¡Ni una milésima por la pole!
Russell bate a Verstappen por la primera plaza, ambos con el mismo tiempo. Alonso sale sexto (0.228) y Ferrari naufraga con Leclerc (11º) y Sainz (12º) fuera de la Q3.
Así es la Fórmula 1. Después de dos domingos de procesión y un cambio reglamentario que no entiende ni el profesor Bacterio, sumida en su eterno debate entre aburrimiento, tecnología y tradición, este deporte regala una de las clasificaciones más igualadas que se recuerdan. Y no es una hipérbole: Russell hizo la pole y Verstappen fue segundo a cero milésimas. A cero, hizo literalmente el mismo tiempo. George lo logró antes y así se produjo el desempate, por una de esas normas que existen y casi nunca se usan. El asfalto fue cambiante, llovió y se secó dos veces, Mercedes renació con otro piloto y también Norris (3º, 0.021) bien pudo lograr esa preciada pole en un circuito que ofrece pocas posibilidades de adelantamiento el domingo si no llueve. Que está por verse. La sorpresa es que Ferrari no capitalizará el aparente bajón de rendimiento de Red Bull, con sus dos coches fuera del top-10.
El sexto puesto de Alonso (0.228) refleja las manos del piloto en unas condiciones muy complejas. Adelantó a Hamilton, que hasta el penúltimo intento estaba luchando por esa primera plaza contra su compañero de equipo. El manido Muro de los campeones existe para ver llegar al inglés desbocado, en plena maniobra de contravolante, acercando la cintura a milímetros del hormigón para salir airoso. Pero no fue suficiente, la flecha de plata esta vez era la de Russell, que consiguió ya con su penúltima vuelta (no mejoró en la última) la segunda pole de su carrera después de Hungría 2022. Tendrá más difícil lograr la segunda victoria (tras Brasil 2022). Ricciardo fue el otro héroe de la jornada, quinto con el Racing Bulls el día que renovaron a Tsunoda, y el día después de que Jacques Villeneuve hablara demasiado.
Al final de la Q2 ya había comenzado esa ligera cortinilla de agua, que fue suficiente para rematar a dos Ferrari desaparecidos en combate. Leclerc saldrá 11º y Sainz, 12º en un circuito que en seco no ofrece tantas posibilidades de remontada, sobre todo una vez se alcanza el temido tren del DRS. Aún no hay botones para adelantar. Después de arrasar en Mónaco y llegar como favoritos a Montreal, otro de esos circuitos de corte específico donde los coches de Maranello han ido tradicionalmente bien, nada más lejos de la realidad. Incluso Max pudo entonarse con un RB20 salvaje. Pérez, con el otro Red Bull, quedó eliminado en la Q1 (16º) pese a completar su vuelta unos instantes antes que el campeón, en condiciones muy similares y sin un tráfico excesivo (apenas debió adelantar a Russell). Unos días después de renovar, parecía que el equipo de Milton Keynes iba a empezar a acusar la presión de Ferrari. Pero no será Ferrari.
La previsión no descarta tormentas antes o durante la carrera (probabilidad entre el 40% y el 60%, según la hora), y el fin de semana ya ha estado muy condicionado por la meteorología. Por lo poco que se ha visto en los libres, es imposible extraer conclusiones. Pero si se tiene en cuenta la tendencia de los últimos grandes premios, Verstappen debe salir preocupado con los dos McLaren otra vez pisándole los talones. Como en Ímola, otro circuito de pianos enormes. Pero en las larguísimas rectas del Gilles Villeneuve será más difícil defender la posición que en las estrecheces de la Emilia Romaña. Y si va a ser verdad que hay Mundial…