de cuidar las gomas. ¿Todo o nada, Carlos? Él responde que no a AS: “No puedes ir a todo o nada porque las ruedas no aguantan. Debes encontrar el compromiso para ir al ataque, para ir remontando, pero no ir destrozando el neumático porque si no, paras en la vuelta 10 o 15, que no te lo puedes permitir. Hay que buscar el punto intermedio. ¿Top-5? Depende de lo que gane en la salida, de lo difícil que sea adelantar. Está siendo bastante más difícil de lo que esperaba, no será sencillo”.

La teoría está muy bien, carrera de transición para volver a aspirar a todo en Hungría. El contexto arroja otros matices: el vagón de la lucha por el título se escapa, Verstappen tiene 208 puntos y Leclerc, 170 por los 133 de Sainz. Toca salvar los muebles para que no desaparezcan de su vista con media temporada aún por delante. Es lógico pensar que Ferrari pondrá todos los huevos en la misma cesta después del parón veraniego para luchar contra Red Bull. En manos de Carlos está volver a retrasar esa decisión de Binotto, complicar la vida al muro con dos coches igual de rápidos y conseguir que el sonriente Charles vuelva a torcer la ceja cuando se vea en apuros. Detrás del garaje de Ferrari dicen que va con el gancho en Francia, que por primera vez en los últimos meses el español ha sido más rápido que él, especialmente en el tercer sector y de forma consistente. En Brasil 2019 consiguió su primer podio desde la 19ª plaza de la parrilla. “Se me da bien remontar… pero las simulaciones no nos dicen eso. No creo que sea realista pensar que hay podio”, rebaja.

Domingo de neumáticos

La carrera delante se plantea abierta. Ferrari ha tenido más ritmo aparente que Red Bull, si bien los austriacos pueden jugar dos bazas, Verstappen y Pérez, doblar la estrategia y poner en apuros a Leclerc. Tras ellos, un colchón con respecto a Mercedes, Norris y Alonso. Y otro hueco importante entre el Alpine y el tren de la bruja con DRS que suele cerrar el top-10. Entre esas aguas, las más revueltas, deberá transitar Sainz para llegar intacto al próximo gran premio. Y al final del verano.