“No gané el Mundial porque nunca tuve el coche”

Con siete victorias, 13 poles y 30 podios en 94 grandes premios, Juan Pablo Montoya (Colombia, 48 años) permanece en la retina de los aficionados a la Fórmula 1 como uno de los grandes de su generación. Eran los tiempos de Schumacher y Ferrari, pero eso no impidió que otros como Montoya destacaran. Ahora se prepara una serie documental sobre la figura del colombiano producida por Ntertaint. En la presentación, en Miami Beach, el también dos veces ganador de las 500 Millas de Indianápolis charla con AS sobre su carrera y el deporte.

—En un documental sobre Montoya, ¿cuál es el momento estelar?

—Es interesante, porque para mí muchas de las victorias y de los momentos que considero especiales no son los mismos que escogería el resto de la gente. Por ejemplo, todos pensarán que me quedaría con la primera vez que fui a las 500 Millas de Indianápolis (venció en el 2000). Pero yo me quedo con Long Beach (1999), en mi primera victoria, que fue muy especial. Allí, en mi cabeza, fui consciente por primera vez de que podría vivir de esto y que era lo suficientemente bueno como para poder competir. Eso para mí era crucial. También pienso en Brasil 2001, cuando se estrelló contra mí (Jos) Verstappen. Pasé a Michael Schumacher, me puse primero, y aunque no terminé la carrera, lo de Jos no me importó porque para mí era más importante mostrar que podía ganar en la Fórmula 1. ¡Iba primero! La tranquilidad personal que te da eso… uno como piloto muchas veces no llega a disfrutar de los éxitos por la cantidad de trabajo que hay detrás. Lograr buenos resultados es más un alivio del estrés que la emoción del triunfo.

—En la F1 ganó siete carreras, pero le tocó convivir con un piloto y un coche dominantes. Schumacher y Ferrari; como ahora Verstappen y Red Bull.

—Y con todo llegamos a ganar carreras y hacer poles, que tiene más mérito. No tengo un título, pero no lo tengo porque nunca estuve en un coche que te permitiera ser el número uno. Si hubiera tenido un coche ganador, habría tenido grandes opciones de conseguirlo. Yo estoy muy contento con lo que hice, gané todas las carreras que quería ganar. La única que no gané y que quería ganar era el GP de Malasia.

—¿Por qué Malasia?

—Me encantaba ese circuito y siempre iba rapidísimo, pero me estrellé con Michael, con Ralf (Schumacher), con todo el mundo me estrellaba en Sepang…

—Le queda una para la ‘Triple Corona’, Le Mans…

—Yo gané Le Mans en la categoría LMP2. Y lo que yo digo es que aunque sea mejor ganar la general, cuando yo corría allí la general eran dos coches, los dos Toyota. Era más difícil ganar mi categoría que ganar la general. Aunque a mí la Triple Corona no me importa, me importa que fui a Le Mans y gané en Le Mans, también en Daytona, en Indy. Estoy muy contento con lo que he hecho en mi carrera y no hubiera cambiado nada.

—¿Disfruta viendo la F1?

—Sí, Liberty Media ha hecho un trabajo espectacular y por ejemplo las carreras al esprint me parece lo mejor del mundo.

—De esta parrilla solo coincidió con Alonso…

—Es increíble que siga ahí, empezamos juntos en 2001. Tenemos una muy buena relación, es fantástico que él disfruta tanto. Yo había hecho Indy, ya había abierto la puerta de Estados Unidos y si no me gustaba la Fórmula 1 tenía una escapatoria con muy buenas otras opciones.

—¿Ser latino hace más difícil llegar a la F1? ¿Volverá a haber otro piloto de Sudamérica?

—En mi momento sí era muy difícil por ser latino, hoy creo que no importa. Honestamente, pienso que mi hijo (Sebastian, de 19 años, compite en F3) tiene el potencial y la velocidad para hacerlo, y está en sus manos.

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